domingo, 22 de marzo de 2020

El Covid-19 lleva a la tragedia al teatro y a la danza


Por: Alida Piñon

La comunidad dancística y teatral ve con preocupación la cancelación de funciones y cierre de espacios que se mantienen con esfuerzos independientes de artistas y creadores.

La contingencia de salud por el coronavirus, advierten, ha puesto en evidencia, más que nunca, la fragilidad laboral del gremio artístico.

Las opciones que han dado las autoridades culturales como la reprogramación de funciones, advierten, no serán fáciles de aplicar porque los escenarios ya tienen compromisos adquiridos durante todo el año y se podría generar un cuello de botella que prolongaría hasta por un año la presentación de obras que ya estaban en cartelera o a punto de ser estrenadas. La crisis económica a la que se enfrentan, lamentan, podría orillarlos incluso a dar por terminado proyectos sólidos y de gran beneficio para la sociedad.

En entrevista con EL UNIVERSAL Cecilia Lugo, Raúl Taméz, Lourdes Pérez Gay y David Psalmon, hablan de sus experiencias y ofrecen alternativas a las instituciones culturales para prever en el futuro próximo, mejores condiciones para el gremio ante contingencias.


Raúl Taméz, director de Infinita Compañía. Foto: Germán Espinoza.

La coreógrafa Cecilia Lugo es directora de la compañía de danza contemporánea Contempodanza, una de las más importantes del país, creada en 1986 y ha recibido desde entonces numerosos reconocimientos, premios y ha sido ganadora de diversas becas a lo largo de su historia.

Además, creó en 2003 la escuela Contempodanza espacio en movimiento, un espacio alternativo para la enseñanza de la danza a nivel formal y no formal. Entre ambos proyectos artísticos, son más de 40 personas que serán sido afectadas por la emergencia.

Hasta el momento, cuenta Lugo, le han cancelado más de 16 de funciones que iban a realizarse en marzo, abril y principios de mayo, así como una gira a Colombia. La escuela fue cerrada desde ayer.

"En estos momentos de emergencia nacional ha salido a flote el estado de precariedad en el que se encuentra nuestro gremio, por supuesto que esta situación afecta a todos los ciudadanos del país, pero formo parte de la comunidad artística y desde mi trinchera debo decir que nosotros también vivimos al día, se nos han congelado muchísimas funciones y nosotros vivimos de ellas. Entendemos muy bien la situación, la prioridad en este momento es la salud de la población, pero nos preocupa también nuestra economía, muchos de los bailarines también viven de dar clases no sólo de las compañías o de los proyectos en los que participan y todo se ha detenido. Me queda claro que somos tremendamente frágiles", lamenta Lugo.

Y añade: "Hasta el momento de los compromisos que tenemos con las instituciones no sabemos cuál es su estatus, si se cancelan definitivamente o si reprogramarán. En el caso de las fechas que teníamos con espacios independientes como Teatro El Milagro, tenemos muy claro que atraviesan por la misma dificultad económica que nosotros, seremos solidarios con lo que se decida, tenemos que apoyarnos".

Sobre la escuela, la coreógrafa, explica que es un gran esfuerzo independiente que vive al día y si la emergencia se prolonga, tendría que cerrar. "No podríamos sostener esta situación por mucho tiempo, vivimos de las colegiaturas y ya cerramos desde este viernes porque hemos ponderado la salud de nuestro público y de nosotros mismos, podremos seguir adelante durante abril, pero si en mayo continúa la situación tendría que terminar con el proyecto, porque además tenemos muchas deudas y debemos asumirlas, me da un dolor muy grande el sólo pensar en esa posibilidad", dice.

David Psalmon es actor y director del colectivo TeatroSinParedes A.C., fundado en la Ciudad de México en el 2001, y se ha convertido en una de las agrupaciones más sólidas de la escena mexicana; tenía programada una temporada con la obra "Vórtice" en el Teatro Julio Castillo, con apoyo de Efiartes y ha sido suspendida y reprogramada.

"Reprogramar no será tan fácil, nosotros ya estábamos listos para presentarnos en los siguientes días, ahora no sabemos cuándo nos vamos a presentar, es posible que sea en un par de meses o más, incluso un año, y eso tiene implicaciones económicas muy importantes, ya no hablamos de reprogramación sino de remontaje, de modo que a los que tenemos Efiartes tendrían que condonarnos las funciones, es decir, que se considere que las funciones no se realizaron por una emergencia pero tendremos el pago correspondiente a las 14 funciones que no se llevarán a cabo", sugiere Psalmon.

