Ayer, lunes 21 de mayo, a las 2 de la tarde en su ciudad natal de Santiago de Cuba, falleció Juan Gualberto ‘Bebeto’ Ferrer, fundador y vocalista del grupo Los Jubilados que tuvo una aceptación muy grande en México a principios de los años 2000.
Junto con el cantante Mario Carcassés, Bebeto fundó la agrupación en 1994, cansados de cuidar a los bisnietos y conscientes de que la nueva generación de soneros no tocaban con tanto ‘swing’ como ellos. Al regresar a la farándula, demostraron de inmediato que su música guardaba toda la magia de la original. Grabaron tres discos con la disquera mexicana, Discos Corasón --el primero de ellos ganó un importante premio cubano-- y realizaron cinco giras a México en donde se presentaron en foros como la Sala Nezahualcoyotl de la UNAM, el Zócalo de Puebla, el Teatro Aguascalientes, Ags. y el Faro de Oriente de Iztapalapa.
Bebeto, junto con su viejo amigo Mario Carcassés, ganó a un público enorme en México en donde ofrecieron conciertos en contra de la piratería y participaron en un sinnúmero de programas de televisión y de radio.
Los músicos conocieron a Eduardo Llerenas durante una de sus visitas a Santiago de Cuba, y el productor mexicano, fundador de Discos Corasón, inmediatamente reconoció su gran valor artístico y humano. Los invitó a grabar su primer disco, ‘Cero Farandulero’, mismo que ganó el prestigiado Premio Especial, ‘Cubadisco 1999’. Con el disco y el premio, los músicos empezaron a viajar también por otros países como Alemania, Francia y España.
Bebeto había cantado con los más importantes agrupaciones de Santiago de Cuba en la época de oro de este género, en los años ’50. Con el Conjunto Cubanero, interpretaba son, bolero y swing; también participó con Chepín- Choven, con Mario Patterson and con el Conjunto de Hilario Wilson: la orquesta que acompañó a Celia Cruz cuando visitaba Santiago. Más adelante, Bebeto fue invitado a dirigir el conocido quinteto de la trova, Melodías de Ayer.
“Bebeto fue un gran músico y una persona muy alegre, generoso y espontáneo,” comenta Eduardo Llerenas. “Me acuerdo de un concierto que ofrecieron Los Jubilados en el Salón 21 cuando abrieron para Óscar de León. La emoción de Bebeto fue tan grande que, al escuchar a Óscar en vivo, no resistió subir al escenario. Sin invitación, agarró el micrófono y empezó a trovar versos dedicados al cantante venezolano. Al terminar el son, Óscar tomó el micrófono y abrazó a Bebeto. Entre lágrimas, contó al público entero que él, Óscar de León, había logrado llegar a donde estaba gracias a músicos como Bebeto. Que en paz descanse.
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