martes, 22 de enero de 2013

Patricia Aulestia celebra más de tres décadas dedicadas a la danza


Por: Alida Piñón


 
El pasado 9 de diciembre falleció la bailarina Gloria Mestre, considerada la mejor bailarina de ballet en México desde mediados de los años 40, además de haber sido la mejor en danza moderna, actriz en teatro, cine y televisión, y cabaret. Si bien ella fue para muchos una “diosa”, en el libro La danza: Hojas de papel volando. Publicados en el diario Cine Mundial en los años 1953 a 1963 de Patricia Aulestia, se da cuenta de las muchas bailarinas que, como Mestre, eran figuras de la danza y estaban presentes en todos los escenarios.

La investigación que llevó a Aulestina más de 20 años, es, según el crítico de danza César Delgado, “un estudio que registra el quehacer dancístico en México durante un periodo coyuntural para el desarrollo de la especialidad en el teatro y en medios de comunicación como la televisión y el cine”.

Y fue el periódico Cine Mundial, dirigido por Octavio Alva, uno de los más interesados en escribir sobre la danza de México y el mundo, al punto de convertirse en uno de los más importantes medios de promoción del ambiente artístico.

“A través de los boletines de prensa oficiales y de las agencias de noticias, el periódico estaba al día de lo que había en el mundo sobre la danza. Gracias a esto podemos reconstruir la historia de muchos personajes, de los coreógrafos de la ANDA que tenían que hacer de todo, de los bailarines serios que tenían que incursionar en el mundo frívolo; es decir, este pequeño fragmento de la historia nos da una visión del estado social que tenía la danza y el bailarín en ese entonces”, cuenta Aulestia.

La investigadora de origen ecuatoriano, quien fuera fundadora y directora por 10 años del Centro de Investigación, Información y Documentación de la Danza José Limón (Cenidi-Danza) -institución que este año celebra 30 años de vida- explica que su investigación abarca el ámbito oficial, la gestión de Miguel Covarrubias como jefe del Departamento de Danza del INBA, hasta el cambio de políticas dancísticas.

Una forma de vida

Aulestia cumple 70 años en abril próximo y ha dedicado su vida a la danza como bailarina, coreógrafa e investigadora, sobre esta veta, dice: “Fundamos el Cenidi-Danza y es el primer centro de investigación más importante de América Latina, incluso diría que es uno de los tres más importantes en el mundo, la labor ha sido impresionante, contamos con libros teóricos y de documentación que antes no existían”.

Añade que las aportaciones del centro a la danza tendrán que ser evaluados, pero por ahora, dice, no se puede negar su valor.

“Estoy muy orgullosa de lo que hicimos porque yo no nací en México pero es aquí donde pude aportar un trabajo para el desarrollo de la memoria que hasta ahora sigue vigente”, comenta Aulestia.

Sobre su aniversario, dice, no se lo cree. “Si mi madre viviera se estaría riendo, me siento como si estuviera en los 15 años. Estoy muy contenta con lo que me ha pasado y con lo que he hecho porque la danza forma buenas personas y todo el mundo puede bailar. Mi sueño sería (conseguir) que los funcionarios se dedicaran por lo menos media hora al día a danzar, así tendríamos mejores políticas públicas”, bromea.

La danza no deja de conmoverla y estremecerla, de hecho, la última vez que una función le causó un gran impacto ocurrió en noviembre pasado, cuando la Compañía de Danza Clásica del Estado de Yucatán, dirigida por Juan González Delgado, presentó en el Auditorio Nacional el espectáculo Mayas, dueños del tiempo. “El ver la diversidad de nuestra cultura, de nuestra música, fue extraordinario; eran artistas de esos que se ningunean en cada gobierno del estado, pero de verdad era maravilloso y todo el país debería verlo y aplaudirlo”.

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