“¿Cuál es la única guía de este trabajo? Construir cosas “, explicó. (Jesús Quintanar)
Por: Emiliano Balerini Casal
La crisálida es un gusano que se encierra en sí mismo y que se vuelve mariposa después de un tiempo. Sin embargo, en la escultura que Manuel Felguérez inauguró ayer en el Museo Rufino Tamayo de Arte Contemporáneo, también es la intervención artística de un Volkswagen, mejor conocido como “escarabajo”.
La obra es la transformación de un sedán en un objeto plástico. Si bien, en la escultura no se aprecia la crisálida completa sino la mitad de su proceso, la aspiración de Felguérez es que esta pieza llegué a ser una nave especial.
Durante la presentación en la explanada principal del museo, se transmitió un video sobre el proceso de creación de Crisálida, en el que el pintor dijo que el Volkswagen es un diseño perfecto: “Aquí hay un automóvil que hicimos chatarra para que no tenga significado. Si toda esa chatarra la metemos en una licuadora perderá su esencia, pero no dejará de ser un ‘escarabajo’”, mencionó.
“¿Cuál es la única guía de este trabajo? Construir cosas. Me considero un artista objetual: trabajo con la materia, construyo cosas”, dijo el autor de Puerta 1808, inaugurada en 2008 para conmemorar el bicentenario del movimiento independentista del cabildo de la Ciudad de México.
Crisálida está relacionada con el Mural de Hierro —pieza incluida en la muestra Desafío a la estabilidad. Procesos artísticos en México 1952-1967, que se acaba de inaugurar en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo—, y fue realizada siguiendo un proceso de trabajo: “Cuando hice el Mural de Hierro me regalaron un camión de chatarra; lo tiramos abajo del muro donde haríamos la obra y lo empezamos a construir de manera inmediata, apoyándonos en todos los trabajadores del cine, lo que permitió acabar la obra en dos o tres meses”, explicó el artista zacatecano.
En esta ocasión pasó algo similar: se tiró la chatarra de Volkswagen en el piso, y fue destazado por completo, por lo que en la obra todas las piezas del coche están presentes. No se eliminaron ni se agregaron piezas, comentó el artista durante la inauguración, a la que acudieron distintas autoridades como Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta, y Magdalena Zavala, coordinadora de Artes Visuales del INBA, así como el artista Vicente Rojo, entre otros.
“Las mismas piezas de un Volkswagen se han convertido en una escultura rara. Y esta escultura, con esas características, tiene que ver con muchas cosas del pasado: por un lado mi admiración al diseño de este automóvil hecho por Ferdinand Porsche, quien, muy a mi pesar, apoyó a Adolfo Hitler, lo cual da un poco de vergüenza, pero ni modo, así fue el coche del pueblo, que se creó en los años treinta, duró y duró y duró hasta que de la planta de México salió el último Volkswagen. Es un coche que está en la nostalgia; fue popular, y al transformarlo en otra cosa me salió, un poco de chiste, lo matemático, al decir que el orden de los factores no altera el producto. Es decir, aquí están todos los elementos de un ‘escarabajo’, y se debe recordar que este automóvil se encuentra en plena transformación”, mencionó.
A su vez, Tovar y de Teresa dijo que la escultura representa un acto más de la vigencia creativa y la magia de Felguérez: “Él siempre ha sido coherente con su pensamiento y su obra. Es uno de los creadores del Movimiento de Ruptura, en el que México, después de transitar por una etapa de introspección de su propia visión de la identidad en la plástica, los jóvenes vieron que con su talento había que abrirse al mundo y a nuevos horizontes. Es así que con gente como Vicente Rojo, Lilia Carrillo y José Luis Cuevas, entre otros, se inició un movimiento que le dio una nueva dinámica al arte mexicano”.
Felguérez no deja de sorprender al transitar de lo figurativo a lo abstracto y ser capaz de pasar de la pintura a la escultura del modo más creativo y genial. Afortunadamente, buena parte de espacios nacionales están embellecidos con sus obras, destacó.
Gira y filme
La obra permanecerá expuesta en el Museo Rufino Tamayo de Arte Contemporáneo hasta el 15 de junio; después visitará varios estados de la República.
El artista, quien cumplió 85 años mientras hacía esta pieza, cuenta con 60 años de trayectoria.
El proceso de trabajo de Crisálida fue documentado con la finalidad de crear un largometraje homónimo sobre Manuel Felguérez
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