domingo, 6 de julio de 2014

Estudiantes del Programa de iniciación a la danza del CEART ofrecieron función de Danza Contemporánea



Fotos: Cortesía de Claudia Vega y CASLP

Por: Roberto A. Valenciano Capín

Bajo un paisaje de imágenes y gestos, texturas y unos poderosos textos que quedan explicitados a través del trabajo dancístico colectivo “La lluvia necesita terapia” por parte de los alumnos del segundo año del Programa de iniciación a la danza contemporánea del Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario.

Dio la bienvenida a esta función especial de fin de cursos en la que dieron cuenta al público asistente del esfuerzo y desarrollo artístico logrado durante el último periodo académico iniciado en 2013.

“La lluvia necesita terapia” explora y aborda con tal sutileza estas ausencias, estas miradas que se detiene en el existo. Desasosiego pero que no se sienten porque ya son parte de ti aunado a esta musicalidad hecha movimiento. 


Una diagonal en sillas volteadas, ellos frente a ellas que  través de una seriación de movimientos congruente a su discursividad, a partir del cual van demarcando y a la vez van entrelazando puntualmente a través de los textos que van demarcando como este puente en el transitar de la obra, tales como:

"Lluvia color de soledad que cae del cielo, grises algodones que se mueven con el viento"

Pero habrá que decir  y a la vez destacar de este trabajo colectivo, en cuanto a la solvencia y el saber articular tanto en los juegos de los tiempos, la utilización de los silencios y las notas que lo decantan en la forma de plantear y tratar el movimiento, aunado al  notarse el arraigo de este discurso en sus cuerpos y esta solvencia refleja en los alumnos al estar en el escenario.

El cual es se gesta gracias al producto de un ejercicio coreográfico realizado en la clase “La musicalidad en el cuerpo” con la maestra Gina Vázquez
.

Así fue también se replico este energía y disposición en la obra " Colapse Bolero "  
de Charles Vodoz, siendo remontada y adaptación de la obra por Yudy Antonia Muñoz Correal.

La obra se centra en este potente descifrador de códigos a través de este juego de imágenes que transporta a este infalible cruce entre la imaginación y la realidad; entre la individualidad y lo comunitario; entre los límites y las posibilidades de todos estos mecanismos que nos mueven como sociedad de consumo a través de esta nueva religión contemporánea, el consumismo.


En donde  se aborda a través de la reflexión, planteamiento de ideas y una  estética de una manera puntual el hábito del consumo. Esta mecanización de la acción humana a través de una crítica severa a los efectos del capitalismo en lo humano, cuya relación está profundamente ligada a la cada vez más precaria conciencia como entidad propia, como lo explica su autor: " En una sociedad y cultura que ya celebraron la muerte de Dios y con ella la abolición del juicio supremo del castigo eterno, se perpetua en forma de milagro profano y continuo con la idea del paraíso, reinterpretadas como el derecho innato y el acceso democrático a la al bienestar material del ciudadano en común, votante y consumidor".

Para Yudy Antonia Muñoz Correal, este montaje plasma de forma puntual este proceso de montaje de esta obra a los adolescentes, al ser planteado desde la perspectiva del afán de consumir y aclara que " no les explique un poco de la religión que en fondo Charles hablaba mucho de la religión que la comparaba como la nueva religión que es comprar, compara un poco como la biblia por así decirlo con la publicidad, la tecnología y la ciencia como se unen para vendernos cosas. Es como todo un pensamiento acerca del afán de consumir y el afán de ser del primer mundo y de que todo es polvo y, que en la canasta no hay nada".

Este proceso de robotización de las acciones del cuerpo social, la carencia de deseo y el extrañamiento de la manifestación espiritual como síntomas de la vida en el mundo contemporáneo son puestas sobre la mesa por el creador para su reflexión desde lo artístico, en un diálogo íntimo con lo público.

De esta manera logra intervenir y proyectar en el intérprete esa conjugación del humor con todo esta crítica social que sin mas envuelve al espectador en este placer del estar y a la vez ser testigos no solo de una sesión formativa dancística, sino de este infalible mundo creado.
 
Muñoz Correal se dijo satisfecha al reconocer que estos  chicos bailarines tiene mucho en su haber, al contar con un bagaje, "ya conocen su cuerpo, pero en realidad ya tienen mucho peso, mucho bagaje y mucha experiencia para construir, para elaborar, así como la fortuna de no que no están tan contaminados. Siempre como un bailarín interprete lo primero que uno quiere hacer es como ya que me dirijan y   que me quiten lo que no me sirve y que me pongan todo lo que si me sirve".   

Al comentar que fue un proceso que lo califico de  suma riqueza, "porque están dispuestos y hay como una emoción diferente y comparten esta emoción, no se la comen, sino la viven plenamente y la comparten  entre ellos y eso es muy rico".

En su intervención, Eleno Guzmán, subdirector del área de artes escénicas del CEART, expuso lo significativo de presentar al público “este montaje que enriquece la conceptualización escénica de los alumnos, quienes han abordado la danza desde distintas tendencias y estilos, tras haber tomado la decisión de escribir e imaginar con su cuerpo, su propia historia”, validando además el avance artístico de los alumnos, quienes concluirán el próximo año dicho programa de formación dancística.

Participaron los intérpretes: Silvia Alejandra Frías, Luis Ángel Montes, Leila Roque, María Fernanda Orozco y Valeria Aguinaga Andrade, al unirse  Ximena Contreras y Silvia Mendoza como bailarinas invitadas,  egresadas del CEART de  la generación 2013.

 

Cabe destacar que durante este segundo año del Programa de iniciación a la danza del CEART, los estudiantes contaron con la instrucción, mediante diversos talleres, de maestros como Antonio Fuentes, Arturo Garrido, Víctor Villasana, Fabry Torres, Rocío Leyva y Antonio Orta.

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