lunes, 11 de mayo de 2020

Los jóvenes enfrentando la crisis sanitaria: amigos, zoom y reflexiones


Los tres temas que más discuten los jóvenes ante la pandemia son: sus expectativas y metas individuales, el efecto del fenómeno en sus vidas cotidianas y el futuro del mundo después la crisis. Aunque todos los jóvenes viven de manera distinta la emergencia sanitaria, lo que comparten es la idea de que esta pandemia está cambiando sus vidas. 

Seis jóvenes mexicanos comparten su visión del presente y sus especulaciones acerca del futuro. La crisis del coronavirus ha impactado la vida social, económica y educativa de los jóvenes alrededor del mundo. 

“Durante la pandemia me he dado cuenta de la importancia de priorizar un estado de introspección y no perderme en la vida rutinaria”, explica Manuel Machorro, estudiante del Churchill College.

Los jóvenes entrevistados, coinciden en que esta experiencia es una oportunidad de crecimiento personal y que la pandemia ha permitido que valoren más sus vidas y sus condiciones respecto de lo que lo hacían antes. Valoran su salud y las experiencias que parecían cotidianas y simples y que ahora representan un reto. 

Por ejemplo, Carla I. Contreras, estudiante de enfermería en la UAEM, explica que “esta experiencia la ha hecho valorar más el tiempo con sus amigos y los momentos fuera de casa”.

Mariana Icaza, estudiante del Colegio Americano, habla sobre cómo la crisis le ha dado una mayor “conciencia de [su] posición de privilegio socioeconómico. Ahora [aprecia] más a los sectores sociales que permiten que el país siga funcionando y que toman el riesgo continuo de salir de su casa porque no tienen otra opción”.

Manuel ha logrado un mayor entendimiento de sí mismo. A través de la introspección, se ha dado tiempo para entender qué quiere en el presente y qué espera para el futuro. “Durante esta pandemia, he entendido que las cosas pueden cambiar de un día a otro. Ahora entiendo que, independientemente de aquello que espero para el futuro, tengo que enfocarme en aprovechar y valorar el presente”.

La esperanza y el optimismo imperan en muchos jóvenes mexicanos. En disparidad con gran parte de la población adulta que muestra más angustia o miedo, la población joven reconoce el gran impacto de la crisis del Covid-19, pero al mismo tiempo la entiende como una oportunidad de cambio y de resolver problemáticas previas. 

A pesar  de que su experiencia educativa ha sufrido enormes cambios que los obliga a enfrentar retos y dificultades que hasta hace poco no habían imaginado. La forma en la que cada estudiante vive y experimenta estos desafíos depende de una amplia gama de factores.

La barrera tecnológica es un problema que pone a prueba a los alumnos durante estos tiempos. Carla explica que al no tener Internet en su casa, tres veces a la semana tiene que ir a una ubicación alterna para estudiar. En su casa, todos los días dedica aproximadamente cuatro horas adicionales a hacer apuntes de los materiales que los profesores le envían. Además, Carla argumenta que “en el área de salud la mayoría del aprendizaje es práctico y estudiar solo la parte teórica, no es suficiente”. En estos momentos debería de empezar a hacer prácticas quirúrgicas, pero el coronavirus se lo impide.

Por su parte, Camilo Leal, estudiante del CCH Sur, explica que sus profesores, también batallan con las nuevas tecnologías: “algunos profesores, por su edad, no entienden el sistema de las clases en línea y no explican el tema, solo nos dejan ejercicios y tareas”. Así, los alumnos se ven forzados a desarrollar habilidades de aprendizaje autónomo.

A veces Camilo hace la tarea y a veces no, se considera que él no es una persona autodidacta y le cuesta mucho estudiar en casa. Tiene bastante tiempo libre por lo que pasa una gran cantidad de tiempo sin hacer nada.

En contraste, a Manuel no le desagrada el aislamiento pues le ha dado tiempo de ponerse al corriente con las materias en las que se sentía débil. Sin embargo, explica que “con el exceso de tiempo y de libertad durante la cuarentena, es fácil perder el control. Hay días muy productivos mientras que también hay días que pasa más horas de las que le gustaría viendo videos de Youtube y series en Netflix. A pesar de esto, todos los días trata de trabajar un poco y busca mantener su horario de sueño, aunque es difícil y a veces se duerme hasta las dos de la mañana.

