Por: Cristóbal Torres
Eblín Ruan es una de las pocas intérpretes y compositoras de arpa de pedales en México, comenzó su andanza musical con la guitarra a los 11 años de edad; sin embargo, cuando inició sus estudios formales decidió dar un giro, “casi todo mundo quiere tocar guitarra o piano, son instrumentos muy demandados”.
Cuando entró a la Escuela Superior de Música, un maestro le sugirió tomar otro instrumento y luego regresar a la guitarra, por lo que “pensé, ¿qué otro instrumento tiene cuerdas?, ¡pues el arpa!”, explicó al añadir que hizo su examen pensando que el siguiente año se cambiaría, pero a medida que estudió y conoció esye instrumento se enamoró.
En México existen 70 variedades de arpa, pero la de pedales es la menos difundida, “yo creo que somos máximo 100 intérpretes de arpa clásica en todo el país”, detalló al subrayar que “hay muy pocos artistas a pesar de que México tiene una gran tradición de arpa folclórica”.
Dijo que esta situación es por dos razones: la primera es que es un instrumento que no se hace en México, y la segunda es que es muy costoso, “cuesta arriba de 21 mil dólares; la importación al país es otro precio muy grande, hay que pagar muchos impuestos”.
Aunque en todas las escuelas, tanto en el Conservatorio Nacional, como la Nacional de Música y la Superior de Música, imparten clases de arpa de pedales, Ruan estima que todavía es muy poca la difusión que se le da al instrumento.
Esto también ha provocado que sean muy pocos los compositores que se han aventurado a escribir para el arpa de pedales; “no tiene un lenguaje fácil, con cada cuerda puedes hacer tres sonidos diferentes; componer una pieza musical es difícil porque los compositores deben pensar qué notas usar para que no sea imposible tocarlo para el artista”.
Componer para el arpa de pedales
Son tan pocos los compositores que han abordado el arpa de pedales que “actualmente no son ni diez los que han escrito algo para el instrumento en México”, y mencionó entre los pocos ejemplos a Gerardo Támez, Eduardo Gamboa, Arturo Márquez y José Enrique Guzmán.
Como una forma de conocer más sobre la música de arpa de pedales, la instrumentista hizo como trabajo de titulación un disco, titulado Nueve Latidos, el cual “nació con la idea de recopilar a los compositores que se han aventurado a escribir para el instrumento en México”.
Una de las condiciones que se puso fue encontrar obras que nadie más hubiese grabado o interpretado, “piezas que estaban escondidas y que nunca habían sido dadas a ningún artista”. Dentro de sus hallazgos menciona un estudio de Eduardo Angulo que nunca se dio a conocer, además de un trabajo de Leonardo Velázquez, un compositor mexicano del periodo romántico.
Ruan tiene un segundo trabajo, titulado Cantos de tierra y luna, en el cual presenta piezas originales compuestas por ella, “empecé a indagar y escribir textos y música, pero desde mi mirada, desde yo como artista mexicana viviendo en una ciudad, no en una provincia, con un bagaje cultural de música académica”.
Reconoció que su primera inspiración fue la Tierra, también la vida, el amor y el desamor, “pero siempre quise mantener la línea de la tradición, mantener la raíz de nuestra música rítmicamente presente”.
Actualmente trabaja en un nuevo álbum con piezas basadas en la música ritual mexicana, como la danza del venado, la danza del peyote y la danza del fuego; “quiero tomar la base rítmica y sobre ellas escribir y componer piezas tratadas desde una mirada contemporánea con el arpa”, detalló al anotar que ahora se encuentra en el proceso final de composición y espera a mediados de este año meterse al estudio de grabación.
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