viernes, 4 de julio de 2014

La ilustradora Cecilia Moreno, creadora de “Mi jardín secreto”, dice que todos los niños saben dibujar


Con sus dibujos busca transmitir ternura y optimismo. Foto: Pencil Ilustradores
 
Por: Mónica Maristain
 
La ilustradora madrileña Cecilia Moreno es una de las figuras en el dibujo infantil, a través de una carrera que inició en el 2004, cuando con dos compañeros de Bellas Artes de la UCM, creó la revista Pa’comer’aparte.
 
 
El objetivo era reunir a personas con un interés común por la creación, tanto plástica como literaria, tratando temas tan diversos como el arte, los viajes, el cuerpo, las adicciones, las pesadillas, las relaciones, las palabras, la solidaridad y los estigmas.
 
En 2010 nació “Mi Jardín Secreto” (MJS), la dulce web de Cecilia, en la que comenzó a mostrar sus trabajos plásticos y el diseño de cojines, baberos, chapas, camisetas y tarjetas.
 
Paralelamente, fue desarrollando su labor de ilustradora, colaborando con proyectos innovadores como “CurARTE”, desarrollado por la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Salamanca, que consiste en proponer talleres y actividades lúdicas, artísticas y creativas, a niños y adolescentes hospitalizados.
 
También con el  “Amigo Invisible Ilustrador”, que consiguió reunir a 30 ilustradores, en la primera edición del 2011, alrededor del tema “Japón”, en colaboración con la Cruz Roja.
El PatoPollo, imagen oficial del IlustraTour que tiene lugar en estos días en Valladolid, España. Foto: Pencil Ilustradores
El PatoPollo, imagen oficial del IlustraTour que tiene lugar en estos días en Valladolid, España. Foto: Pencil Ilustradores
Cuando empecé a ilustrar me daba vergüenza mostrar mis dibujos, pero a la vez no quería que murieran en un cajón, así que me cree una página de Facebook desde donde mostrar mis ilustraciones de una manera más o menos anónima. Y así empezó “Mi Jardín Secreto”. Luego abrí la web y, cuando me quise dar cuenta, ya no era un secreto”, cuenta Moreno a la agencia Pencil Ilustradores, a cuyo staff se ha integrado recientemente.
 
En la séptima edición del Festival Ilustratour, que tiene lugar en la española Valladolid hasta el 11 de julio próximo, la figura oficial es un Patopollo creado por Cecilia Moreno.
 
“¡Es muy emocionante! Estoy encantada de cómo ha quedado la imagen de Ilustratour con mi patopollo. Van a ser dos semanas estupendas viéndolo por todas partes, me va a dar tanta pena que se acabe”, dice la artista que desde niña se propuso seguir siendo niña sin tener en cuenta la edad.
 
“Uno de los primeros recuerdos que tengo del colegio es el de colorear letras en los libros, incluso las que no había que colorear y que mis compañeros me pidieran que colorease las suyas. Creo que desde siempre me ha gustado dibujar. En mi casa disfrutan mucho viendo arte así que seguro que eso ha tenido mucho que  ver. Es verdad que la decisión de centrarme en la ilustración es de hace unos años, pero antes estuvo la fotografía, la pintura”, cuenta.
 
“Da mucho coraje cuando un niño viene a clase diciendo que no sabe dibujar porque claro que sabe, pero le da vergüenza. Ha dejado de disfrutar dibujando. Y este problema no sólo se genera en el colegio, ya que en casa tampoco se fomenta el valor de dibujar. Siempre recordaré un alumno que lo apuntaron a clase de dibujo como castigo por las malas notas, sacándolo del futbol”, agrega.
 
LOS NIÑOS DEBEN SER CREATIVOS E INDEPENDIENTES
 
Cecilia Moreno estudió Bellas Artes por amor a la creatividad más que por un afán de llegar a ser una artista con mayúsculas y en el trabajo con los niños considera que “es importante que sean creativos independientes. Es fascinante cuando están tan metidos en sus obras que se corrigen ellos solos y son capaces de encontrar soluciones para mejorar el resultado”, afirma.
 
“Con los niños cada día es una aventura y nunca dejan de sorprenderte. Me estoy acordando ahora de un niño que me trajo un día una ficha hecha por él con instrucciones de cómo tenía que realizar el dibujo. “Te traigo deberes para que dibujes tú también”, me dijo. Fue genial”, agrega.
 
Para Cecilia, participar en libros educativos equivale a toparse con “límites y reglas que en los proyectos personales nunca me pondría, lo cual resulta muy interesante, pues aprendo mucho”, dice, al tiempo que admite que todo trabajo personal implica un desafío, “con muros que saltar y retos que conseguir”.
 
“Cada vez que acabo un libro siento algo similar a haber ganado una batalla. Enfrentarse a lo desconocido y dejarse llevar. Ese es mi planteamiento, no poner límites a los soportes donde ilustrar. La ilustración en objetos es infinita. Todo un mundo que explorar”, expresa la también ilustradora de objetos.
 
Su estilo es libre y experimental. Busca la sencillez, la armonía en el color, buscando generar la ternura y el optimismo en quienes disfrutan de sus dibujos.
 
En su mesa nunca falta un gato chino de la suerte.

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