Para Mónica Ojeda, su segunda novela, Nefando, que este año Almadía publicó en México, es una escritura en la que el dolor y el placer se encuentran. Se centra en los inquilinos de un departamento en Madrid, quienes están involucrados con un videojuego de la deep web titulado igual que el libro. Éste, debido a su brutalidad y capacidad de despertar las pulsiones ocultas de sus usuarios, conmocionó hasta aquella zona oscura del Internet y desató una investigación policial después de ser retirado.
Ojeda concibe aquel videojuego ficticio para abordar temas como el deseo, la identidad y represión sexual, la autocastración y los delitos sexuales, como el incesto, la pornografía infantil y la pedofilia. En entrevista con La Razón, la autora señaló que estos medios digitales son capaces de generar espacios de reflexión y acción que resultan interesantes.
“No fui nada original al respecto, hay videojuegos (aunque no son muy comunes) en los que hay poca o nula jugabilidad y que consisten en explorar lo que ese mundo alternativo te propone. Mis personajes quisieron presentar un mundo en donde hablaran de forma simbólica y, a ratos, explícita acerca de la violencia más extrema”, detalló la ecuatoriana radicada en España.
Contó que durante su investigación para realizar la novela navegó por distintas latitudes de la deep web, la cual ocupa el 96 por ciento de la red, pero que no es accesible a través de los buscadores convencionales: “me encontré cosas muy interesantes: páginas políticas, de arte y de pensamiento. Pero también espacios muy violentos donde los temas eran la pedofilia, el maltrato animal y la necrozoofilia”.
Yo no había publicado fuera de Ecuador y Nefando se lanzó en España, siendo yo una total desconocida para los lectores de ese país. Me sorprendió que encontrara un lugar y que la crítica la acompañara de forma positiva, no porque no confiara en mi novela, sino porque el mundo de los libros funciona de formas misteriosas
Ojeda, quien fue incluida por el Hay Festival en la lista de Bogotá39 de los 39 autores latinoamericanos más prometedores menores a 39 años, aseguró que su novela busca mostrar la manera en que el dolor propio puede confluir con el placer, el horror, la violencia y la poesía.
Asimismo, la ecuatoriana remarcó que Nefando no busca darle voz a quienes han sido víctimas de delitos sexuales, sino que con ella busca explorar, pensar y empatizar las situaciones de violencia atroz. “Es un ejercicio de exploración que a lo mucho puede abrir nuevas interrogantes acerca de lo que nos hace humanos. Tiendo a creer que lo que otros sufren siempre nos es ajeno, incluso cuando sentimos una gran empatía.
“Estoy en contra de ‘dar voz’ a personas que ya la tienen. Nadie necesita que venga otro a darle una voz, lo que sí requieren es que nos callemos y dejemos hablar a quienes ahora mismo no tienen plataformas, ni espacios para hacerlo”, reiteró la narradora.
A mitad de la novela, un hacker hace esta reflexión: “desde la programación se pueden hacer cosas reales, desde la literatura no”. Ojeda reiteró este pensamiento, pues aseguró que este arte no existe para cambiar al mundo, sino para expandir las empatías sensibilidades e imaginación.
“Su objetivo es demostrarnos que toda la violencia y belleza pueden estar contenidas en una frase, en un párrafo. Que el lenguaje guarda la emoción del mundo. El día en el que pensemos en la literatura como un medio para conseguir alguna cosa o como un instrumento, se acabará para siempre. No hay utilidad en la literatura: hay intensidad”, expresó.
Respecto al resurgir del grupo internacional de hackers Anonymous, que a inicios de mes liberó información referente a una red mundial de pedofilia en la que implicó a varias figuras públicas, y que además esta semana intervino la página web del Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) para protestar en contra de la censura, Ojeda aseguró que el hacktivismo es una forma contundente de hacer una revolución y mover al sistema.
“Hoy en día la información es poder y quienes la tienen a veces la ocultan como una táctica para someternos a sus voluntades. Creo que hay un tipo de ésta que le pertenece a la gente y otra que es privada. La segunda debe respetarse, pero la primera debe ser pública. A veces los hackers consiguen entregarle a la gente la que les pertenece y que ciertas instituciones les están robando”, finalizó.
Mónica Ojeda
Nació: 17 de mayo de 1988, en Ecuador. Obras: Caninos, La desfiguración Silva, y Mandíbula, por mencionar algunas.
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