sábado, 2 de agosto de 2014

NUCLEODANZA…AMOR, PASIÓN Y DRAMA EN EL CENTRO DEL ESCENARIO


 
Por: Judith Álvarez
 
La pasión desbordante recuerdos de todas las hazañas, la alegría, felicidad y entusiasmo de haber librado retos durante tres décadas y con una personalidad propia ganada de la nueva Compañía Nucleodanza, caracterizó la presentación de este grupo en el XXIV Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
El Teatro de la Paz, con un lleno total fue el escenario donde participó Nucleodanza de San Luis Potosí que dirige Guadalupe Orellana con su propuesta coreográfica consistente en un tridium de danzas tituladas: “Huellas Profundas”, “Y no dormir sin soñar” y “Pétalos”.
En la primera de Francisco Torres, la temática  ahonda en las diferentes situaciones que se corren en la vida que provocan confusión, pero que los diferentes actores logran salir victoriosos. Hay una dinámica de movimientos que ya caracteriza a los bailarines de este conjunto potosino, tanto teatrales como dancísticos. También participan con la lectura de poemas de Oralia y Soraya Orellana. Esta última se integra con su voz y sentada como en especie de púlpito central en el escenario.
En la segunda obra de Bárbara Alvarado, se desarrollo una escenificación de la vida cotidiana, en donde un grupo de personas  han traído un baúl repleto de lo que la imaginación y el sentido simbólico les permitan. Continúan algunos poemas en audio, salidas, entradas, teatralidad. Gesticulaciones de asombro y sorpresa, ante el encuentro con otro grupo, interactúan, logran acuerdos y se integran. Es una especie de  entretejido de emociones cotidianas, entre el consciente y el subconsciente, trazos y trozos del estar en el mundo onírico o real y la manera cómo se van resolviendo las diferencias.
Nucleodanza cierra su presentación con una obra de TonIo Torres. Acorta el escenario colocando dos barreras verticales con telas blancas, más cerradas en la parte superior, pero que permiten ver la puerta que conecta el Teatro con la Escuela,  que se abren en la inferior. Imagen que simula un canal donde van desfilando cada miembro del grupo dancístico, realizando secuencias de movimientos. Simbólico elemento del nacimiento del sueño de crear la compañía y todo lo que ha permeado en su crecimiento.
Como un reconocimiento a cada bailarina y bailarín en su nivel, en su justa dimensión. Reiterada observación: mantienen ya una marca propia de la Compañía. Ataviados con vestuarios rojos, mallones, pantalones y  túnicas en los hombres, vestidos en las mujeres, ingresan a ese camino alfombrado en pétalos de rosas blancas, rosas y rojas, al tiempo que también caen sobre sus cabezas. Entran en una dinámica de saltos, giros, alzadas abrazos, parejas que se encuentran, solos  en diferentes ejecuciones. En ocasiones hay algunos que registran un gran nivel técnico ejecutando especiales saltos acrobáticos. En general se percibe una sensibilidad y alegría en  la celebración que acontece. La música de diversas bandas electrónicas como fondo para concluir con un siempre reconfortante Bach. Los colores luminosos y en contrate con otros rojos inundaron la fuerza guerrera que siempre les ha llevado como en la vida misma .El bailarín Juan Manuel Martínez con una gran sonrisa y algunos adagios agradeció y compartió pétalos con sus compañeros y el público. Se despidió como ejecutante por situaciones de cuidado de su cuerpo.
 La pasión por el aprendizaje, la evolución de la difícil disciplina y la búsqueda de un lenguaje propio es lo que llevó a un grupo de mujeres y hombres a dar el salto hacia nuevos escenarios.
A mediados  de  los ochentas un buen número de integrantes del Ballet Provincial del Instituto Potosino de Bellas Artes que dirigía Lila López apostaron al destino a ser mejores en su quehacer artístico. Forman la Compañía Nucleodanza, bajo la dirección del potosino Tonio Torres, un ente extraordinario que ya había recorrido un camino de esfuerzo, tenacidad y calidad con monstruos de la escena de esa época, como Michel Descombey  en Ballet Teatro del Espacio, con quien trascendió con su obra solista, de gran nivel de ejecución y drama :”La muerte del cisne”.
“El arte es técnica y poética. Uno de los grandes aciertos de este quehacer es conmover”. Comentan bailarines de Contempodanza con Cecilia Lugo durante recientel documental en la Cineteca Alameda. Nucleodanza conmueve con sus coreografías, porque en el fondo están impregnadas de las luchas y batallas que han librado. Contienen grandes dosis de drama, que en momentos se tornan persistentes, lo cual pudiera suavizarse o equilibrarse para evitar cansar al público.
Así es como Nucleodanza también ha recorrido un largo camino durante treinta años. La aventura de instaurar paralelamente la Escuela Estatal de Danza Contemporánea con la licenciatura constituye un gran reto. Nuevos valores vendrán a nutrir, alimentar, compartir y luego volar hacia nuevos escenarios, muchos de ellos profesionales. Quizá también en la opción de ejercer la coreografía, la docencia, la investigación y difusión. Es conveniente la preparación continúa en diversas disciplinas y aperturar en la creación coreográfica y desarrollo artístico.
De la Compañía original  permanecen:  la propia directora Guadalupe Orellana y Francisco Torres De la primera generación de la licenciatura, Mónica Salas, de otras posteriores destacan Isis Chávez, Josué Ramírez, Nallely Torres, Elena Rico y Víctor Amaya. Todos en conjunto continúan dando su mejor esfuerzo, su amor al arte…destinos enlazados b

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