lunes, 16 de septiembre de 2013

Federico Silva se alista para festejar 90 años de vida

 
El escultor, pintor y académico mexicano Federico Silva, quien mañana celebrará su cumpleaños número 90, es considerado el precursor del arte cinético en México.
 
Las monumentales esculturas del también investigador de la Coordinación de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han sido apreciadas en diversas partes del mundo, tales como: España, Estados Unidos, Francia, Suecia, Japón y Jamaica, así como en numerosos espacios del país.
 
Su legado es resguardado por el Museo Federico Silva, que de manera constante realiza exhibiciones en las que da cuenta del genio y talento, así como de las innovaciones que el mismo autor hace de sus creaciones.
 
Federico Silva nació el 16 de septiembre de 1923 en la Ciudad de México, donde transcurrió su infancia; etapa en la que mostró especial interés por el dibujo.
 
Cursó estudios de medicina, veterinaria, derecho y antropología, sin embargo su verdadera vocación la descubrió cuando conoció al destacado muralista David Alfaro Siqueiros (1896-1974), quien lo invitó a ser su ayudante.
 
De acuerdo con la biografía de Silva disponible en el portal “informador.com.mx”, uno de sus primeros trabajos con Siqueiros fue colaborar en el mural “Nueva Democracia”, que se encuentra en el Palacio de Bellas Artes.
 
Tiempo después se relacionó con otros creadores de la época, tales como: Diego Rivera (1886-1957), Leopoldo Méndez (1902-1969), Pablo O’Higgins (1904-1983) y el escritor José Revueltas (1914-1976), quienes incluyeron considerablemente en su formación artística.
 
Atraído por conocer las nuevas propuestas, el artista plástico viajó a Europa poco después de iniciada la posguerra y permaneció principalmente en Austria e Italia.
 
Al regresar a su país natal, Silva decidió organizar el Primer Salón de Pintura, en el cual participó con “Argumentum Baculinum”, cuadro que le valió una mención honorifica del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
 
En 19510 comenzó a crear sus propios murales, tales como los que albergan: el Instituto de Capacitación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), En 1962 exhibió una muestra en la Universidad Obrera, en la que reunió la obra de ocho años de trabajo de carácter crítico-político.
 
Posteriormente el creador pasó a la escultura y el arte cinético, campos en los que experimenta y realiza objetos “solares” con prismas, lentes de fresnel, espejos, imanes, rayos láser y diferentes cuerpos suspendidos en el espacio.
 
En 1977 impulsó la creación del espacio escultórico en la UNAM, donde participaron Helen Escobedo (1934-2010), Manuel Felguérez (1928) y Mathias Goeritz (1915-1990), entre otros, señala la biografía del artista publicada en el sitio en Internet “museofedericosilva.org”.
 
A lo largo de su sólida trayectoria ha sido merecedor de importantes reconocimientos, tales como: Creador Emérito del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (1993), el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1995), y el Doctorado Honoris Causa, otorgado por la UNAM (2010).
 
Asimismo, en 1992 ingresó a la Academia de las Artes de México, en la Sección Escultura.
 
Actualmente es investigador de la Coordinación de Humanidades de la UNAM y su obra más importante la resguarda el Ciudad Universitaria (CU), así como el Museo de Escultura que se encuentra en San Luis Potosí.

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