miércoles, 21 de julio de 2021

Villa es el furor, la rabia brutal de una sociedad que se rebela, un fantasma…



Por: Ana Laura Tagle Cruz

Francisco Villa tenía un enraizamiento en lo popular que no puede ser olvidado; es el personaje que decía que un maestro debía ganar lo mismo que un general porque “es más útil” y, por eso, cuando abrió la escuela en la Hacienda de Canutillo en Durango, los sueldos de los maestros se equipararon al sueldo de los generales; es quien en 30 días fundó 50 escuelas en Chihuahua y pagó a los maestros, quien iba reconociendo a los 6 mil hombres que desfilaban con él en Torreón, rumbo a la Batalla de Zacatecas, expresó el historiador Paco Ignacio Taibo II durante la conmemoración del 98 aniversario luctuoso de Pancho Villa, realizada por la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México.

“Villa es el furor, la rabia brutal de una sociedad que se rebela ante el porfirismo por razones de sangre, el que representa a los asesinados por las Acordadas y los rurales, a los campesinos que les robaron las tomas de agua para dárselas al ganado y quitárselas a los chivos de las comunidades campesinas, es quien combate el cúmulo brutal de injusticia que generó el porfirismo y es el que lo lanza a la Revolución”.

Para México, añadió el también director del Fondo de Cultura Económica, es un fantasma que sigue recorriendo nuestra historia, sometido a anécdotas, trabajos investigación, recuentos, etcétera, “pero también es un fantasma sobre el que se arroja basura con una alegría notable. La leyenda negra antivillista, generada por carrancistas y obregonistas nos sigue persiguiendo, no hay año en que no aparezca algún furibundo antivillista distorsionando y manipulando la historia para mostrar lo salvaje, terrible y polígamo que era”. 

En ese sentido, el autor de Pancho Villa. Una biografía narrativa explicó que hay que acercarnos a la historia “con cariño y sorpresa” ante un personaje como Doroteo Arango. “Uno queda asombrado ante la mentalidad igualitaria que recorre toda la vida de Villa. Siendo gobernador de Chihuahua, durante una gira en el primer día de su gobierno, observó a un grupo de niños jugando futbol en la calle y le preguntó a uno de los acompañantes de la escolta: ¿qué hacen ahí?, ¿no tienen escuela?, le respondieron que no. Entonces Villa giró la vista entorno a la plaza y preguntó qué había ahí, le dijeron que había unas oficinas, a lo que interrumpió: había, porque desde este instante es una escuela. 

“Esta conexión de Pancho Villa con la profundidad de las necesidades de la nación forma parte del fantasma y hay cosas que recordar, como el que nunca durmió en el lugar en el que se acostó, pues amparado por su pasado de bandolero y prófugo de la ley, llegaba, se acostaba -el lugar estaba controlado por su gente- y se salía por la ventana para dormir a 200, 500 metros de ahí con la rienda del caballo amarrado al pie”. 

Sobre si era polígamo, Taibo II explicó que él registró “veintitantos matrimonios”, pero que siempre fue “uno por uno” y que lo que más le gustaba era tener compadres en los lugares donde contraía matrimonio”. 

LEALTAD A MADERO. Taibo II recordó que en las cerca de 400 fotos que ha revisado sobre Villa sólo en tres no tiene sombrero, en una estaba nadando, en otra jugaba frontón y la última estaba llorando frente la tumba de Francisco I. Madero. 

“Si algo tuvo Villa a lo largo de su vida fue una fidelidad total hacia aquellos que le parecían legales, que estaban del lado del pueblo. Villa admiraba el valor enloquecido de Madero, trató de salvarlo desde la cárcel, pero no pudo”. 

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