Llegó finalmente el sucesor de Prender un fuego, el disco que le valió a la nueva referente del rock argentino Marilina Bertoldi una nueva etapa en su vida artística. Mojigata abandona el funk y se pone denso con el rock anclado en los 70 y discos femeninos de referencia. Incluye una balada cantada junto a Javiera Mena.
Había que surfear la ola de Prender un fuego (2018), el disco que le valió el reconocimiento de la crítica (ganó el Premio Gardel de Oro), el salto masivo y –lo más importante– la definición estética de un sonido y una búsqueda. No es que todo lo demás no valga (tres discos con la banda Connor Questa y otros tres anteriores como solista) pero la mecha agarra cuando tiene que agarrar.
En ese sentido, Mojigata funciona como la transición del funk y el soul en tanto enojada y «preparada» hacia un rock más clásico con el foco en los 70 por textura y la búsqueda de referentes mujeres como inspiración. En este caso, por ejemplo, Alanis Morissette y Fiona Apple.
Con un trabajo muy personal en la mezcla de su voz, y con Bertoldi al mando de la producción, las dos canciones que se destacan son La cena, como centralidad de la búsqueda conceptual, y Pucho trasladándose al mundo sonoro de Ca7riel y hasta probando sus mismos chistes cuando utiliza el autotune.
También hay una «balada lésbica» (así le dice ella) acompañada en el canto por la chilena Javiera Mena. El vídeo, que sirvió como uno de los cortes del disco, es imperdible. Áspera y directa desde la tapa (hay una foto de pezones masculinos tapados), la referente mujer de la nueva generación del rock argentino se aleja de la denuncia y se acerca al goce. Ese por el cual no le da explicaciones a nadie. Y así lo canta: «Paso el tiempo afilando cuchillos / Ya te tengo entre mis dedos, ¡se!»
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