Al respecto, la Secretaría de Cultura informó ayer, un día después de que este diario conversara con Psalmon , que en conjunto con la Secretaría de Hacienda, el Comité Interinstitucional, considerando las circunstancias actuales, revisará con especial cuidado los casos en los que no pueda concretarse una reprogramación y considerará la posibilidad de dar por cumplidas las presentaciones programadas entre el 23 de marzo y el 19 de abril, a fin de no afectar el cumplimiento de las obligaciones de los proyectos autorizados conforme a la normatividad vigente.

Psalmon fue consultado para conocer su opinión y apuntó que esa decisión tendrá un efecto positivo. "Leí el comunicado y el punto que menciona sobre que los proyectos afectados podrían ser considerados como concluidos  tendría un efecto positivo para nosotros porque no tendríamos la obligación de reprogramar en un año con todas las implicaciones que eso conlleva. Ojalá así sea", dijo.  

Raúl Tamez es bailarín, coreógrafo, maestro y director de Infinita compañía junto con Rodrigo González, también ha recibido cancelaciones de sus producciones como "Carlota" y "La pasión según Mateo", que presentaría en los siguientes días en el Castillo de Chapultepec; además, le han cancelado talleres y una gira por Barcelona, España.

"El impacto económico no es sólo para mí, es también para las personas que trabajan con nosotros que entre bailarines, producción y administrativo, sumar alrededor de 30 personas. Todo lo hemos parado, pero hemos procurado mantener trabajos desde casa. Nosotros vivimos de taquilla, ahora tenemos el estímulo de Efiartes pero es sólo para las obras, de modo que vamos al día, casi el 80% de las cosas que hacemos son independientes. En este momento estamos en condiciones de estar en pausa dos o tres meses, pero si la contingencia se prolonga entraremos en una crisis mayor, estamos angustiados y la angustia genera paranoia. Hay muchos sectores vulnerables y los artistas somos uno de ellos", sostiene Tamez.

Además, el bailarín tiene el proyecto llamado Novena Sinfonía a presentarse en el marco de los festejos por los 250 años de Beethoven, que se llevará a cabo a finales de este año. "Esperamos que para entonces todo se normalice", dice.  Así como Festival Internacional de Danza Contemporánea de la Ciudad de México, único en su tipo, programado para agosto. "Estamos un poco espantados porque normalmente para estas fechas ya tendríamos un gran número de confirmaciones y no ha sido así, esperamos que para entonces ya todo haya pasado, pero si las cosas se complican con los artistas seleccionados por convocatoria, provenientes de los cinco continentes, daremos prioridad a la programación nacional", precisa.


Integrantes de la obra "Vórtices" de la compañía Teatro Sin Paredes

Lourdes Pérez Gay, fundadora del Centro cultural La Titería, de la compañía Marionetas de la esquina, dedicada hace más de 45 años de trabajo dedicado al público infantil, se enfrenta al mismo panorama. "Nos cancelaron unas siete funciones, un festival en el Estado de México, otro en el INBAL, otro más como el que íbamos a hacer  en La Titería, pero lo más terrible es que a partir de este sábado está cerrado el espacio porque si bien no vivimos la taquilla, el centro es una manera de sostenernos mientras nos pagan funciones; además, los sostenemos personas que sólo nos dedicamos a esto, no tenemos otros ingresos, hemos quedado en un desamparo económico y tenemos que seguir pagando, por ejemplo, los servicios públicos; estamos en una indefensión total.  Aquí trabajamos alrededor de 14 personas y atendemos anualmente a 14 mil personas al año", explica.

La Titería, al igual que Contempodanza, podría entrar en una fragilidad financiera que los orillaría a cerrarlo. "Para nosotros no es posible capitalizarnos, vivimos al día, somos magníficos administradores porque con muy poco dinero logramos hacer muchísimas cosas. No tenemos becas como México en escena porque este año no se contemplaron los proyectos para niños, cuando es muy importante porque somos creadores de públicos y quedamos fuera. Y pese a todo esto sí tengo claro que con 45 años de trabajo voy a seguir, me voy a morir en la raya y con las botas puestas", zanja Pérez Gay.

