domingo, 20 de febrero de 2022

“Lo banal del mal nace en el momento en que sentimos desprecio,enojo… con alguien por ser diferente”



Por: Eleana Herrera Montejano

“Recuerdo que en mi adolescencia lo que siempre cantareaban los presidentes era que, a pesar de todo, en México había paz, que no había guerra y era lo que había que agradecer, aunque nos estuviera cargando la chingada a todos”, platica la escritora veracruzana Norma Lazo, vía telefónica.

“Y la gente sí estaba agradecida por ello”, continúa, “a estas alturas te preguntas: ¿qué nos puede ofrecer el gobierno ahora que no hay ni el invento de la paz que nunca ha habido?”.

En conversación sobre su reciente libro, “La banalidad de los hombres crueles” (Lumen, 2022), Norma Lazo relata que, al ser de Veracruz, le tocó enterarse que en su estado natal habían encontrado una de las fosas más grandes de Latinoamérica. “Me puse a investigar y me encontré con una fosa en Vladivostok (Rusia) que encontraron en años recientes y dije qué cercanos estamos pese a que han pasado años, que somos culturas distintas y países lejanos, qué cercanos estamos en cuanto a enfrentar una tragedia tan similar: la destrucción del otro”.

La novela narra tres historias que se entrelazan a través de los años: en Tokio, 1971, el maestro Yoshikawa se desangra en el piso de su mansión. En Vladivostok, 1938, Ekaterina Nikolayéva, acusada de traición contra la patria, espera su juicio y condena. También en Vladivostok, pero en 2019, Takumi recibe una llamada de emergencia desde su país natal: su hermana fue encontrada casi muerta en una barranca del Estado de México y él decide volver a casa.

Pérdida, melancolía y soledad atraviesan a los personajes y la autora señala que para ella resultaba evidente hacer la relación de cómo la misoginia, homofobia, xenofobia, etc., son carencias humanas que están en todas las culturas.

“No podía evitar notar lo poco que hemos cambiado como sociedad. Quizás soy injusta porque, aunque sea a pasos de hormiga, sí hemos avanzado, pero el hombre ha enfrentado a lo peor que puede hacer el hombre y la mujer ha enfrentado lo peor que puede hacer otro ser humano por el simple hecho de no concordar”.

Considera que lo banal del mal nace en el momento en que sentimos desprecio, enojo o resentimiento con alguien por ser diferente.

“La crueldad y empatía son parte misma del ser humano, dos caras de la moneda y hay que trabajarnos mentalmente, lingüísticamente y culturalmente para poder entenderlo y asumir que deberíamos optar por una vía empática en vez de cruel”.




ORIGEN.

La historia nació hace muchos años, durante el proceso de “Las 7 virtudes contemporáneas”, en el que Norma Lazo propone las virtudes que se necesitan para sobrevivir a la actualidad e ilustra o crítica cada una de ellas con obras de arte.

Una de estas virtudes es la hospitalidad, que la autora comentó a partir de la película “Dersu Uzala” de Akira Kurosawa. “Me conmovió mucho la historia, además de que la película es de una belleza tremenda. Me puse a investigar al personaje principal, el capitán Vladímir Arséniev pues quería saber qué tanto era cierto”.

Cuenta que hace 8 o 9 años encontró un libro de este autor donde narra su relación con el nómada nanái. Luego, descubrió la novela “Dersu Uzala” y empezó a indagar sobre cómo Kurosawa llegó a esa historia.

“Todo se fue organizando de cierta manera y dije: aquí hay una historia qué contar. Se muestra cómo el capitán y el nómada salvan de la depresión a un personaje como Kurosawa, que se había resignado a hacer anuncios de whisky, tras el fracaso de su película e intento de suicido”.

Lazo explica que el deseo de contar esta historia nace encontrando los vasos comunicantes entre la crueldad de los crímenes de Estado y los momentos que estamos viviendo en la sociedad civil, que viene del crimen organizado.

Sin embargo, también nace del interés por la luminosidad que hay en nuestra capacidad de analizar y corregir, y de cómo la hospitalidad entre seres humanos puede salvarnos.

PROCESO.

De forma curiosa, al tratarse de una novela que toca la crueldad en contraposición a la hospitalidad, el proceso de escritura también hiló estos dos aspectos en la vida de la autora.

“Traté de escribir y no me gustó la voz que estaba saliendo, lo abandoné y en ese lapso me puse a leer por gusto y curiosidad, más que como investigación”. Encontró información sobre las purgas en Japón, sobre el poeta Ósip Mandelshtam, que murió en un Gulag y la autobiografía de Kurosawa, entre otros materiales.

Hizo enlaces con un historiador ruso a quien le hizo gracia que una mexicana estuviera tan interesada en Vladivostok. Él le mandó un libro con un capítulo sobre la familia Arséniev donde Lazo pudo encontrar el final de la historia: “no soy ingenua, pero me sorprende que sólo por envidia se pueda destruir la vida de alguien”.

La escritura fue un proceso largo, durante el cual la narradora abandonó la novela varias veces. “Me costaba tomarla y de pronto me dolía porque perdí a mi hermano mayor y eso se cruzaba. Es una novela corta, pero tardé varios años hasta que quedó como quería”.

Sin embargo, el proceso también trajo a su vida a dos traductoras de ruso y japonés con quienes desarrolló una buena relación.

BANALIDAD DEL MAL.

Por supuesto, el título es una alusión a “La banalidad del mal” de la filósofa Hannah Arendt, quien desarrolló este concepto en el contexto de los juicios que se hicieron a los nazis tras la Segunda Guerra Mundial.

Norma Lazo destaca la necesidad de entender que al usar el adjetivo “banal” se describe la posibilidad de que el mal surja en cualquiera de nosotros.

“No se está minimizando el horror que habían hecho los nazis. Al contrario, pone la llaga en donde debe: cualquiera puede, un día, hacer estas cosas. Entenderlo es lo que nos puede salvar de actuar de esa forma”.

Agrega que tener esto presente también ayuda a ver la luminosidad que podemos producir al analizar nuestros pensamientos y actitudes y decidir que eso que íbamos a hacer no está bien. “La idea contraria, pensar que somos seres a imagen y semejanza de Dios, que somos buenos y bondadosos es de donde viene la peor crueldad”.

La autora y obra

Norma Lazo (Veracruz, 1966) es narradora, ensayista, cronista, guionista y editora mexicana. Aunque es mayormente conocida por su trabajo como ensayista sobre temas cercanos a la violencia y el horror, también destaca en la historia de la literatura nacional como fundadora de la revista “Complot” y autora de “El dilema de Houdini” (Random House Mondadori, 2009); “El mecanismo del miedo” (Random House Mondadori, 2012); y “Lo imperdonable” (Colección Andanzas, Tusquets, 2014), entre otras novelas, libros de cuentos, guiones y ensayos.

Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde el año 2011.

Ha sido reconocida con el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares (2007), la mención honorífica en el Premio Nacional de cuento Beatriz Espejo (2010), Segundo lugar en el Certamen Internacional de Literatura Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz, 2011 (Categoría de Ensayo) y Concurso Nacional de Cuento Juan José Arreola, (2014).

No hay comentarios: