martes, 11 de octubre de 2022

Es mejor la quietud que el movimiento: Ida Vitale



Por: Virginia Bautista

 “No pienso en la muerte. Es complicado vivir pensando en la muerte. De repente, uno no se levantaría de pensar por dónde te puede tocar la muerte”, comentó ayer la poeta uruguaya Ida Vitale en la antesala de sus 99 años, que cumplirá el próximo 2 de noviembre.

“La muerte forma parte de la vida. A veces nos toca muy de cerca, a veces no. A mí me pasó la muerte de mi marido; también mis padres fallecieron cuando era niña, así que me crie con una abuela muy mayor cuya muerte era lógica, natural y esperada”, confesó la Premio Cervantes 2018.

En rueda de prensa, durante el segundo día de actividades de la Feria Internacional del Libro de Monterrey, donde el 12 de octubre tendrá un diálogo con la escritora Elena Poniatowska sobre “Escribir a los 90”, Vitale se dijo contenta de visitar por primera vez “esta ciudad entre montañas”.

“No se puede vivir pensando en la muerte, salvo que vivamos en una guerra. Supongo que es un límite que está sabiamente previsto. Debe ser terrible vivir mucho tiempo. Ya un siglo es bastante. Me considero cumplida. No aspiro mucho más”, explicó.

La también traductora y crítica literaria aclaró que no cree que nadie piense en cómo quiere morir. “Más bien, sería bueno morirse sin darse cuenta. Como no sé qué pasa después de que uno se muere, no sé si me quedaría con una angustia por no haber terminado algo o simplemente pasaría a mejor vida”.

Destacó que no busca dejar un legado. “Qué sé yo. Nunca me pregunté. Supongo que uno sería que a alguien le sirviera leer algo mío. No le reclamo a nadie un legado”.

La ensayista añadió que no está escribiendo mucho en estos momentos. “Yo soy bicho tranquilo. Si me muevo mucho, las cosas no cuajan; digo, en general no me salen los poemas de un tirón, hay que trabajar, pulir, cada uno tiene su sistema. Pero para todo es mejor la quietud que el movimiento”.

Quien publicó su primer libro en 1949, La luz de esta memoria, dijo que espera que la poesía sobreviva. “Si tuviera una visión del futuro, capaz que me arriesgaría a intentar una forma nueva, pero no. Como en el mundo reina más el mal que el bien, debe haber muchas formas de que algo se destruya. A veces hay cambios, algún tipo de poesía desaparece. Pero creo que siempre que sea necesaria, la poesía estará”.

Indicó que escribir a los 90 años significa lo mismo que escribir a los 70 o antes. “Cada poema es una aventura que puede tener buen o mal resultado. No tengo un libro preparado. Lo que ha de ser, será. No he perdido la capacidad de asombro. La vida aún nos depara momentos buenos y malos, no todo es felicidad.

“No hay un libro en honor a México, hay uno en honor a la vida, y parte de mi vida fue México. Hay muchos recuerdos de gente amiga. Lo que vivimos se transforma de alguna manera en poesía. Por lo menos, en mi caso, no hago poemas”, detalló.

Tras advertir que está “semisorda”, la autora de Palabra dada, Oidor andante y Procura de lo imposible señaló que festejará sus 99 años “olvidándolos”.

Reconoció que no le asusta escuchar poco. “Perder el oído es fastidioso para los demás. A veces es bueno no oír. Me complica la vida un poco, sobre todo con la música. Pero a estas alturas no me voy a angustiar mucho. Peor sería no oír nada”.

Concluyó que “nunca tuve intención de correr. Nadie ve la poesía como una carrera, es un estado de felicidad o de angustia. La vida es una pregunta que a veces contestamos en parte”.

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