Una de las donaciones más importantes recibidas en el Museo Nacional de la Máscara, consiste en un caballo de madera policromada de tamaño natural y una cámara fotográfica de cajón con fuelle de tela, que fueron usados por dos destacados fotógrafos ambulantes de la Alameda de la ciudad de San Luis Potosí: Odilón Govea y su hijo Martín.
El señor Odilón Govea, originario del municipio de Tierranueva, SLP, se inició como fotógrafo cargando la cámara de otro colega de quien aprendió técnicas y secretos, posteriormente a finales de 1940, compró su primera cámara y un caballo de cartón.
Martín Govea, nace en 1942 y se incorpora al trabajo de su padre en los primeros años de la década de 1960. También se le conocía como “fotógrafo de cinco minutos”, pues era el tiempo aproximado de revelado de la imagen o “fotógrafo de agüita”, pues al final lavaba el retrato en una cubeta para quitarles el fijador.
Los fotógrafos se ubicaban en plazas, parques y paseos; tenían elementos escenográficos como algún caballito de madera, vestuario folklórico y telones para ambientar las fotos. En la ciudad de México se establecieron principalmente en lugares emblemáticos como Xochimilco, Chapultepec o la Basílica de Guadalupe, mientras que en San Luis fue habitual verlos en la Alameda.
El uso de la cámara de cajón con fuelle que usaban estos fotógrafos, tuvo su mayor auge durante la primera mitad del siglo XX y comenzó a declinar en la década de 1970, debido a la incursión de nuevas técnicas fotográficas. La desaparición de los fotógrafos de cinco minutos o de agüita, ocurrió sin que existiera una verdadera documentación que recogiera de manera rigurosa todo lo más relevante sobre este noble oficio, su historia y la evolución de su técnica.
Para conocer de manera virtual este caballo de madera policromada que se encuentra en este museo, la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí invita al público que así lo desee a dar un clic en https://goo.gl/maps/MQcGmSgzUV9hCyC3A
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