Con su trabajo "Dos pasos Propuesta #43", Mauricio Nava se convirtió en el ganador de la edición 2014 del Premio Nacional de Danza, que a partir de este año lleva el nombre del emblemático coreógrafo, Guillermo Arriaga.
El reconocimiento le fue entregado la víspera, en el marco del Primer Encuentro Nacional de Danza, que del 15 al 21 de este mes se realizó en la capital tapatía, con la participación de 52 compañía procedentes de 22 estados y países como Uruguay, Estados Unidos, Alemania y Colombia, entre otros.
El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) recordó, en un comunicado, que la pieza cuenta con música original y diseño de iluminación de Mauricio Nava.
Interpretada ante el jurado por los bailarines, Omar Borjas, Iván Ramírez y Cynthia Shmulkovsky; la coreografía ganadora tiene diseño de vestuario de ECCdm; producción ejecutiva de Selene Aguirre, realización escenotécnica de Eduardo Nava, asistencia técnica de Jaime Juárez, en una producción de El Circo Contemporáneo Danza Multidisciplina, A.C.
El jurado, quien eligió a Nava de entre 21 propuestas, estuvo integrado por Miguel Mancillas, Ilona Goyeneche, Graciella Torres, Jaciel Neri y Víctor Quijada.
Mauricio Nava, maestro de la licenciatura en Artes Escénicas de la Universidad de Guanajuato, estudió coreografía en el Instituto Nacional de Bellas Artes, ha realizado más de 46 obras, y es videoasta y director de escena.
Su obra se ha presentado en festivales, muestras y mercados de arte internacionales. Además, fue miembro del Colegio de Coreógrafos de México.
El encuentro, organizado por la Coordinación Nacional de Danza del INBA y la Secretaría de Cultura de Jalisco, incluyó la realización de la Muestra Nacional de Danza, funciones de ballet clásico, danza contemporánea, folclórico y flamenco y el Congreso de la Red Nacional de Festivales de Danza.
Además, el VII Festival de Improvisación procesos en diálogo, edición especial; el sexto Festival itinerante de videodanza "Agite y sirva"; el coloquio La Danza Vale, del VII Encuentro de Centro de Formación profesional; clases magisteriales, conferencias, presentación de publicaciones y foros de discusión.
Entre las mesas de análisis destacó la organizada por la crítica de Danza, Rosario Manzanos, denominada "Periodismo, el peor oficio del mundo", quien aclaró que el título de la mesa se debía en general a las condiciones que privan en torno al oficio del periodista, y que éstos siempre están condenados a no quedar bien con nadie, pues a nadie le gusta la crítica.
Por su parte, María Elena Matadamas, especialista en la disciplina, hizo un recuento de las situaciones generales que afectan a todo el gremio y en el caso del periodismo cultural, destacó el poco impacto social y el menosprecio de los grandes medios hacia temas culturales, artísticos, científicos y educativos.
Ello, atribuyó, es un reflejo de que la cultura y el arte no forman parte de las prioridades nacionales, y que se siguen viendo como actividades accesorias y prescindibles.
También analizó del devenir tecnológico que hizo que las empresas mediáticas adelgazaran drásticamente sus plantillas de trabajadores, y puso de la noche a la mañana a muchos periodistas en la calle.
"Desaparecieron los correctores de estilo, los capturistas, se redujo el número de colaboradores, articulistas y hasta de corresponsales nacionales y extranjeros. Y comenzaron a estructurar equipos con facilidad para moverse entre diferentes plataformas y soportes", refirió en su ponencia.
En ese marco, consideró que el periodismo cultural se debate entre el dilema de la objetividad y la inmediatez (que permiten los nuevos medios), y la exigencia de virar a un análisis y profundización de los temas; entre el deseo de captar lectores mayoritarios y masivos, o quedarse entre públicos especializados; entre el prejuicio de que resulta de poco interés para el común de la gente, y la visión de que no ha sabido conquistar lectores.
Sobre si existe futuro para el periodismo cultural, respondió que sí, a partir de las nuevas realidades, de tener estrategias de sobrevivencia; de sacar al periodismo cultural de ámbitos en los que quedó atrapado (revistas especializadas, sectores reducidos, etc.), a partir de alianzas, de entender que en los nuevos tiempos todo es colaborativo.
"Que todo proyecto se basa en involucrar al otro, en construir comunidades de interés, tejer redes de trabajo y en sumar a otros", concluyó.
En su oportunidad, Angélica Iñiguez, de Guadalajara, habló sobre "El periodismo y la danza", ponencia en la que hizo énfasis en la necesidad de capacitación y profesionalización del gremio para enfrentar coberturas especializadas como es el caso de las culturales y, en particular, las dancísticas.
En su opinión, el periodismo dancístico es un espacio en potencia dentro del periodismo cultural y éste a su vez, sigue siendo un oficio, "un hacer que se construye y se reinventa constantemente", de ahí la necesidad de enfrentarlo para sobrevivir.
Por su parte, Héctor Guardado, de Mazatlán, llamó la atención respecto a que muy pocas veces la información de cultura merece la primera plana de los diarios, y cómo para que lo sea debe tratarse de notas de los famosos, de las estrellas, que son "los que venden".
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