lunes, 28 de diciembre de 2020

'El principal violentador de los derechos lingüísticos de los indígenas es el Estado': Yásnaya Aguilar


Por: Alejandra Ojendi

“No estudié el kínder, estudié la primaria en la escuela Alma Campesina (…) Y desde 2015, finales de 2015, me regresé a vivir a Ayutla, hasta ahora. Aquí también hice la secundaria. En la Escuela Preparatoria Texcoco hice la prepa; la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM, y la maestría en Lingüística hispánica. La primera lengua, mi lengua materna, es mixe, cuando empecé a ir a la escuela empecé a aprender español, como por los seis… siete años”.

Estas palabras, de la lingüista y activista por los derechos lingüísticos Yásnaya Elena Aguilar Gil (Ayutla Mixe, Oaxaca, 1981), que resumen su trayectoria académica, son recuperadas en la introducción de Ää: manifiestos sobre la diversidad lingüística. Recientemente editado por Almadía, se trata de un libro que reúne una selección de los textos publicados por la también traductora e investigadora en la edición digital de la revista Este País entre 2011 y 2015.

Compilado por Ana Aguilar Guevara, Julio Bravo Varela, Gustavo Ogarrio Badillo y Valentina Quaresma Rodríguez, Ää: manifiestos sobre la diversidad lingüística cuenta con un prólogo escrito por el historiador Federico Navarrete, estudioso del racismo en México. Los artículos reunidos incluyen, entre otras, reflexiones sobre el futuro de la diversidad lingüística, sobre los nombres y las autodenominaciones de lenguas y pueblos indígenas, sobre lo que se ha llamado “literatura indígena”, sobre los prejuicios contra las lenguas indígenas y la resistencia de estas.

“Quisiera que este libro fuera un llamado desesperado para decir que en los próximos 100 años se calcula que más de la mitad de las lenguas del mundo habrán muerto, que nunca en la historia de la humanidad hemos tenido este nivel de lingüicidio. Esto es urgente y no se trata solo de hacer un concurso de poesía en lenguas indígenas, se trata de cambiar y dar autonomía”, comenta Aguilar en una entrevista por videollamada.

Sus textos son una celebración de la diversidad lingüística. ¿Por qué es importante esta diversidad?

Las lenguas son importantes pero lo más importante son quienes las hablan. Se están desplazando o perdiendo las lenguas porque quienes las hablan están sufriendo violencia: se les están violando derechos humanos y derechos lingüísticos. Es importante mantener esta diversidad lingüística no por las lenguas principalmente sino para que cesen todas estas violencias. Si cesan todas estas violencias, las lenguas naturalmente vivirán como lo han hecho en miles de años. Mantener la diversidad lingüística es un síntoma de que los derechos de sus hablantes están siendo respetados.

¿Cuáles son las acciones y las estructuras que han causado la extinción de las lenguas en México o que las han puesto en riesgo?

Básicamente son los programas del Estado que implementaron la castellanización forzada y los castigos físicos y psicológicos que la población indígena sufrió en las escuelas para dejar de hablar sus lenguas. Además de toda la discriminación lingüística que hay en el sistema judicial, en el sistema educativo, en el sistema de salud y en todo el aparato de la administración del Estado. Es intencionalmente, hicieron todo para matar las lenguas con dinero público y desde programas públicos.




¿Cuáles han sido esos castigos físicos y psicológicos?

A mí me dieron varazos en la escuela por hablar. Mucha gente sufrió tener que lavar los baños, tener que estar bajo el sol con ladrillos cada vez que hablaba su lengua. Hay una serie de castigos sobre el cuerpo que han hecho que las lenguas desaparezcan, es ser castigado por hablar.

¿Cuál es el estado de la diversidad lingüística en México hoy?

Hay 68 agrupaciones lingüísticas, 365 variantes o sistemas lingüísticos distintos según el catálogo del Inali (Instituto Nacional de Lenguas Indígenas) y 12 familias lingüísticas muy diferentes entre sí. Pero el Estado sigue siendo monolingüe en español, a pesar del marco legal no está haciendo lo suficiente para que deje de suceder esta situación de discriminación. Todas las lenguas que no son del Estado, y unas más que otras, están al borde de la extinción y necesitamos hacer algo radical y fundamental para que esto deje de suceder.

¿De qué manera se está resistiendo o se puede resistir a esa extinción de las lenguas?

El mismo hecho de hablar una lengua es un acto de resistencia. Cada vez que nosotros hablamos en mixe le estamos diciendo al Estado: a pesar de todo lo que tú hiciste, a pesar de todos tus esfuerzos, aquí seguimos resistiendo. Hay cada vez más activismo lingüístico que está tratando de garantizar la transmisión intergeneracional de las lenguas.

Usted es muy activa en Twitter y el libro recupera varios de sus tuits. ¿Qué papel juegan las redes sociales en la resistencia de estas lenguas?

En el trabajo por la vitalidad de las lenguas hay muchos frentes. Están todos los activistas que están exigiendo al Estado que deje de violentar derechos lingüísticos porque el principal violentador de estos es el Estado. Está el trabajo en las propias comunidades, con la población infantil, por ejemplo, de transmitir la lengua. Hay otro frente que es la divulgación, porque algo que ha hecho el Estado también es que sea más fácil que en las escuelas te enseñen los nombres de los ríos de Europa a los nombres de las lenguas que se hablan en tu propio estado, en tu propio país; es reeducar, enseñar eso que el Estado ha borrado en planes y programas de estudio. Creo que las redes sociales nos ayudan a eso, a divulgar para sumar más aliados y aliadas a la causa.

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