lunes, 12 de septiembre de 2011

Pasear en bicicleta, un hábito saludable para todas las edades


Septiembre anuncia el final definitivo de las vacaciones, simboliza la vuelta a la rutina. Al igual que ocurre al finalizar las navidades o al inicio del verano la gente decide cuidar su dieta y practicar ejercicio para ponerse en forma y perder esos kilos de más que ha ganado en los últimos meses. Si te encuentras en esta situación pero no sabes por qué deporte decidirte, puede que pasear en bicicleta sea lo que estás buscando.

Beneficios para nuestra salud

Está comprobado clínicamente que montar en bicicleta, ya sea de forma eventual o habitual, es uno de los ejercicios más completos para prevenir los problemas de salud más comunes, como podría ser el dolor de espalda o los problemas circulatorios y del corazón. Además ayuda a proteger las articulaciones, a combatir el sobrepeso y a mejorar el sistema inmunológico. ¿Quieres saber más?

Sistema cardiovascular: según diversos estudios, montar en bicicleta de manera regular reduce el riesgo de padecer un infarto un 50%. Esto es así porque durante el pedaleo el ritmo cardíaco máximo aumenta y la presión arterial disminuye, en consecuencia el corazón trabaja economizando. Por si fuera poco, el colesterol ‘malo’ o colesterol LDL se reduce significativamente, reduciendo así las posibilidades de que las arterias se calcifiquen, además, a la vez se verá aumentado el colesterol ‘bueno’ o colesterol HDL con los beneficios que esto supone. Para obtener óptimos resultados es recomendable realizar la práctica de este ejercicio con intervalos que experimenten cambios de ritmo frecuentes.

Espalda: practicado manteniendo una postura correcta en el sillín e inclinando ligeramente el torso adelante, provoca que la musculatura de la espalda esté bajo tensión y se vea obligada a estabilizar el tronco. Así estamos evitando que se reduzca la nutrición de los discos intervertebrales, tan importantes para amortiguar los impactos, por culpa de la inactividad. Además, podemos afirmar que gracias a los movimientos regulares de las piernas se fortalece la zona lumbar y se previene la aparición de hernias discales, ya que se mantiene la columna protegida de vibraciones y golpes. A todo esto hay que añadir que el ciclismo favorece la estimulación de los pequeños músculos de las vértebras dorsales, al hacer que constantemente se compriman y extiendan.

Articulaciones: una de las características más importantes y bondadosas de montar en una bicicleta es que aproximadamente el 80% del peso del cuerpo es amortiguado por el sillín, evitando que todo el peso caiga por tanto sobre las articulaciones o los cartílagos. Esta carga mínima favorece que la energía y las sustancias nutritivas puedan ser difundidas con mayor facilidad por los cartílagos.

Sistema inmunológico: es un ejercicio muy eficaz para combatir infecciones y prevenir el cáncer, ya que potencia la función de los fagocitos en nuestro organismo.

Estado de ánimo: durante la realización de este ejercicio se liberan diferentes compuestos químicos relacionados de forma directa con el estado de ánimo, lo que produce bienestar en quien lo practica. Pedalear esta declarado como uno de los antidepresivos más eficaces, y es que está comprobado que quien practica esta actividad sufre menos enfermedades psicológicas y depresiones.

Estos beneficios empiezan a apreciarse transcurridos los primeros 20 minutos de pedaleo. Sin embargo, lo más recomendable sería dedicar como mínimo tres veces por semana entre 45 a 60 minutos a esta actividad para poder beneficiarse de todas sus bondades.

Consejos útiles para disfrutar del paseo

Como en cualquier otro deporte, más allá obviamente del mero aprendizaje, hay que tener en cuenta una serie de conocimientos básicos que nos permitan disfrutar de la bicicleta sin que esta práctica pase factura a nuestra salud ya sea en forma de lesiones o algunas enfermedades de tipo físico o psicológico. Toma nota de estos consejos:

Antes de subirte a la bicicleta es recomendable que calientes y estires los músculos, sobre todo los de la zona posterior de las piernas. Una vez iniciada la actividad es conveniente que la intensidad vaya en aumento poco a poco y no de forma drástica.

Hay personas a quienes le gusta practicarlo en soledad para relajarse y evadirse del mundo durante un tiempo. Sin embargo, hay a quienes esto puede parecerle aburrido, por ello no dudes en proponer salir en grupo a amigos y familiares, puede ser más divertido y ayuda a estrechar lazos, además disminuirá la sensación de cansancio.

Como ocurre en la práctica de cualquier actividad física, una correcta hidratación es fundamental. Por ello es necesario llevar una botella de agua al salir a pedalear, y beber de manera regular aun cuando no se tenga sed.

Cuida el estado de tu bicicleta. Asegúrate de que neumáticos, frenos y luces se encuentran en las mejores condiciones para disminuir el riesgo de posibles accidentes.

Si tienes pensado circular por la noche, además de colocar reflectores de color rojo detrás y blanco delante, es recomendable utilizar chaleco y ropa reflectante para hacerte visible en la distancia.

Puedes instalar un cuentakilómetros en tu bicicleta para controlar la distancia del trayecto que realizas cada día e ir aumentándolo día a día de forma paulatina.

Evita circular en días de viento, lluvia o nieve, ya que suponen un aumento de riesgo de sufrir una caida.


Nota extraída de facilísimo.com

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