lunes, 14 de febrero de 2022

Luisa Reyes Retana, oda a la adolescencia



Por: Virginia Bautista

La escritora mexicana Luisa Reyes Retana (1979) confeccionó en Tu lengua en mi boca (Literatura Random House), su segunda novela, “una historia que refleja un brote de esperanza en mitad de un mundo roto”.

Un grupo de morras, jóvenes coahuilenses de 17 años, “albureras, latosas, muy abusadas, con mucha carrilla, que no tienen noción del deber ser ni del qué van a pensar de mí”, son las protagonistas de esta “oda a la adolescencia”, como define su propuesta literaria.

En entrevista desde Berlín, donde vive desde 2019 tras ser invitada a dirigir el Instituto Cultural de México en Alemania, la narradora detalla que “cuando se habla de mujeres del norte de México se les suele asociar con las muertas, con la maquila pero creo que también hay mucha alegría, ganas de vivir e imaginación, por eso quise hacer este retrato”.

Cuenta que la novela nació cuando conoció a “unas chavas laguneras en Torreón que me parecieron excepcionales. Me da curiosidad esta edad. Siento que mucha de la narrativa del cine y la televisión, que se hace sobre la adolescencia, mira a esta etapa de la vida desde una perspectiva no suficientemente amplia”.

"Confiesa que le gustan los personajes femeninos poco explorados. “Si algo no tenemos en la mira es a las mujeres jóvenes, del norte, que padecen violencia y luchan por ganarse la vida y disfrutarla”.

Agrega que “otra cosa de Torreón que me parece sublime es que en ciertos sitios, como la cantina, no hay distinción entre quién eres y a qué te dedicas.

"Se juntan los funcionarios, las chavas de la prepa, los amigos del futbol a bailar cumbias, a tomar cheves. Tienen un aprecio delicioso por la vida que quise sembrar en estos personajes”.

La maestra en Derecho Comparado por la Universidad de Berkeley, que viró hacia la literatura tras ganar en 2017 el Premio Mauricio Achar por la novela Arde Josefina, narra cómo la convivencia de las morras, su lectura de poesía y su crítica a los poetas “machistas”, le devuelven las ganas de vivir a Berta, la protagonista, quien dedicó 30 años de su vida a cuidar a su tía parapléjica. Berta se encuentra con las adolescentes durante su viaje a la Zona del Silencio para esparcir las cenizas de su tía.

Propone la amistad y la poesía como formas de resistencia, dice. Por esta razón, Reyes Retana construyó en esta novela una casa para sus poemas juveniles. “Estamos en deuda con la adolescencia, recordé la mía y mis poemas. Para mí eran importantes y quería publicarlos, pero no fue posible. Ahora se los coloqué a las morras. Saldé esa deuda con mi yo adolescente”, indica.

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