jueves, 12 de mayo de 2022

Adiós, Raúl Matus



Raúl Edgar Matus Maldonado, nació en la ciudad de San Luis Potosí el 14 de septiembre de 1948, y ha fallecido este pasado 4 de mayo, a los 74 años de edad en la entidad que le vio nacer.

Deja tras de sí, un legado de trabajo como fotógrafo reconocido y una colección gráfica de paisaje arquitectónico potosino, muchos de ellos ganadores de certámenes de fotografía, por lo que la Dirección de Cultura Municipal le rinde un pequeño homenaje y este año podría dedicar el Concurso de Fotografía Municipal en su memoria, indicó Daniel García Álvarez de La Llera, director de Cultura Municipal.

A Raúl Matus su padre le transmitió el gusto que tenía por la fotografía, entre su acervo fotográfico están plazas y edificios de la ciudades de San Luis Potosí y Guanajuato, Armadillo de los Infante y Cerritos principalmente.




Fue experto en fotografía sacra ya que cuenta con trabajos de la Virgen de San Juan de los Lagos, entre los años de 1986 a 1993, en esa época producía en distintos formatos para la propia Diócesis de San Juan de Los Lagos. Igualmente hizo trabajos del señor de Chalma y al Cerro del Cubilete.

Fue amigo de todo el gremio de la fotografía potosina, amigo y socio del famoso fotógrafo potosino Eduardo Arocha, a quien el gobierno municipal rendía homenaje con un concurso de fotografía de su mismo nombre, en el cual participó por 6 ocasiones y era uno de los ganadores siempre; por lo que al final, en esa época se le pidió que dejara de participar y fuese Jurado. Fue miembro de la Asociación de Fotógrafos Profesionales de San Luis Potosí, y en el 2002 se le hizo un reconocimiento como Cronista Grafico de San Luis Potosí en el siglo XX.

Raúl Matus fue un fotógrafo previo a la era digital, revelaba e imprimía su propio trabajo usando las técnicas ahora casi olvidadas de la fotografía tradicional que era considerada como todo un arte. Su familia cercana cuenta que trató de actualizarse pero nunca le resultó lo suficientemente satisfactoria la fotografía digital.




Su hija Lupita y su yerno Carlos Tello, cuentan que el fotógrafo atesoraba su “cuarto oscuro”, lleno de ampliadoras y su máquina impresora, la cual dejó de utilizar por última vez en el 2019.

Era tan apasionado de la fotografía que elaboró pequeñas réplicas de las cámaras antiguas más famosas, iniciando por el daguerrotipo, cámaras de placa de diferentes formatos, gran formato, medio formato y de doble lente (stereo), así como miniaturas de laboratorios de cuartos oscuros, un set de estudio y pequeñas obras de arte, las cuales solía comercializar entre los amigos y conocedores de la materia. De todo ello, logró hacer un pequeño museo de la fotografía con cámaras reales.

Su esposa e hija aún cuentan con mucho material que dejó impreso que pondrán a la venta. Actualmente, los potosinos que acudan a la cadena de comida Los Pozoles podrán apreciar parte de su obra gráfica de San Luis Potosí, ya que en años anteriores decidieron comprar parte de su obra y exhibirla.

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