La edición 35 del FIT Cádiz 2020, como muchos otros festivales de cultura, ha tenido que adaptarse a las restricciones que la pandemia demanda. Iniciado desde el pasado 23 de octubre, los organizadores del FIT han optado por un formato híbrido que fusiona actividades presenciales (ahora más acotadas frente a las nuevas restricciones en España) y en línea o la fusión de ambas, talleres que se dan con público presencial pero con ponentes que están a miles de kilómetros de distancia. La normalidad ahora es ésta. No es nada nuevo, pues el internet, de alguna manera hizo eso: difuminar los límites del espacio y el tiempo. Acá es la tarde de un miércoles y allá, en España, ya está cercana la medianoche, pero la pantalla nos fusiona en un mismo espacio y tiempo.
Así ha funcionado este festival que en su programación integró la propuesta de creadores radicados en México que fueron coordinadas por el bailarín y coreógrafo Shantí Vera, bajo el tema Respirar el paradigma. Actos soberanos del Teatro. Es así que Tania Solomonoff, Manuel Estrella y Teatro Ojo trabajaron cada uno un proyecto que ensaya esta idea lanzada por Vera:
«Durante el año 2020 de alguna manera y aunque sea por un breve segundo todos los humanos en la tierra hemos estado contextualizados, sintiéndonos parte, tal vez, de un obra de ficción -la humanidad- en el que nuestros cuerpos estaban siendo amenazados por algo que no podíamos ver. El contexto de la contingencia mundial provocada por el COVID19 nos arrojó en la mesa de nuestras casas de una manera cruda múltiples problemáticas políticas, estéticas y sociales que -tenemos- pendientes por resolver, también nos arrojó preguntas personales y colectivas sobre la esencia de la vida, sobre la urgencia de buenas prácticas de encuentro y relaciones humanas, y sobre el lugar que ocupan los cuerpos en el mundo capital integrado.
»¿Cuál es el lugar que ocupan nuestros cuerpos hoy en día? »
Planteado como un ciclo, Respirar el paradigma funciona como un puente, señala Vera, en el texto que describe la idea general de este proyecto, «que vincula prácticas de las artes vivas de México para con el FIT Cádiz».
El proyecto de Manuel Estrella, artista interdisciplinario radicado en Mérida, lleva por nombre Construir un mundo de pedazos de cuerpo. En una entrevista con este espacio, Manuel señala que este proyecto que integra videoperformance «está hecho a partir de una revisión de ejercicios performáticos poéticos que hice comisionados durante la pandemia». Ejercicios que le fueron comisionados por diversos festivales, me cuenta, de teatro, de danza y de música. Mismo ejercicios que fueron puestos en diálogo. A este proyecto se suma material gráfico que sirve de guia para poder volver realizar esta pieza y que, de alguna manera, «sea una guía poética, es decir, no me intersa que sea un guion tradicional o una partitura tradicional, me intersa que sea un pedazo de algo gráfico que esté lleno de colores, texturas, cualquier cosa que me represente lo que estoy haciendo, pero que, cuando la vuelva a ver, me signifique otras cosas.» Una guía que se mueva con el tiempo, señala. «Un espacio de encuentro con otros otros cuerpos del otro lado del Atlántico», escribe Vera.
Por su parte, Héctor Bourges y Karla Rodríguez, integrantes de Teatro Ojo, se suman a este ciclo con Latente, que en palabras de Shantí Vera se estructura como un ensayo visual sobre un proyecto en curso que nos sitúa en «un teatro que como territorio latente podemos percibir, que sino es posible modificar el presente, por lo menos podemos modificar la forma de mirarlo.» En entrevista, ellos me señalan que este ensayo visual y conferencia performativa con la que se integra Teatro Ojo al FIT Cádiz, «es una primera aproximación a poner en relación imágenes, sonidos, voces y palabras […] que exploran la posibilidad de hacer presente ciertos elementos, ciertas presencias en esta forma telemática. ¿Cómo activamos ciertos objetos, cierta relación de cosas para que quienes están allá [público presente]?» Shantí lo describe así: Latente «es un artefacto teatral, un amasijo de cosas, mercancías, cuerpos, imágenes, acciones, sonidos, fragmentos de narraciones, de palabras». Y justo a esto se refiere Karla, cuando señala que «en este caso una forma para nosotros de abordar esa presencia de lo vivo, también tiene que ver con esa interacción de esos que sí están ahí con una serie de puesta de relación de objetos y materiales audiovisuales», especifica Karla.
