domingo, 19 de diciembre de 2021

Novena Beethoven: Motivador y evocador en generar reacciones resilientes de la soledad contra sus propios devenires.



Por: Roberto A. Valenciano Capín

Reitero que  hay músicas que se nos pegan al oído con más facilidad que otras, empáticas, a pesar que hay piezas de música que han de ser oída dos o más veces para que llegue a gustarnos plenamente. 

Es así como se suscita en estos tiempos de epidemia, este  mensaje de resiliencia  el cual se  trasmina gracias a esta magnánima obra, la novena sinfonía en re mayor del genio alemán, Ludwing van Beethoven, que clausura  la temporada Otoño/ invierno 2021 de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí.

Como bien apunta el Mtro. Miramontes Zapata " no es que sea resiliente Beethoven en esta sinfonía, sino que es el conductor que evoca y motiva e intenta generar reacciones resilientes de la soledad contra sus propias tonterías".

Indudablemente corrobora la premisa inicial de esta nota, al verse refleja no solo en la puntualidad en su ejecución tanto musical como vocal, sino también ser uno de los conciertos con mejor asistencia del público, a pesar de tener como máxima capacidad permitida del 75 % por la contingencia sanitaria, que aun así agradeció a los reconocidos solistas; la soprano, Vanessa Asenjo; la mezzosoprano, Fabiola Hentschel;  el tenor, Saul Sánchez Román; el barítono, Jesús Manuel Vargas Carmona, como del Mtro. José Miramontes Zapata, no solo con el aplauso, sino el hacerlo de pie y hacer vibrar este centenario coloso de Villerías. 




Así  como reconoce el Mtro. Miramontes Zapata el enorme esfuerzo en la integración del coro monumental, integrado por los Coros Oralia Domínguez y Polifónico de Rioverde, bajo la dirección de Erasmo Ugalde y  Mtro. José Miramontes Zapata, respectivamente, gracias a la participación de coristas de larga y reciente trayectoria, quienes de manera honorífica, con entusiasmo y compromiso lograron una gran mancuerna con los solistas y la OSSLP.

A pregunta expresa entorno a si es más resiliente la novena sinfonía en relación con la quinta sinfonía del genio alemán, a lo que el maestro,  José Miramontes Zapata, comenta. 

"Mas que resiliente, existe un empuje que provoca resiliencia hacia los externos, hacia los entes que no son Beethoven. Entonces Beethoven se vuelve se convierte entonces en el motivador  de la resiliencia externa a él"

Acota que "desde luego el texto no le corresponde  a él, al ser un texto de Schiller. El texto de Schiller  si lo observamos sin la poderosa fuerza evocadora de esta música, el texto no esta a la altura de la genialidad de Beethoven".

Por lo que "Beethoven lo toma porque ve el texto como una posibilidad  de llamado a la búsqueda de hermandad, de la felicidad y todo este tipo de elementos del romanticismo, también resultante del  espíritu francés y madurado en  el romanticismo alemán de alguna manera, o, nacientes del romanticismo alemán.

Es así que "la música de Beethoven muestra en el primer movimiento posiblemente un aire de resiliencia que en el segundo movimiento podría replicar esta resiliencia beethoveniana, pero es u resiliencia que no esta implicando una dinámica de su personalidad distinta a algo, sin  que esta implicando la búsqueda del encuentro con una estructura musical aún más abierta a la receptividad de la resiliencia de  nosotros".

"En este sentido, el primer movimiento me evoca a ese sentido que ya en esa época posiblemente Spinoza ya manejaba y que a lo mejor Beethoven tuvo contacto con algún  segmento filosófico de Spinoza, en el sentido de la creación del cosmos como la obra de Dios, pero Dios como el cosmos mismo, y esto lo digo porque él mismo texto tiene cierta vocación a ese sentido en el mismo texto del poeta alemán Johann Christoph Friedrich Von Schiller y en Beethoven sobre todo se va a manifestar muy poderosamente sobre todo después de la doble fuga del coro y antes de la doble fuga del coro, en el andante y adagio que inicia con el coro masculino que  es respondido pir el coro femenino.

Entonces el tercer movimiento me parece que es la actitud más profunda del racionamiento de Beethoven respecto a lo que él pudo haber sentido en la etapa final de su vida, y también, como la actitud de abrir su espíritu ya no al sentido de rechazo a la actitud de la sociedad  sino más bien el sentido del llamado a que la actitud de la sociedad cambie, esa es la diferencia y esje es el marco de profundamente evocativo del tercer movimiento.

Comenta que en el cuarto movimiento "tal vez la introducción sea una evocación a la desesperación de  verse imposibilitado  o tal vez analizado, y llegando tal vez a una deducción de que lo que estaba conformando serviría o no en sensibilizar a los seres humanos en eso, desde luego que lo consiguió en sensibilizar a los seres humanos en mucho, pero no creo que estuviera perfectamente convencido de que se modificaría la actitud humana en un sentido estricto".

"Digo, no es que sea resiliente Beethoven en esta sinfonía, sino que es el conductor que evoca y motiva e intenta generar reacciones resilientes de la soledad contra sus propias tonterías".




Ante la premura del tiempo, ya no se pudo conocer su comentario sobre el concierto en que el pianista Alexander Pashkov interpretó el Concierto para piano y orquesta  no. 1 en Si bemol menor, Op. 23 de Piotr I. Tchaikovsky.

"Es un excelente pianista, realmente entiende a Tchaikovsky, como hay que hacerlo, sin temor a tener cuidados específicos por las dificultades que plantea el concierto en si mismo".

"Pashkov es un músico nato natural, de hecho fue una especie de niño joven prodigio, continúa siéndolo en muchos sentidos, su sencillez se vuelve placenteramente musical cuando  esta ejecutando en el piano, para mí es un placer hacer música y ensamble con él".

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