Camilo reconoció las desventajas a las que se enfrentan algunos jóvenes de recursos económicos limitados y que se profundizan durante la pandemia. Muchos no tienen acceso a Internet o a lugares de estudio adecuados, podrían verse en desventaja. “En general, la situación de tu familia afecta tu rendimiento académico. Ahora que las clases son en casa, los efectos de tus condiciones socioeconómicas son mucho peores. Así, las calificaciones durante este periodo pueden ser desventajosas”.

En el caso de Fernanda Coello, quien estudia el Bachillerato Internacional en el Colegio Británico, la cancelación de los exámenes finales le molesta pues no podrá demostrar el conocimiento adquirido: “es una decepción muy grande ya que, mi generación llevaba dos años preparándose para presentar los exámenes y teníamos ánimos de mostrar nuestras capacidades”. A pesar de esto, durante la cuarentena, Fernanda ha buscado seguir con su educación de manera independiente. Todas las mañanas estudia física y matemáticas por su cuenta. Ahora que tiene un horario más flexible, cocina para su familia, especialmente cuando sus padres terminan tarde sus labores. Habla con sus amigas a diario y todas las noches hace una hora de ejercicio.

Las actividades extracurriculares de los estudiantes también han cambiado. Diego Garciatorres, estudiante de la escuela Preparatoria Nacional 1, explica que durante el aislamiento sus entrenamientos de fútbol americano se llevan a cabo a través de plataformas virtuales como Zoom. Entrena seis días a la semana y sus entrenamientos duran aproximadamente una hora y media. Él y sus compañeros hacen ejercicios físicos que se pueden realizar desde casa como lagartijas, abdominales y pesas con garrafones de agua. A veces ven las jugadas en un pizarrón como antes las veían en los entrenamientos presenciales. “Ahora los entrenamientos son más fáciles porque son más cortos y exigen un menor rendimiento físico”. 

Por otro lado, Mariana explica que sus prácticas de debate tienen lugar en plataformas de videoconferencia, pero los cambios no han sido grandes. “Como es una actividad que se basa en la comunicación, fue fácil adaptarse al uso de plataformas virtuales”. Sin embargo, Mariana explica que “a través de plataformas en línea, no se puede evaluar la comunicación no verbal como los ademanes y la postura de los competidores, lo cual es algo muy importante en la oratoria”. A pesar de las dificultades, durante la cuarentena Mariana ha participado en torneos nacionales e internacionales virtuales. “Esta situación me ha dado la oportunidad de competir con personas de distintas partes del mundo como Malasia, Filipinas, Dinamarca y Canadá. En situaciones normales, esto sería más difícil por el costo y la distancia que estos los torneos implican”.

Más allá de lo que se vive actualmente, todos los entrevistados concuerdan en que la pandemia generará enormes cambios en el mundo y en que los mayores impactos serán en el ámbito tecnológico y económico, aunque difieren respecto a la naturaleza del resultado final. Diego y Fernanda prevén un uso más intensivo de tecnologías existentes, como plataformas de videoconferencias, en los trabajos y en la escuela. Ambos mencionan algunos de los beneficios que surgirán de esta transición tecnológica, tales como una mayor flexibilidad laboral y una mayor accesibilidad a clases en línea.

Manuel es menos optimista al considerar que tras la crisis puede haber un miedo generalizado entre las personas, que llevaría a la sociedad a aceptar gobiernos paternalistas, y tener que sufrir la pérdida de libertades. Argumenta que el uso acrecentado ante la crisis, de drones, tecnologías térmicas y de reconocimiento facial se mantendrá posteriormente, arriesgando nuestro derecho a la privacidad.

En lo que toca a los impactos previsibles a la economía, Carla, Camilo y Mariana concuerdan en que se aproxima una crisis ocasionada por la reducción en las actividades productivas. Mariana enfatiza “una gran pérdida de trabajos” mientras que Carla piensa que “las personas con menos recursos económicos van a ser las más afectadas”.

Las dificultades y oportunidades del presente, al igual que las esperanzas y preocupaciones del futuro que estos los jóvenes expresan, difieren y se asemejan al mismo tiempo.

Fernanda, concluye su entrevista con una reflexión personal. “Lo que más me pesa es la incertidumbre: no se cuanto tiempo pasará antes de que las cosas vuelvan a la normalidad. Mientras tanto, estoy aprovechando el tiempo que paso con mi familia y conmigo misma.”

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