jueves, 31 de diciembre de 2020

El Jorge Volpi dramaturgo publicó su segunda obra


Por: Ricardo Quiroga

Cuatro pantallas. Cuatro actores a distancia. El reto, disolver con los dotes histriónicos las barreras entre cada recuadro en la transmisión virtual, hacer que con la actuación y los mínimos recursos técnicos el relato tenga la verosimilitud de una puesta en escena.

La historia, un debut, Las agujas dementes, la segunda obra teatral recién publicada de Jorge Volpi, terminada ya en la pandemia, un relato poético, dramático, oscuro, sobre la vida de pareja de los autores Sylvia Plath y Ted Hughes y el trágico embrollo amoroso de Ted con la traductora Assia Wevill, quien se separa del también poeta, el canadiense David Wevill, para vincularse con Hughes, un pasivo violento con ciertas patologías que termina por desbordar las vidas de sus cónyuges.

El desenlace de estos amores entre bardos no es un secreto: el suicidio por asfixia con gas de Sylvia Plath y, años más tarde, el suicidio de Assia precisamente con el mismo método.

¿Qué fue lo que sucedió para este símil trágico final, qué les ha ido carcomiendo y cuál es la injerencia de Hughes en todo esto? Eso es lo que Jorge Volpi trabaja, con múltiples licencias narrativas y poéticas, en la obra editorial publicada por Almadía y cuya única presentación virtual puede visitarse en la página de Facebook de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, donde en octubre pasado fue un diamantino acto de clausura, a pesar de los inconvenientes de la distancia. Es posible verla en todo momento de manera gratuita.

Son cuatro pantallas: Sylvia, Ted, Assia, David. Pero en esta obra dirigida por Angélica Rogel las distancias que separan a los actores se disuelven entre los personajes por la intriga y los recursos artesanales de iluminación individual que dotan de tensión a esta puesta en webcam. La voz del narrador es turnada entre los que actúan. La austeridad en función de la tensión.

“Quería explorar cómo son las relaciones cuando hay una ruptura. Hasta dónde comparamos una relación con otra, la manera como Ted intenta Sylvia, cómo la propia Assia intenta ocupar el lugar de Sylvia; cómo, al revés, Ted siente que nunca va a llegar a suplir a Sylvia y eso quizás determina las condiciones del suicidio de la propia Assia”, añade Volpi.

La obra alterna escenas de las vidas de los cuatro personajes y entremezcla encuentros del imaginario del autor. Su pluma ha dotado a Sylvia de omnipresencia para que así, cuando está muerta, pueda ser testigo de las conversaciones entre Ted y Assia, pueda romper la cuarta pared con algunos comentarios ácidos, sarcásticos, simpáticos, beligerantes.

“Quería que el personaje de Sylvia fuera una especie de guía, una especie de Beatriz en La Divina Comedia”, comparte.

Adaptarse al teatro

“En el teatro hay variedades de cómo los distintos dramaturgos han hecho con la didascalia (es decir, las acotaciones). Hay escritores que casi no la incluyen para que sean los directores quienes la pongan. Hay otros que son terriblemente precisos en lo que están imaginando, independientemente de lo que vaya a decidir el director de escena a la hora de montarla. En este caso simplemente intenté que fuera lo suficientemente clara para indicar ciertos movimientos y acciones, mucho más que los estados emocionales”, reflexiona  a la pregunta sobre el interés y desafío por escribir para el teatro.

Se trata de la segunda obra que ha escrito con este formato, la primera fue El origen del mundo, misma que fue estrenada en escena en 2018 por la Compañía Nacional de Teatro.

“Desde luego para un escritor de narrativa escribir teatro es cambiar por completo el lenguaje y para un lector es acostumbrarse a este formato distinto. Pero creo que cuando uno finalmente se adapta como lector a este formato es igualmente atractivo que una novela. Traté de tener el mayor cuidado posible, incluso en las acotaciones y en la manera en la que se editó para que pudiera ser algo que se disfruta leído y por lo tanto imaginado”.

Por último, Volpi celebra la capacidad y visión de la directora Angélica Rogel para adaptar la obra pese a las limitaciones de la virtualidad y no descarta llevarla a las tablas en el futuro presencial.

Como dramaturgo Volpi debutó en 2018 con ”El origen del mundo”, obra que se estrenó en el Green room de la Compañía Nacional de Teatro. foto: Archivo

Sylvia Plath se quitó la vida en Londres, en 1963, a los 30 años. Es considerada una de las plumas fundamentales de la poesía confesional. Varios de sus textos fueron publicados por intervención de Ted Hughes, quien, sin embargo, destruyó gran parte de aquellos que hablaban sobre su relación, en particular los diarios de los años cercanos al suicidio. Sin embargo, Plath se convierte cada vez más en una poeta central de la literatura del siglo XX.

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