Por: Antonio Malacara
Chihuahua, Chih. Los acentos y compases de la música se propagan y extienden por toda la Universidad Autónoma de Chihuahua, ya en la Facultad de Artes, ya en los amplios, muy amplios jardines de los dos campus que la conforman, o bien en la Radio Universidad, donde acaba de efectuarse el primer Curso de Apreciación musical, dirigido a docentes, alumnos y público en general, y con valor curricular.
A razón de tres intensas sesiones semanales, el curso permitió que todo mayo se hablara de música, que la comunidad se reuniera para escuchar y degustar y debatir alrededor de cuatro grandes temas. La primera semana se abordó la música popular mexicana; la semana dos la música clásica en todos sus esteros, posteriormente se habló de canción y folclor iberoamericanos, para que la última semana se dedicara al universo del jazz.
El lunes 27, el maestro Armando Núñez dio cátedra sobre las posibilidades técnicas y creativas del jazz. El miércoles 29, mi subconsciente y yo llegamos para dar pie a la conversación y el debate sobre los antecedentes sociales, históricos y musicales del jazz y sus primeras tres décadas en Nueva Orleáns. Al día siguiente, hablamos sobre el jazz en México. Más de 30 alumnos de penetrante mirada y vasta información sobre ambos temas me sorprendían a cada instante y me ponían de muy buen humor.
Pero lo más intenso y grato de esta nueva visita a Chihuahua, fue cuando el maestro Armando Núñez, mejor conocido entre propios e impropios como Mandis, me platicó sobre la inminente instauración de la maestría en estudios de jazz en la Facultad de Artes de la UACH, logro encomiable que fortalece el prestigio de la institución, pero que, ante todo, corrobora el talento y el espíritu emprendedor del maestro Núñez, sumándose al extenso inventario de éxitos profesionales de este guitarrista.
En la actualidad, además de sus clases en el programa de jazz de la Facultad de Artes, que él integró a la licenciatura en música en 2013, el maestro es secretario de Investigación y Posgrado de esa dependencia. Yo lo conocí hace siete años, cuando era director del Conservatorio de Música de Chihuahua, su tierra natal, recién egresado de la maestría en improvisación jazzística en la Universidad del Norte de Texas.
“Aquí no hay oportunidad de que los músicos de jazz tengan una formación empírica –comenta el maestro–, como puede haberla en la Ciudad de México o Xalapa, donde está lleno de músicos y puedes no ir a la escuela y tener de todos modos una formación con toda la gente que está ahí. Aquí, si no es a través de la escuela no se da. Por eso me he concentrado en establecer el programa de jazz en la escuela.”
–Algunos de sus primeros alumnos ya están dando clases aquí mismo.
–Sí, el trabajo no ha sido en vano; he logrado incluir en el programa a una cantidad de músicos que ahora están como maestros.
–Los alumnos egresan como…
–Actualmente se llama licenciatura en música. El título no hace distinción en cuanto al perfil en el que se concentra un alumno, pero en el currículo sí hay una cantidad de materias que son específicamente de jazz, y de hecho son en la cantidad que tiene una licenciatura en jazz.
–Y ahora instauras una maestría en estudios de jazz. ¿Cómo es eso?
–Bueno, voy a cumplir dos años como secretario de Investigación y Posgrado. Junto con un equipo de maestros de diferentes áreas diseñamos un nuevo programa que se enfocara en la práctica, en lugar de la investigación… las maestrías tienen esos dos enfoques: la investigación persigue una tesis, mientras las profesionalizantes, en el caso de música, es la práctica.
–¿Qué implica?
–El programa es de dos años. Los instrumentistas van a tener una especialización a fondo para tocar su instrumento, pero no queremos producir sólo instrumentistas que interpreten, también que sean creadores. Al ingresar deben hacerlo con un proyecto, con una propuesta de lo que harían en estos dos años para obtener un producto final, la grabación de sus obras, de algún concierto, algo que no sea sólo un papel.
–Esto es algo único en nuestro país. En Xalapa, en Tuxtla Gutiérrez o en la Ciudad de México hay licenciaturas en jazz. ¿Si alguien quisiera cursar la maestría, podría inscribirse en la UACH?
–Por supuesto, cualquiera que llegue con una licenciatura en música puede ingresar a esta maestría.
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