lunes, 10 de octubre de 2022

Sanador unipersonal: "Zurdo" en la Guarida del Coyote



Por: Roberto A. Valenciano Capín 

Zurdo, una puesta en escena que es capaz de llenar el hueco que se tiene en el corazón, como también ser generoso y sanador.

Es así como se presentó este unipersonal bajo el planteamiento del biodrama de un actor que no solo rememora su encuentro con el teatro hace ya más de cuarenta años. 

Sino comparece ante el público al relatar / compartir su historia que carga como este lastre en la memoria.

"¿Cómo se llega al teatro? Algunos llegan por casualidad, por invitación, por casting. Yo llegué corriendo..." platica el actor Francisco Morán.




Al platicar que llegó al teatro gracias a su primer encuentro con la biblioteca y de esta manera huir del cinturón de su padre, y es a partir del cual le queda claro que el teatro es también magia, es el espacio vacío, es el público, el sudor en el escenario... pero aun así es hacer teatro desde otra mirada.

Y es desde esta mirada que establece su cuerpo y sus apuntes de su psique dentro de este ejercicio conciso sobre la violencia y la redención.




Como también lo hace al reconocerse como el esposo, el padre, siendo así  su primer lugar que no quiere huir y, como ese hijo que extraña a su propio padre más de lo que imaginaba, a pesar de ese sojuzgamiento a través del dolor, que no solo trata de minimizarlo, sino en su momento logra poner su corazón en la mano, para cimbrar los sentimientos y las pasiones que vive como verdad y, así ser testigo de este enfrentamiento valiente y sanador de perdonar al papá bigotes, al papá chinos, al papá cachetes y muchos más formas de citarlo; como de esas ausencias, de esos gritos, de no confiar en él, entre otras muchas más.




Para detentar esta dolorosa declaración: "Llegue al teatro para huir de ti, ahora quiero usar el teatro para llegar a ti", sentencia.

Y cerrar con esta potente imagen de ver surcar en el cielo, ese papalote, si, ese regalo que les dio su padre y  que  apunta que es como quisiera ver a su padre.




Sin hacer desdén de este dialogar doloroso, amoroso y de lucha a través de las canciones de Enrique Ballesté, Chico Ché y Antonio Caban.

De esta manera, se despliega esta innegable fuerza emotiva que da pie a esta complicidad bajo esta estética en escena que es fiel testimonio de esta investigación y trabajo en este unipersonal de Francisco Moran, en conjunción de la dramaturga y dirección de  Sayuri Navarro.

Una producción de La Carrilla y de @iyari.teatrodelavida.

Es así como se suscitó este hecho escénico en la Guarida del Coyote que forma parte del proyecto apoyado por la Convocatoria: CIRCUITO NACIONAL DE ARTES ESCÉNICAS CHAPULTEPEC: DANZA Y ESPACIOS AUTOGESTIVOS, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), por conducto de la Coordinación Nacional de Danza y como parte del proyecto prioritario Chapultepec, Naturaleza y Cultura”.

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