Por: Virginia Bautista
"La danza butoh es un diálogo con el cuerpo. Es un medio para expresar la cosmovisión, el universo o la naturaleza a través del movimiento físico. Es como tomar toda la energía y expresarla desde las entrañas”, afirma en entrevista el bailarín y coreógrafo japonés Ichihara Akihito, integrante de la agrupación nipona Sankai Juku.
El ejecutante nipón, quien hace 25 años se deslumbró con la cosmogonía prehispánica, cuando visitó México por primera vez, ha creado junto con el mexicano Espartaco Martínez, también bailarín de danza butoh, la obra Spiral Quetzalcóatl, que se estrenará el 18 de abril en el Teatro de la Danza.
"Evocar a Quetzalcóatl al estilo de butoh es interesante y es lo que siempre hacemos. El motor del trabajo artístico no es expresar la belleza, sino compartir algo importante. En este caso, expresar el viento, el agua, el aire, los animales, a través del movimiento”, agrega sobre la nueva pieza.
"México es un país muy especial para mí, porque fue el primero que visité en mis giras internacionales. Cuando llegué, en 1997, descubrí un país exótico y me despertó mucha simpatía, porque tiene varios puntos en común con Japón. Teotihuacan fue uno de los lugares que más me sorprendió”, confiesa.
Para Espartaco Martínez, quien estudió en Japón este género dancístico, “el butoh es una danza contemporánea, pero a la vez no lo es, porque lo contemporáneo tiene que ver con Occidente, en el sentido de que es lineal y siempre hay algo nuevo.
"Es un enamoramiento con la tradición, no es solamente un choque, sino que tiene cuidado de integrar las tradiciones. No es egoísmo ni individualismo, sino individualidad. No está ubicado en el tiempo lineal, sino más bien circular y espiral. Hay un cuidado por los ancestros y los viejos, y un reflorecimiento”, explica en entrevista por separado.
Sobre Spiral Quetzalcóatl, indica que tiene una parte mitológica y otra universal. “Siempre me ha intrigado lo circular, porque significa iniciar otra vez, volver a empezar. La espiral tiene que ver con el origen. Dimos vida a la coreografía a partir de palabras clave, como agricultura, fuego. Y jugamos con el concepto del tiempo circular, que se muerde la cola emulando a una serpiente emplumada”.
Ichihara Akihito destaca que Japón también tuvo un dios Serpiente. “Tenemos cosmogonías similares, lo que ha provocado emociones compartidas”.
El primer compromiso en la agenda de Akihito es la realización del conversatorio virtual Con-moverse, conversaciones sobre la entraña, hoy a las 17:00 horas, con transmisión a través de plataformas digitales.
En esta charla, abierta a todo público, el coreógrafo compartirá reflexiones sobre la colaboración artística, sus perspectivas, sus formas de trabajar y los impulsos de la creación creciente con su contraparte mexicano, dando muestra de una estrecha relación creativa alrededor de la danza butoh entre México y Japón.
Además, impartirá del 14 al 17 de abril un taller dirigido a bailarines, creadores escénicos, artistas y practicantes del butoh que se enfocará en la estética y filosofía de este género dancístico.
Y el punto culminante será la interpretación de su nueva coreografía el 18 de abril, a las 20:00 horas, en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, del Centro Cultural del Bosque.
Disruptiva, visualmente reconocida por el uso de movimientos erráticos y grotescos, la danza butoh recrea temas profundos y dolorosos, como la metamorfosis, los ciclos de vida y muerte y la relación de los seres humanos con la naturaleza, entre otros.
También conocida como “la danza de la oscuridad”, la butoh se originó hacia 1959, después de la lamentable destrucción de Japón tras las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
"Actualmente existen pocas compañías con una larga trayectoria, de 30, 40 o 50 años; pero hay muchos coreógrafos que trabajan de manera independiente. Creo que cada vez se hace más butoh”, concluye Ichihara Akihito.
Explica que la nueva obra se integrará al repertorio de su compañía, Sankai Juku, aunque todavía no hay planes de futuras presentaciones.
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