EFE.
Con muchas ganas de bailar, envuelta en colores y cantándole
a la pasión sexual. Así regresó Francisca Valenzuela, que presentando el single
"Tómame" dijo a Efe que en el deseo persisten aún tópicos y clichés
sobre las mujeres que hacen verlas como "unidimensionales".
"Creo que existen todavía estereotipos muy fuertes
asociados a las mujeres. Tiende a haber una idea de que las mujeres somos como
unidimensionales. Somos buenas para el sexo o somos malas para el sexo. Somos
muñecas compuestas y niñitas bien o no. O somos madres y no somos
sexuales", explicó Valenzuela.
"Las canciones de placer, de sexo, de sensualidad o
diversión existen. Es decir, eso fue la carrera de Prince y por eso mismo
también es subversivo", dijo sobre un tema que habla del sexo de manera
explícita pero que, sobre todo, es para "bailar" y "pasarlo
bien".
Valenzuela, una de las figuras de la escena alternativa
chilena que ha conseguido hacerse un hueco en el panorama internacional,
prepara con "Tómame" el lanzamiento de su cuarto disco, que editará
el año que viene y que será su primer álbum desde "Tajo abierto"
(2014).
"Yo diría que hay un crecimiento, una evolución y una
búsqueda en sonidos y producción, pero al mismo tiempo hay una mantención de
una personalidad, una honestidad o una línea lírica que siempre ha estado
presente", argumentó.
"La idea es hacer música pop a mi manera. Esa es la
ambición", añadió la artista, quien prometió un disco
"ecléctico" y con una gran diversidad entre canción y canción.
Risueña y hablando a toda velocidad, Valenzuela vive con el
alma dividida entre California y Chile: tan pronto se refiere a Echo Park o
Silver Lake, dos barrios hípster de Los Ángeles, como intercala constantemente
chilenismos como bacán o cachái.
Y es que mucho quedó en ella de esa hija de científicos que
se crió en Estados Unidos pero que se trasladó a Chile siendo adolescente.
"Yo tengo una familia que es como bicultural, de dos
lugares (...). Culturalmente fue muy interesante porque estábamos en California,
que en sí mismo es un lugar diverso y donde muchas cosas estaban asumidas, y
llegué a Chile y me encontré con una sociedad mucho más conservadora y más
tradicional", detalló.
No obstante, Valenzuela también subrayó la riqueza de haber
crecido en un país como Chile: "Tener la vida familiar que teníamos y esa
cosa latina de estar todos 'empegotados' fue, al fin y al cabo, una experiencia
súper linda y muy diferente a la norteamericana".
LA ESCENA EN CHILE
Junto a otros artistas como Javiera Mena o Gepe, Valenzuela
lleva unos diez años liderando una hornada de artistas alternativos de Chile
que causaron sensación y consiguieron triunfar más allá de su país.
"Me siento súper conectada con la escena de Chile en el
sentido de una generación de músicos independientes, como cada uno muy
individual y auténtico, pero además con mucha familiaridad: todos nos
conocemos, colaboramos, compartimos información", afirmó.
"Me encantaría pensar que hemos aportado la ruta de
apertura de Chile musicalmente para una nueva generación", añadió.
Con una carrera en la que ha compaginado los temas íntimos y
personales con reivindicaciones feministas y de la comunidad LGBT, Valenzuela
definió "Tómame" como "un puntapié expresivo, energético y de
buena onda" que, al mismo tiempo, defiende la libertad sexual de las
mujeres.
"Es una mujer del hoy que es dueña de su cuerpo y de su
placer, pero que a la vez no por ser una persona fuerte quiere estar sola. Es
igualmente una invitación a la seducción, a compartir y al disfrute en conjunto",
explicó.
Y cuestionada sobre cómo el feminismo se ha instalado
recientemente en el cine o la música "mainstream", Valenzuela aseguró
que es "alucinante" y valoró el cambio desde que ella comenzó su
carrera.
"Recuerdo cuando empecé en Chile, con mi primer disco
que tenía canciones como con corte feminista como 'Dulce', que era totalmente
negativo hablar de feminismo. Era algo que excluía, era como una ofensa, era
como: 'Tú que te estás 'autoaislando' y odiando a los hombres'", dijo con
ironía.
"Y, aparte, la idea de que no podías ser alguien que
fuera deseosa a la vez o deseada. Era una postura que excluía las demás
posturas de la vida. Era algo injusto (...). Me encanta que ahora las mujeres,
especialmente las jóvenes, pero también los hombres, estén usando su acceso a
la información y su curiosidad para entender cómo ser mejores ciudadanos",
concluyó.
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