Propuestas ante la contingecia

La Secretaría de Cultura, según la agencia EFE, informó que  las autoridades se han comprometido a cumplir con los compromisos contractuales, independientemente de la fecha en que se lleven a cabo finalmente los eventos. Y  lanzará un programa de estímulos para los artistas -no para los espacios de momento- para que puedan tener ingresos. Además, se está debatiendo si ofrecer un subsidio a los espacios independientes, pero hasta el momento no se han dado a conocer las acciones.

Mientras eso ocurre, la coreógrafa Cecilia Lugo propone que las funciones programadas por las instituciones culturales como el INBAL, no sólo deberán reprogramarse, también deberán pagarse en los tiempos acordados. "Sí es posible que se reagenden, pero si no las instituciones deben asumir la emergencia y pagarlas se presenten o no más adelante. Estamos en emergencia nacional, nos tienen que quedar claras las implicaciones", dice Lugo.

Psalmon, de origen francés, quien trabaja en México desde el 2000 y ha sido maestro en teatro en el prestigioso “Institut d’Etudes Théâtrales” de la Universidad de la Nueva Sorbona, coincide en que son las instituciones las que deben asumir los costos.

Taméz, también coincide en que es preciso reprogramar las funciones. "Comprendemos que será una labor muy compleja, si las funciones no tienen salida más adelante será muy difícil que nos recuperemos", dice.

Mientras que Pérez Gay afirma que en el caso de La Titería ya les han llamado para reprogramar, pero aún quedan pendientes colaboraciones como el programa Alas y raíces de la Secretaría de Cultura, así como con Vinculación Cultural, con quienes participaron el año pasado en Cultura Comunitaria.

Los retos a futuro

La única certeza que existe hasta el momento es que la crisis de salud concluirá eventualmente, entonces, coinciden los creadores, se tendrá que poner una vez más temas de discusión sobre la mesa como la seguridad social, prestaciones como derecho a la incapacidad y la jubilación, entre otros. "Se tienen que replantear las políticas públicas para el sector cultural, debemos trabajar en conjunto para que las cosas cambien, no hablamos sobre qué hacer si se nos cancelan unas funciones, estamos hablando de nuestra vida, de los años de trabajo y del lugar que ocupamos en la sociedad. Alemania han tomado ya cartas sobre el asunto, ¿qué vamos a hacer nosotros?", dice Lugo.


Por su parte, Tamez, indica: "Varios creadores de danza hemos conformado una asociación civil, como muchas otras que se han hecho, llamada Asociación de intérpretes, creadores y profesionales de la danza, con la intención de instrumentar la Ley de artes escénicas desde el gremio dancístico, hemos ido a asambleas que se hacen en la Cámara de Diputados o en sitios como La teatrería para que, de entrada, exista el concepto de artes escénicas que no existe, que la palabra "arte" exista en la Constitución  y que la danza forme parte de esa definición, son pasos lentos pero a largo plazo traerán beneficios para toda la comunidad. Pero hay temas pendientes como la seguridad social, pensionar a los artistas, tener seguro de desempleo, entre otros".



La coreógrafa Cecilia Lugo dirige Contempodanza

Mientras que Psalmon advierte que las reglas de operación de estímulos como Efiartes, tendrían que contemplar apartados que apoyen a los creadores, incluso en las reglas de las instituciones culturales. "Ha habido circunstancias extraordinarias en el país en los últimos años en su historia como para que no existan lineamientos específicos para casos de sismos o contingencias como una pandemia, los grupos deberían ser condonados como un mínimo de protección para un gremio que de por sí está totalmente desamparado, que no tiene seguridad social".

Y sentencia: "Otra vez parece que el que tiene que pagar los platos de una emergencia como el coronavirus somos los artistas y compañías independientes. No debe ser así, las instituciones se tienen que hacer responsables. No sé qué estamos esperando para poner en en el centro estos temas, llevamos ya año y medio de un gobierno de izquierda para que se tomen cartas en el asunto para que miles de personas que se dedican al arte sigamos en una gran vulnerabilidad laboral".

Pérez Gay, adelanta que en breve lanzarán un comunicado como parte de la red de espacio independientes organizados, plantearán una propuesta como comunidad que espera que las autoridades culturales puedan atender.

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