“Cuando los
instintos resultan heridos, los seres humanos “normalizan” repetidamente las
agresiones, los actos de injusticia y de destrucción que se cometen contra
ellos, sus hijos, sus seres queridos, su tierra, incluso sus dioses. Esta
normalización de lo vergonzoso y ofensivo se rechaza restableciendo el instinto
herido y así regresa la naturaleza integral salvaje” Clarissa Pinkola Estés
Durante el turno
del grupo Realizando Ideas Producciones Asociación Civil del Distrito Federal
que dirige Jessica Sandoval, representó una diversidad de apologías de la
violencia. En conjunto con otras dos bailarinas Dalel Bacre y Miranda
Sandoval ejecutaron danzas, teatro,
ópera, cantos. Adicionaron música y
proyecciones de gráficas para resolver su propuesta coreográfica titulada
“Antropía”.
La fuerte
temática de la violencia se resolvió en su propuesta con una serie de diálogos,
danzas con mucha fuerza, llegando incluso a azotar el cuerpo repetidas veces
con el escenario, mientras otra se cacheteaba a sí misma, y la tercera
observaba.
Esta parte se
tornó tensa, por la prolongación de sus movimientos violentos y frases
constantes entre ellas. Varias personas abandonaron la sala, incluso algunas
familias completas que traían infantes.
Aunque no cabe
duda de que el arte es un gran aliado para desmembrar todo lo que traemos en el interior y tanto
aprende la persona que crea como quien la observa, es importante reflexionar
hasta qué punto somos capaces de resolver la temática, mediante la estética y
la técnica pero sin hacernos daño. Podemos analizar hasta qué extremo somos
crueles y si bien estamos en un diálogo, o expresión de la nadidad que nos han
vendido como felicidad, procurar no caer en la agresión
De hecho
mediante el desarrollo de su coreografía, hay algunos pasajes que provocan la
risa, pero también la reflexión de si es necesario tanto tiempo, o abundar en
repetidos movimientos agresivos para decir lo que ya todo mundo sabemos y nos están
bombardeando constantemente, como el consumismo, el abuso del poder, el acoso y
agresión sexual , la depredación de la naturaleza, la corrupción en todos los
niveles. El ejercicio es de un gran esfuerzo y se les reconoce, pero quizá haya
otras formas de resolverlo en breve y seguir bailando como lo hicieron al final.
En la ejecución
técnica de las bailarinas se nota el
nivel de dominio de varias disciplinas artísticas, los cuerpos logran
desarrollar sus desplazamientos y secuencias coreográficas. Sólo queda el cuestionamiento :¿ Cómo se entrena durante
varias horas al día, por años para luego subirse al escenario y mantenerse
estático, caminando o golpearse?
Para el
desarrollo de Antropía, se usaron vestidos cortos y largos, unas sillas, cosas
dispersas en el escenario que luego colocan en un costal como basura. También
se toman unas bebidas de lata populares. Se apoyaron en la proyección en el
fondo de un serie de gráficas, dibujos , grabados, fotografías y hasta un negativo de
ultrasonido donde se gesta un ser humano. En ellos agregan diálogos de crítica social hacia los
diversos problemas sociales, como “Aquí antes pasaba un río y ahora está un
poste de electricidad” y reflexión entorno al existencialismo, a los objetivos
de habitar el mundo. Satirizan la
proliferación de la pérdida del sentido en torno al uso excesivo de las redes
sociales, aparatos electrónicos, la formación de cánones de belleza como estilo
“Barbie” o la borregada futbolera. Cierran bailando alegremente con ritmos
latinos.
Como lo comentó
Gil Roman en el documental “Hay que tener cuidado cuando manejas la temática de
la violencia en una coreografía, no en el sentido de que te vuelvas siempre
romántico, sino en el que se logre una conexión con el espectador de lo que
estás diciendo, pero también tomando en cuenta y protegiendo a las personas que lo actúan o
bailan para que no se dañen”.
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