domingo, 31 de julio de 2022

Exhiben legado de amistad y memoria en el Museo Nacional de Arte



Por: Juan Carlos Talavera

De las nueve mil piezas que alberga la colección del Museo Nacional de Arte (Munal), poco más de 3 mil podrían ser trasladadas a la Bodega Nacional de Arte, que estará ubicada en la Cuarta Sección de Chapultepec, en especial aquellas obras de gran formato y que no requieran de algún tipo de restauración. 

Así lo detalló a Excélsior, Carmen Gaitán, directora del recinto, quien ayer participó en el recorrido previo a la apertura de la exposición Carlos Pellicer. Amistad y memoria, muestra que exhibe 200 óleos, dibujos, esculturas y fotografías de personalidades como Diego Rivera, Joaquín Clausell, Roberto Montenegro, Nahui Olin, Dr. Atl, Manuel Álvarez Bravo y Armando Salas Portugal, entre otros. 

La muestra, que forma parte de la colección del poeta tabasqueño Carlos Pellicer Cámara (1897-1977), integrada por 2 mil 77 obras, donadas a la Secretaría de Cultura federal en enero pasado por el sobrino del poeta, Carlos Pellicer López, permanecerá expuesta hasta el 28 de mayo de 2023. 

La exposición, que sirve para celebrar el 40 aniversario del Munal, incluye las pinturas de volcanes hechas por el joven Gerardo Murillo, Dr. Atl, así como Estudio para Katharsis, de José Clemente Orozco; Abrazo equino, de Juan Soriano; Mujer de pie y Pescador de mariposas, de Roberto Montenegro; Loma verde, de Joaquín Clausell y obras del duranguense Mario Alonso Ostolaza, quien ha sido poco estudiado, junto con fotografías tomadas por el propio autor y fragmentos de cartas y poemas. 

Así como dos bastidores que contenían los óleos Luces sobre el lago (1894) y Velasco y su condiscípulo Luis Coto escuchando indicaciones del maestro Landesio (1871), de José María Velasco, sustraídos de la casa del poeta, en 1976, y siguen desaparecidos hasta el día de hoy. 

“Hace 46 años robaron 10 cuadros de la casa del poeta, en Sierra Nevada 779, Lomas de Chapultepec, así que colocamos los bastidores vacíos de ambos cuadros grandes que le robaron a mi tío, ya que cortaron la tela del bastidor, la enrollaron y se la llevaron en octubre de aquel año”, apuntó Pellicer López. 

LLUVIA ÁCIDA 

Excélsior también preguntó a Gaitán sobre los trabajos de mantenimiento y la instalación de la velaria que ha despertado algunas críticas. 

“El mantenimiento es permanente y se detecta desde que se toma la administración y se trata de atender lo antes posible. Muchas veces no es con la prontitud que uno quisiera y hay que esperar, porque el INBAL se hace cargo del patrimonio artístico no sólo del Munal, sino de muchos otros inmuebles”, expresó la funcionaria. Detalló que en este momento se realiza la sustitución del sistema de aire acondicionado del recinto. “En el año 2000 se hizo la gran renovación (del Munal) y se instaló un gran servicio de aire acondicionado, pero con el tiempo perdió su eficiencia y es una de las cuestiones que solicité al INBAL, de tal suerte que me dieron la posibilidad de recibir 3.5 mdp y yo conseguí, a través de un donativo privado, 1.5 mdp, así que ahorita se está trabajando en su reparación en todo el edificio”. 

También refirió el tema de las filtraciones: “Nos dimos cuenta que las goteras de las salas 1, 2 y 3 era muy complicado detectarlas, hasta que pudimos dar con un plomero de complexión delgada que pudo introducirse en los pasos de gato y se detectó que las tuberías, que son muy añejas, tenían un pequeño desfase”, lo que provocaba las filtraciones. “Hoy, por fortuna, gracias al maestro Daniel, ya están arregladas esas tuberías y ya no tenemos (filtraciones)”, detalló. 

Sobre la velaria, aseguró que llevan un 80% de la instalación y que podría estar concluida en noviembre próximo. “Es un proyecto del patronato y será importante porque, como me explicaba José María Bilbao, el director de arquitectura del INBAL, la lluvia ácida y abundante, junto con el calor, caen sobre las cornisas y hacen que la cantera se empiece a hacer como un polvorón (desmoronar), debido a los contrastes de temperatura y de la lluvia ácida. 

“Entonces, lo que él me dice es que a la hora que llueva y se cierre la velaria, ésta impedirá que esa lluvia potente afecte la caída de pequeñas porciones que ha habido, que se han desprendido”, justificó.

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