domingo, 18 de febrero de 2018

En monólogo desmistifican y humanizan a "Cien años de Soledad"



Por: Edelmiro Franco. Corresponsal

Con el monólogo “50 de Cien”, el actor mexicano Rodrigo Murray logra desmitificar y humanizar la obra cumbre de Gabriel García Márquez, “Cien años de soledad”, y hacerla divertida al espectador en el escenario.

Murray es el protagonista de “50 de Cien”, escrita por el guionista mexicano Fernando Javier León Rodríguez y por el escritor español Nicolás Melini, con música original de Luis Ernesto Martínez Novelo y Santiago Ojeda, una obra que se presentó en el Teatro Nacional “Fanny Mickey” de la capital colombiana.

El actor mexicano conversó con Notimex sobre la experiencia de llevar a escena una novela como “Cien años de soledad”, para encarnarla, para darle vida a una obra que es de las más vendidas en habla hispana después de la Biblia, que supera a Don Quijote de la Mancha, y con traducciones en 32 idiomas.

“Cien años de soledad” es un libro “con el que se han hecho cualquier cantidad de comentarios, sugerencias (...) Es un libro que sin duda alguna es fundamental para la historia de la literatura universal”, aseveró.

Desmitificar y humanizar la novela de García Márquez, fueron dos de los grandes retos de este actor mexicano que ha participado en más de 35 montajes como "Madre Coraje", de Bertold Brecht; "TIC TAC BOOM", (El Narco negocia con Dios), de Sabina Berman; y "Le Prenom", de Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière, entre otros.

Para Murray al desmitificar un poco “Cien años de soledad” y humanizar el propio libro “se podría llegar a ser divertido para el espectador”,  lograr enganchar de principio a fin a las personas que nunca han leído la obra del Nobel colombiano y llevarlas a acercarse a la novela.

Pero además, la puesta en escena también tiene el propósito de que los espectadores que han leído la novela y se hayan sumergido en el mundo de Macondo, vuelvan a sus páginas para releer la historia.

Recordó que en una primera versión del guión, el personaje (que es el libro), era demasiado solemne y le hacía demasiados reclamos a su padre, es decir García Márquez, pero esta no era la intención del montaje, porque Murray lo que quería era un gran festejo para celebrar los 50 años de la primera edición de la novela.

La celebración de los primeros 50 años del libro tenía que ser una gran fiesta en esta puesta en escena, porque el “libro está feliz de recibir las felicitaciones de todo el mundo”, enfatizó el actor.

Murray y su equipo se dieron a la tarea de reescribir el guión con el propósito de contar los episodios más interesantes y desconocidos en las cinco décadas de vida de esta obra.
Explicó que la idea de la propuesta escénica era contar “episodios de su vida, cosas, pero cosas que le hubieran pasado a cualquier ser humano. Que el espectador se identifique con este libro que pretende ser amable, divertido, sencillo, que no sea solemne y aburrido”.

El actor añadió que el objetivo era hacer "una propuesta seductora" que llame al espectador a conectarse con el libro, para que después de la función salga a disfrutar la historia de Macondo y sus personajes.

“Así fue como esta idea pasó de lo abstracto a lo concreto (...) desde que me propusieron la idea pasaron como seis u ocho meses. Se hizo una investigación de donde fue escrita la obra, cómo se mandó a Buenos Aires, cómo desde allá le pusieron una portada que no era esa cara y luego la cambiaron”, abundó.

La investigación “fue un trabajo más o menos de dos meses. Luego nos tardamos cinco meses en escribir el monólogo que es como se montó y ha tenido muchos cambios desde cuando se escribió al día de hoy”, reveló Murray

Aseguró que después de la investigación y la reescritura “el montaje real fue más simple. Una vez con el guión fue sencillo, pues es una sola persona hablando con el espectador de frente”, una nueva experiencia para el veterano actor mexicano.

“Nunca había hecho un monólogo. El reto estaba justamente en tener durante 45 minutos al espectador pendiente, entretenido, interesado. Creo que el reto consistía en que los 45 minutos fueran de fibra, músculo e irle quitando la grasa y el peso, lo innecesario. Creo que lo conseguimos”, afirmó.


“Lo más complicado fue eso. Que el espectador se sienta identificado con el libro (…) que mantuviera todo el tiempo una sonrisa y finalmente se logró”, concluyó Murray.

NTX/I/EF/FHB/

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