Por: Juan Carlos Talavera
El ensamble Consortium Sonorum llega a su séptimo aniversario como un ejemplo de resistencia artística y cultural, dice a Excélsior Sergio Cárdenas Tamez, director de la agrupación y ganador del Premio Nacional de Artes y Literatura 2021.
"El ensamble nació en el seno de la Facultad de Música (FaM) de la UNAM, pero se independizó por decisión propia y, desde entonces, ha trabajado de forma democrática, y se mantiene como una manifestación de resistencia artística, porque hasta el momento ha realizado numerosas actividades ad honorem, es decir, que no ha recibido ningún tipo de remuneración permanente u ocasional por el trabajo que realiza”, explica el también compositor.
Esto se debe a que sus integrantes se mantienen en la agrupación sólo por el interés y aspiración de hacer música de alto nivel.
"Todos son jóvenes muy entusiastas y con buen nivel técnico, además pienso que es muy notorio y admirable lo que el ensamble ha venido realizando, porque no se dedica a tocar Las cuatro estaciones, de Vivaldi, es decir, su repertorio no se enfoca a tocar los caballitos de batalla, dado que su aspiración no es hacer un ensamble de entretenimiento, sino de cultura”, apunta Cárdenas Tamez.
¿Cómo se financia la agrupación? “Todos tienen ingresos propios por su trabajo como profesores de instrumento, es gente joven que viene del Conservatorio Nacional de Música, de la Escuela Superior de Música, entre otras escuelas, y que participan de manera voluntaria, es decir, se financia con la actividad de los propios muchachos.
"Tenemos la enorme ventaja de poder ensayar y tocar desde 2017, en el Templo El Buen Pastor, que es de la Iglesia metodista, a un costado de la Cineteca Nacional, gracias a la generosidad de las autoridades del templo, empezando por el pastor José Manuel Hernández, y eso ha llevado el ensamble adelante”, señala.
¿Qué repertorio abarca Consortium Sonorum?, se le pregunta a Cárdenas Tamez.
"De los siglos XVIII al XXI. La semana pasada estrenamos una pieza de mi autoría, que compuse en 2022, titulada Alzaré mis ojos a la montaña, para orquesta de cuerdas, huéhuetl y tambor indio, inspirada en una sencilla melodía, supuestamente de origen mexica, que sería la más antigua que se conoce de México. Sin embargo, Joseph Haydn es uno de los compositores que más ha deslumbrado al ensamble, así como la música de Hans Werner Henze, que es prácticamente desconocida en México”.
El pasado 26 de marzo, la agrupación, que próximamente será constituida como sociedad civil, se presentó en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) con un programa conmemorativo que incluyó obras de Joseph Haydn, Antonio Vivaldi y Wolfgang Amadeus Mozart, y anunció que programará su próximo concierto para el mes de mayo.
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