Por Judith
Alvarez De Luna
La Compañía
Vicente Silva Sanjinés del Distrito Federal, México presentó doble programa en
el Teatro de la Paz durante el XXXIV
Festival Internacional de Danza Lila López. Se caracterizó en contrastes del
lenguaje escénico y dancístico y una misma propuesta temática: El amor.
Sentimiento misterioso aún que ha sido estudiado, experimentado y hasta
intentado masificarlo como si fuera un objeto.
En la primera
presentación por la tarde dirigida al público infantil se ejecutó la puesta en
escena:”El Hombre que sólo sabía amar”. Una obra teatral de más de una hora,
en la cual un hombre narra en tercera
persona el descubrimiento de un sentimiento llamado amor. Donde habita no hay
candidatos, entonces se aventura en busca de alguien a quien aportar su sentir
encontrando seres extraños quienes
finalmente no le ayudan en mucho en su objetivo
El uso de la
narración, diálogos, música, sonidos extraños, algunas rutinas dancísticas de
buen nivel técnico le van dando una ruta de expectación al programa.
Proyecciones de imágenes, vestuario colorido, cambios constantes de
escenografía, en donde destaca cuando dejan caer grandes tiras de papel blanco
que semejan plantas o un gran pelaje. De aquí surge una pulga quien es
finalmente la que corresponde en su amor al buscador, el cual graciosamente expresa que no todos los finales
son felices y Walt Disney aún no
resucita…ese diminuto animal se convierte en una gota de sangre al ser
aplastado por el humano
Grandes dosis de
imaginación en cada escena, la mayoría portan vestuarios similares cotidianos, pero con gorras
pláticas en la cabeza y lentes simulando los de aviadores. Destaca donde salen enfundados todos sus cuerpos en
tubos de terciopelo de varios colores, simulando orugas-Buen espectáculo que
mantuvo el interés y ganó risas del público infantil que desafortunadamente era
escaso.
En contraste por
la noche, en teatro abarrotado vino el segundo programa titulado “Perros Rosas”,
en la cual se desarrollan diversos lenguajes escénicos, como la danza, el
teatro, el canto –También incluyen narraciones en otros idiomas como el
italiano, gritos, audios de noticias, trozos de música, voces de locutores de
radio Todo gira en torno a la relación
como ellos llaman ancestral entre el amor, el odio, el deseo las malas y las
buenas costumbres…
La escenografía
compuesta de una mesa gris y unas sillas
rojas se convierte en ocasiones en el comedor de de un festín de erotismo,
luego de lo sublime, luego del castigo, la culpa, el miedo, el placer, la
inocencia, el agrado, el rechazo, la agresión, la búsqueda, la inclusión…
Los cuerpos de
mujeres y hombres desfilan en estilos cotidianos con vestidos, playeras, sacos,
pantalones, largos y cortos. Lo hacen también con ropa interior o desnudos-Surgen parejas
trasgrediendo géneros, colectivizan la pasión. Uno de los bailarines-bocados
sobre la mesa se contorsiona. Acarician, ven, repelen, finalmente se unen como
en un descanso sobre la mesa.
La eterna
búsqueda de la razón, complacencia, experimentación de las más internas naturalezas del ser humano,
carnal, animal. ¿En qué instante fugaz como el de orgasmo o eyaculación me
transformo en un canino de cualquier raza y pretendo construír mi historia rosa
o roja en una relación? ¿Pienso y respeto la otredad o permanezco en el eterno
sufrimiento del egoísmo?
Coreografía que plantea cómo se ha vendido o
comprado la idea a través de las narraciones tradicionales, la política, el
poder, comunicación a las masas, sobre el amor-amor, pasión-amor, traición-celos,
deseo-agresión. Lo dado por hecho, la pérdida del sentido-El gen que llevamos
indiscutiblemente, de origen, de árbol genealógico. Nacemos con él,
descubrimos, crecemos, usamos y morimos con ello…afortunada, alegre, patética o
triste experiencia…como una gran rueda del Samsara: Arriba, abajo,acierto o
error.
Los juicios que
permean en las diversas sociedades, las críticas, como un juego de ajedrez,
quién detrás del caballo, reyna, alfil, qué poder, uso del libre albedrío,
costumbres, culturas la trama empezó. Nos invita a reflexionar entre la
verdadera naturaleza humana, el derecho al goce, al placer, a fluir en todos
los puntos de nuestra anatomía, sin olvidar la escencia, la magia, los
sentimientos, la responsabilidad del involucramiento tanto emotivo como
biológico. El continuar usándonos como objetos, experimentando locuras
subterráneas…vaciándonos de toda consideración exterior y olvidando los afectos
Las ejecuciones dancísticas oscilan entre el
piso, lo aéreo o los objetos del escenario. Siempre mantienen un nivel de
calidad en su diferentes rutinas individuales o grupales. El lenguaje
coreográfico logra su objetivo-Hay constancia en la atención del espectador y
complaciente agradece con fuertes aplausos
-La
dirección, mismo nombre de la compañía
Vicente Silva Sanjinés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario