Por: Judith Álvarez
La pasión
desbordante recuerdos de todas las hazañas, la alegría, felicidad y entusiasmo
de haber librado retos durante tres décadas y con una personalidad propia
ganada de la nueva Compañía Nucleodanza, caracterizó la presentación de este
grupo en el XXIV Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
El Teatro de la
Paz, con un lleno total fue el escenario donde participó Nucleodanza de San
Luis Potosí que dirige Guadalupe Orellana con su propuesta coreográfica
consistente en un tridium de danzas tituladas: “Huellas Profundas”, “Y no
dormir sin soñar” y “Pétalos”.
En la primera de
Francisco Torres, la temática ahonda en
las diferentes situaciones que se corren en la vida que provocan confusión,
pero que los diferentes actores logran salir victoriosos. Hay una dinámica de
movimientos que ya caracteriza a los bailarines de este conjunto potosino,
tanto teatrales como dancísticos. También participan con la lectura de poemas
de Oralia y Soraya Orellana. Esta última se integra con su voz y sentada como
en especie de púlpito central en el escenario.
En la segunda
obra de Bárbara Alvarado, se desarrollo una escenificación de la vida
cotidiana, en donde un grupo de personas han traído un baúl repleto de lo que la
imaginación y el sentido simbólico les permitan. Continúan algunos poemas en audio,
salidas, entradas, teatralidad. Gesticulaciones de asombro y sorpresa, ante el
encuentro con otro grupo, interactúan, logran acuerdos y se integran. Es una
especie de entretejido de emociones
cotidianas, entre el consciente y el subconsciente, trazos y trozos del estar
en el mundo onírico o real y la manera cómo se van resolviendo las diferencias.
Nucleodanza
cierra su presentación con una obra de TonIo Torres. Acorta el escenario
colocando dos barreras verticales con telas blancas, más cerradas en la parte
superior, pero que permiten ver la puerta que conecta el Teatro con la Escuela,
que se abren en la inferior. Imagen que
simula un canal donde van desfilando cada miembro del grupo dancístico, realizando
secuencias de movimientos. Simbólico elemento del nacimiento del sueño de crear
la compañía y todo lo que ha permeado en su crecimiento.
Como un
reconocimiento a cada bailarina y bailarín en su nivel, en su justa dimensión. Reiterada
observación: mantienen ya una marca propia de la Compañía. Ataviados con
vestuarios rojos, mallones, pantalones y
túnicas en los hombres, vestidos en las mujeres, ingresan a ese camino
alfombrado en pétalos de rosas blancas, rosas y rojas, al tiempo que también
caen sobre sus cabezas. Entran en una dinámica de saltos, giros, alzadas
abrazos, parejas que se encuentran, solos
en diferentes ejecuciones. En ocasiones hay algunos que registran un
gran nivel técnico ejecutando especiales saltos acrobáticos. En general se
percibe una sensibilidad y alegría en la
celebración que acontece. La música de diversas bandas electrónicas como fondo
para concluir con un siempre reconfortante Bach. Los colores luminosos y en
contrate con otros rojos inundaron la fuerza guerrera que siempre les ha
llevado como en la vida misma .El bailarín Juan Manuel Martínez con una gran
sonrisa y algunos adagios agradeció y compartió pétalos con sus compañeros y el
público. Se despidió como ejecutante por situaciones de cuidado de su cuerpo.
La pasión por el aprendizaje, la evolución de
la difícil disciplina y la búsqueda de un lenguaje propio es lo que llevó a un
grupo de mujeres y hombres a dar el salto hacia nuevos escenarios.
A mediados de los
ochentas un buen número de integrantes del Ballet Provincial del Instituto
Potosino de Bellas Artes que dirigía Lila López apostaron al destino a ser
mejores en su quehacer artístico. Forman la Compañía Nucleodanza, bajo la
dirección del potosino Tonio Torres, un ente extraordinario que ya había recorrido
un camino de esfuerzo, tenacidad y calidad con monstruos de la escena de esa
época, como Michel Descombey en Ballet
Teatro del Espacio, con quien trascendió con su obra solista, de gran nivel de
ejecución y drama :”La muerte del cisne”.
“El arte es
técnica y poética. Uno de los grandes aciertos de este quehacer es conmover”. Comentan
bailarines de Contempodanza con Cecilia Lugo durante recientel documental en la
Cineteca Alameda. Nucleodanza conmueve con sus coreografías, porque en el fondo
están impregnadas de las luchas y batallas que han librado. Contienen grandes
dosis de drama, que en momentos se tornan persistentes, lo cual pudiera
suavizarse o equilibrarse para evitar cansar al público.
Así es como
Nucleodanza también ha recorrido un largo camino durante treinta años. La
aventura de instaurar paralelamente la Escuela Estatal de Danza Contemporánea
con la licenciatura constituye un gran reto. Nuevos valores vendrán a nutrir,
alimentar, compartir y luego volar hacia nuevos escenarios, muchos de ellos
profesionales. Quizá también en la opción de ejercer la coreografía, la
docencia, la investigación y difusión. Es conveniente la preparación continúa
en diversas disciplinas y aperturar en la creación coreográfica y desarrollo
artístico.
De la Compañía original permanecen:
la propia directora Guadalupe Orellana y Francisco Torres De la primera
generación de la licenciatura, Mónica Salas, de otras posteriores destacan Isis
Chávez, Josué Ramírez, Nallely Torres, Elena Rico y Víctor Amaya. Todos en
conjunto continúan dando su mejor esfuerzo, su amor al arte…destinos enlazados
b
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