Por: Pablo Espinosa y Reyes Martínez
La maestra María Alicia Martínez Medrano, creadora de un vasto movimiento cultural en territorio indígena, falleció la mañana del viernes en Mérida, Yucatán, a los 76 años, luego de una larga enfermedad.
En 1973 fundó el Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena (LTCI) junto con Cristina Payán, y nunca cejó en su batalla: en fechas recientes dirigió el montaje monumental del hecho escénico Momentos Sagrados de los Mayas.
Sus restos serán cremados en la capital yucateca, para ser trasladados a la Ciudad de México, donde reposarán en una cripta de la Basílica de Guadalupe, al lado de las cenizas de sus padres.
Perdura su obra en los integrantes del LTCI en X´ocn (pronunciado Shoquén), inaugurado hace dos años con un montaje de La dama boba, de Elena Garro, bajo la dirección de María Alicia y de Delia Rendón, su compañera.
Allí también se desarrollan actividades académicas y artísticas, en la Escuela Normal Institucional Bilingüe Maya “María Alicia Martínez Medrano”.
La última creación de esta combatiente cultural, Momentos Sagrados de los Mayas, fue una representación escénica de distintas ceremonias y rituales durante los recientes tres años en X´ocn.
Martínez Medrano fue fundadora y directora del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena (LTCI), que desde 1973 impulsa los valores artísticos y estéticos de las etnias mediante la adaptación de obras de teatro clásicas y de autores locales al entorno de las culturas chontal, zoque, maya y náhuatl, sino que también forma a estudiantes y maestros del arte dramático desde hace 34 años.
La historia se remonta a febrero de 1973, cuando se constituyó el Centro Cultural Cordemex y el Taller de Teatro Virgilio Mariel, que trabaja en la agroindustria con indígenas, campesinos y obreros.
Allá se formaron los primeros maestros, actores, músicos y bailarines, todos con la dirección de María Alicia Martínez Medrano y sus asistentes, Graciela Buchanan, Joaquín Cortés y María Teresa Sansores.
Martínez Medrano destacaba la participación actoral multitudinaria de los pueblos, los escenarios al aire libre, la producción teatral realizada por campesinos e indígenas, así como la masiva asistencia de públicos diversos en México y el extranjero en este proyecto. (La Jornada, 29 de agosto de 1999)
Dirigió la obra Escuchar a Mozart, de Mario Benedetti, Se acabó el tiempo del amor, de Emilio Carballido, y fue autora de las obras Abracadabra y Guadalupe María, entre otras.
En la Ciudad de México, dirigió el proyecto dancístico/teatral Concierto 72 Banda. Homenaje a Pérez Prado, escenificado en el Zócalo capitalino en 2000 con “chavos banda”, organizado por el entonces Instituto de Cultura de la Ciudad de México y el Laboratorio de Teatro Comunitario.
Su legado es ya una tradición cultural que continuará, anunció ayer su compañera, Delia Rendón, quien queda a cargo del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena.
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