Podría ser el nombre de una banda tributo a Camarón de la Isla. Sin embargo, Rabia y Miel es algo más. Rubén González, 'Soria' (guitarra), Eduardo de la Fuente 'Fugas' (percusión) y Ángel González Rubio 'Canas' (voz y clarinete) ponen música y letra propias a una aventura musical capaz de unir sonoridades 'rumberas' y jondas a sentires y quejíos de blues. Desde hace ya tres años son unos habituales de los escenarios vallisoletanos que han llevado su música a todo tipo de eventos. Popularidad, cercanía e inquietud artística son algunos de los ingredientes de una banda todoterreno que se suma con vitalidad a la nutrida escena de fusión de los moviditos tiempos que corren.
-Un nombre artístico tan 'camaroniano' es de suponer que tendrá algo de leyenda...
-Al principio nos llamábamos de otra manera: 'Tiempo al tiempo'. Pero había otro grupo que se llamaba igual. Un día salió al aire el nombre de 'Rabia y Miel'. Nos encanta Camarón. Y el título que Paco y Camarón pusieron al disco 'Potro de rabia y miel' ya lo dice todo. La vida es eso: rabia y miel. Al principio no pensábamos mucho en ese significado pero, al final, nos dimos cuenta de que es como la vida misma.
-Rumba, jazz, rock, flamenco... ¿Cómo es el nexo de unión de tanta rama y raíz?
-Probando, tocando y rodando. Mi voz (habla 'Canas') se iba al jazz pero también al flamenco porque soy de barrio y por los gitanos que viven allí... Somos de San Isidro, de San Pedro Reglado, del Barrio de los Leones.
-¿Sois de los que creéis que la fusión está en el barrio y no en el centro?
-La fusión es de barrio. Y nosotros somos de ahí. Hemos nacido ahí. Los Chichos, Tijeritas, Lole y Manuel... todo eso es música que se oye en el barrio y no en el centro. Y ahí también oyes otras músicas. Mi madre (dice 'Canas') cantaba a Nino Bravo y fue ella la que me metió en el conservatorio. De ahí me viene también el rollo melódico.
-Bien, y ¿cómo veis al barrio en estos momentos?
-Lo que hace falta es que esta ciudad tenga unos responsables que nos dejen disfrutar de la música en directo. Ya no solo en el barrio, sino en toda la ciudad. Es verdad que desde hace diez años el Ayuntamiento y las instituciones están prestando atención a la música, pero lo cierto es que hay solo tres bares que tienen permisos para conciertos. Se debería dejar libertad a la juventud que quiera disfrutar de la música. Es malo que se cierren locales por programar conciertos.
-¿Qué tipo de letras caben en vuestras canciones?
-Un poco de todo. Es fundamental hablar del amor que mueve el mundo. A veces acabamos las canciones en diez minutos. Creemos que el estilo propio que tenemos es que cada una de nuestras canciones es diferente. No hay nada definido en nuestro estilo.
Frescura
-¿Es difícil aportar algo de personalidad a la rumba y a la fusión?
-Hay bandas que no transmiten lo que transmitimos nosotros. Y eso es mucha frescura y variedad. Mezclamos el flamenco y lo cantamos por blues o por soul. Ahí es donde está la diferencia. Cantamos bulerías por blues, introducimos cadencias alegres... hay dos guitarras, un clarinete y una voz... eso es Rabia y Miel.
-¿Fue improvisada la idea de introducir un clarinete en el grupo?
-Estábamos en un parque tocando y 'Canas' (voz) sacó el clarinete solo por probar. Ahí empezamos a hacer nuestras canciones. Lo del clarinete le da personalidad y frescura. Es raro pero en el mejor sentido de la palabra.
-Hay bandas que no transmiten lo que transmitimos nosotros. Y eso es mucha frescura y variedad. Mezclamos el flamenco y lo cantamos por blues o por soul. Ahí es donde está la diferencia. Cantamos bulerías por blues, introducimos cadencias alegres... hay dos guitarras, un clarinete y una voz... eso es Rabia y Miel.
-¿Fue improvisada la idea de introducir un clarinete en el grupo?
-Estábamos en un parque tocando y 'Canas' (voz) sacó el clarinete solo por probar. Ahí empezamos a hacer nuestras canciones. Lo del clarinete le da personalidad y frescura. Es raro pero en el mejor sentido de la palabra.
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