lunes, 18 de julio de 2011

Del teatro comunitario a la pantalla grande; Espiridión Wilbert Cantón


Por: Fernando Muñoz Castillo-Por Esto-

Dentro del marco del Festival Wilbert Cantón, el jueves 14 de julio se rindió homenaje a don Espiridión Acosta Canché en Honor al Mérito de su valiosa trayectoria en el teatro y en el cine.

Este octagenario de sonrisa amable y palabra fácil y sencilla, narró su vida en el teatro de Tecoh, que comenzó con la puesta de Aquí va a salir un pajarito, del dramaturgo Alejandro Cervera Andrade (Alcerán). Hacer teatro para recaudar fondos fue el motor que hizo andar la carrera del actor. Llegaron a escenificar hasta dos obras por mes, según sus propias palabras.

Por el comentario podemos darnos cuenta de un momento en nuestro Estado en que el teatro era algo muy cotidiano, tal vez porque no había televisión y el cine. A pesar de lo que se temió ante su aparición, no era un obstáculo para la escenificación de obras con tema regional.

El homenajeado narró su trabajo en el teatro comunitario y la invitación a realizar casting para la cinta del mexicano Carrera: Un embrujo. Esta cinta se desarrolla en el puerto de Progreso en esa transición de nuestro país que significó el final del gobierno de los generales después de la revolución iniciada en 1910, siendo el último general en la presidencia Lázaro Cárdenas. Sin adornos ni pretensiones, don Espirdión nos contó esa noche cómo lo van a ver a Tecoh y después de que conversan con él y se hace las sesión de fotos correspondiente, se despiden y le dicen que si sale seleccionado ya le avisarían. Y salió seleccionado.

Su segunda incursión en el cine fue bajo la dirección de Mel Gibson en Apocalypto.

La mesa de participantes estuvo integrada por Socorro Loeza Flores, Aarón Rosete, Enrique Martín y Juan de la Rosa. Aarón nos hizo ver cómo, sin ser el principal actor de las cintas antes mencionadas, el papel que desempaña en ambas nuestro actor, son el eje para que la historia tenga una continuidad lógica y consistente.

Socorro, actriz, historiadora y dramaturga habló del actor no sólo como compañero de escena sino un maestro para dominar la lengua maya, o sea, pensar en maya y no en español traduciendo al maya. El director de teatro y dramaturgo Juan de la Rosa se expresó de su actor y amigo con vehemencia y admiración.

La conducción de la mesa estuvo a cargo de Enrique quien con admiración y amistad habló del actor y nos condujo suavemente por esta trayectoria que no comenzó precisamente en la juventud de don Espiridión.

Se transmitió parte de una entrevista realizada a Acosta Canché por Socorro como parte de su tesis para la obtención del título en la carrera de teatro en el ESAY.

En ella podemos oír y ver al actor contar de la manera más sencilla algo que no es tan sencillo y es el hacer teatro y el amar al teatro: “no me gusta ir a las funciones de teatro, porque cuando veo a los actores yo quiero estar allí arriba”, nos dijo con toda sinceridad el homenajeado.

El oír a este hombre de teatro es toda una lección que ojalá hubieran podido oír y escuchar tanto los jóvenes que estudian la carrera de actuación, como los que ya hacen teatro y creen que lo único importante es ganar dinero y aparecer en los medios masivos de comunicación, ganar becas estatales, nacionales e internacionales y dar entrevistas por ser famosos. La lección sencilla de este octagenario es que al teatro hay que amarlo, llevarlo dentro, vivirlo y vivir para ello.

Así, sin grandes aspavientos, su carrera ha sido reconocida a nivel nacional e internacional y sobre todo, él lo recalcó: llevar nuestra lengua a todos lados y luchar para preservarla. Este histrión es una prueba fehaciente y directa de la gran tradición escénica que poseemos los yucatecos y que viene desde el tiempo ido, algo así como dos mil años de hacer teatro en Yucatán…

Felicidades don Espiridión y ojalá podamos los que nos dedicamos a las artes escénicas entender que la prosopopeya o enjundia –como decían antes— de este arte tan antiguo como el hombre, debe de volver a su simiente para poder perdurar. Resulta digno de hacer notar que los dos homenajes se rindieron a hombres cuyo trabajo tiene como base la preservación y conservación de nuestra historia.

Yo, simplemente repito lo que escribí en Teatro Experimental en Yucatán (1949-1999) por considerar que sigue siendo vigente en esta segunda década del presente siglo:

"En 1999 se crea de manera piloto el apócrifo Centro de Creación y Experimentación Teatral, sin embargo este centro no resultó ser el medio idóneo para oxigenar al teatro yucateco, y paradoja, es el teatro realizado en maya a nivel comunitario el que sigue caminando con paso firme y experimentando, sin necesidad de promociones especiales de los aparatos oficiales, el por qué es sencillo: la comunidad maya aprendió a sobrevivir durante casi cinco siglos de dominación y de negación, ellos aprendieron durante estos siglos a crearse sus propios circuitos de circulación y sobrevivencia, cosa que el teatro experimental yucateco por obvias razones de “juventud”, no ha tenido el tiempo para ello.” 1

Hay que reconocer que en estos momentos los tiempos han cambiado y el actual gobierno ha puesto especial énfasis en la promoción y apoyo a la cultura madre. Sin embargo, el sustrato que sostiene el teatro comunitario maya yucateco sigue casi inalterable en sus miras y objetivos y sobre todo en su forma de organización. Tal vez porque sabe que éste es un tiempo especial que puede no volverse a repetir en muchos años.

1.- Fernando Muñoz Castillo. Teatro Experimental en Yucatán (1949-1999), Escenología A. C./PACMIC, México, 2001, p. 129


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