Rossana Filomarino festejarán con su compañía DramaDanza, su 70 aniversario de vida y 50 años de trayectoria artística, con un programa, que incluye dos obras de su repertorio y un estreno, y que se presentará en el Palacio de Bellas Artes, el 31 de julio y 1 de agosto.
En entrevista con Notimex, Filomarino compartió sentirse feliz y agradecida de presentarse en la Sala Principal del llamado Palacio de mármol, pues ese fue el escenario donde debutó hace 50 años.
La funciones, detalló, darán muestra de su permanencia en la escena dancística y del trabajo que a lo largo de 25 años ha realizado con DramaDanza, agrupación que fundó y que cuenta con un estilo propio.
Luego del ensayo en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, del Centro Nacional de las Artes (Cenart), la maestra Filomarino adelantó que el programa que ofrecerá consta de la reposición de “A mis soledades voy”, estrenada casi 20 años atrás.
Dicha pieza, mencionó, es un dueto, que aborda el tránsito de dos seres en el camino de la vida con encuentros y desencuentros placenteros, hasta que cada uno toma su propio camino.
Otra obra coreográfica que presentará es “Los jardines del alma”, quinteto de mujeres, de hace 10 años, que de acuerdo con la maestra es una pieza poética, muy erótica en su presentación con finura y delicadeza.
En ella, dijo, se abordan el nacimiento de las pasiones, que “nos desbordan y finalmente nos aterrorizan a veces hasta que desvanecen y nos dejan en un estado como de orfandad”, explicó la coreógrafa, nacida en Roma, Italia, en 1945.
La última pieza que conforma el programa es “Ditirambos”, interpretada por siete bailarines; se trata de momentos poéticos en los que se aborda la pasión, así como el equilibrio y la armonía; una celebración de la danza a través del movimiento.
Filomarino afirmó que este próximo homenaje lo comparte con el público y sobre todo lo dedica a todas las personas que han hecho que DramaDanza pueda existir, entre ellas bailarines, escenógrafos y músicos.
Además recibe este tributo con la satisfacción de haber cumplido con lo que tenía que hacer y con orgullo porque todo este trabajo y esfuerzo no ha sido nada fácil.
“Nunca he descansado, siempre he ejercido la danza en sus tres facetas: la docencia, coreografía y en escena, pero esto me ha dado una vida muy plena, me siento muy privilegiada y poder compartir con mis cómplices bailarines y con el público, me da un bienestar de que algo hice en esta vida”, aseguró.
Ese bienestar es resultado de medio siglo de trayectoria, en que ha transitado por diversas etapas, entre las que destacan su estancia con el Ballet Nacional de México, en el cual construyó sus primeras coreografías a nivel profesional; su incursión como directora de la Compañía de Danza de la Universidad Veracruzana y la fundación de DramaDanza.
“A partir de 1993 cambió mi manera de hacer danza, por lo que hasta la fecha he trabajado la misma línea: buscando; creo que lo he logrado con un estilo muy particular, basado en que la energía de los bailarines se transmita directamente al público a través de la entrega total como un acto ritual”, señaló.
Apuntó que el mejor consejo que puede dar a los jóvenes es que las cosas no son gratis, que la inspiración no existe y que todo es trabajo, por lo que se requiere de preparación para disfrutar la danza en su plenitud con la idea de que sirve para transmitir algo, no nada más para verse bonita.
“Esto implica una preparación física, pero también intelectual y no hay que dejarla a un lado, porque si el bailarín o el coreógrafo no usa el cuerpo de una manera extraordinaria para expresar una idea o un sentimiento, pues no hay arte”, concluyó Filomarino.
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