La dramaturga, periodista y directora teatral mexicana Maruxa Vilalta falleció este martes a los 81 años de edad.
A través de su cuenta de Twitter, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) lamentó el deceso de la autora de Nada como el piso 16, a quien describió como una “mujer apasionada del teatro y la literatura”.
María Vilalta Sotero nació en Barcelona, España, el 23 de septiembre de 1932 y se naturalizó mexicana en 1940. Estudió letras hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a lo largo de su carrera obtuvo diversos galardones, entre ellos el Premio Juan Ruiz de Alarcón y el Premio Festival de las Máscaras a la Mejor Obra de 1970 por Esta noche juntos, amándonos tanto.
En 2010, Vilalta fue reconocida con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura.
Entre las obras que escribió destacan: Los desorientados (1960); Un país feliz (1964); El 9 (1965); Cuestión de narices (1966), estrenada en catalán, como Qüestió de nassos, en 1974; Pequeña historia de horror (y de amor desenfrenado), en 1985; Jesucristo entre nosotros (1994), y En blanco y negro. Ignacio y los jesuitas (1997).
El trabajo de la dramaturga se tradujo al inglés, francés, checo, catalán e italiano, y se ha representado en México y en el extranjero.
Vilalta participó en noviembre de 2009 en la reinauguración del Centro Cultural del Bosque con su obra 1910, en el Teatro El Granero, y en 2007 presentó en el mismo foro Con la vista a la bahía, publicada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 2010.
“La creación del personaje no es fácil. En vez de creación quizás debería decir aparición. Desde el momento en que el personaje aparece y lo conozco, sé quién es y cómo vive y cómo siente. Y entonces el que habla es él. Lo dejo decir y me convierto en su escribiente. Me dicta y yo escribo, guardándome mucho de contradecirlo porque rechazaría de inmediato todo lo que quisiera imponerle. Y sería fatal para la obra si quisiera yo prevalecer sobre él”, dijo Vilalta en una conferencia que dio en el Aula Magna del Centro Nacional de las Artes, en junio de 1999, sobre la manera en que escribía teatro.
El año pasado, con motivo del 85 aniversario de Luisa Josefina Hernández, Estela Leñero escribió en la revista Proceso (edición 1913):
“Luisa Josefina Hernández rompe, junto con otras dramaturgas de su tiempo, como Elena Garro (1920-1998), Maruxa Vilalta y Margarita Urueta, con la tradición teatral donde las mujeres se dedicaban a escribir temas domésticos e intimistas, reproduciendo los papeles ‘típicos’ de su sexo, e incursionan en temáticas tanto del ámbito público como del privado, anteponiendo una visión crítica y liberadora hacia los roles estereotipados. El punto de vista femenino de las autoras no se queda en lo inmediato, sino que indagan tanto en el interior de la persona como en el ámbito que la circunda”.
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