«Latente, por ahora, no es más que una acumulación de inquietudes. Y tiene que ver con dos imágenes que al ensamblarse nos producen inquietudes», señala Héctor Bourges. «Una tiene que ver con un aparato que utiliza la policía española que es capaz de detectar el latido de un ser viviente en una nave, en un automóvil, en un barco o en un avión. Esto les permite saber que al interior de esa máquina hay un ser viviente escondido. Normalmente suelen ser migrantes. Y si les arroja este dato, proceden a desmantelar esa máquina. […] Este proceso de detección de la vida, nos parece que en sí mismo ofrece una siniestra coreografía, una siniestra performance. Por otro lado, me tocó presenciar en Madrid, hace un par de años, una escena inquietante y es que la policía de la ciudad de Madrid persiguió a un mantero que vendía perfumes en la Plaza del Sol. En este caso, Mmame Mbaye que era un senegalés, vendiendo perfumes, ve que viene la policía y corre con miedo —a estas alturas no queda claro si la persecución era sobre él o sobre algún otro grupo de manteros—, así que Mame corrió hasta el barrio de Lavapiés y al llegar a su casa fue tal su agitación que su corazón no resistió más y murió. La policía no lo tocó, la violencia no fue ejercida de forma directa, sino que él muere por una persecución. Sin embargo, es aquí donde de nuevo la parte siniestra aparece de manera contundente.» Estos elementos, estas dos imágenes ensambladas detonan la reflexión sobre la necropolítica, el control de la muerte, incluso sin tocarlos. «Es un proyecto que se plantea como latente por esa parte oculta que, sin embargo, está presente.» Cuerpos sometidos al abandono o invisibilizados.
«Lo que estoy proponiendo para Respirar el paradigma es la pieza-taller Lejos Cerca, Aún, que incluye el documental del proyecto Vivir distinto, realizado en Yucatán. La propuesta para Lejos Cerca, Aún, en realidad es construir, volver a replantearnos un espacio-tiempo, en este caso enmarcado en el Festival, como un espacio de encuentro. Es decir, este espacio que nos recibe, va a recibir a un público presencial, yo estaré a distancia, pero justo hay un ejercicio que yo estoy proponiendo de guía corporal a distancia para volvernos a sentir, para situarnos en ese espacio y en ese momento, y empezar a establecer un encuentro y una comunicación. Después de esa guía, en realidad la idea es compartir el audiovisual del proyecto Vivir distinto que refuerza esta idea del encuentro y del contacto y de plantearnos preguntas a partir de los contactos posibles que se plantean hoy. Es como una impronta, una huella, que viene desde Yucatán, en esta comunidad de Ticopó, que es esta comunidad de apicultores y agricultores, además de una comunidad diversa. Y abrir el espacio a una charla a partir de las impresiones y las necesidades que detona este proyecto con otro público.»
El FIT Cádiz 2020 en su edición 35, busca generar oportunidades para volver a estar juntas y juntos y de apoyar a un sector muy afectado por la pandemia. su programación contínua concluye el 8 de noviembre, pero se extiende excepcionalmente a los días 13, 14 y 15 de noviembre.
Teatro Ojo se presentó el martes 27 de octubre; Manuel Estrella, el martes 3 de noviembre y el mismo día ocurrió el taller de Tania Solomonoff.
Todas las imágenes fueron tomadas de la página del festival. Imagen de portada: Manuel Estrella, Construir un mundo de pedazos de cuerpo
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