A Lancelot y
Montserrat, por su continuo aprendizaje en la defensa de la Naturaleza…
Por Judith
Alvarez De Luna
No nos quiten la
tierra…no nos quiten los brazos, no nos quiten la vida, no se lleven nuestros
hijos, nuestras mujeres, nuestros hombres…declama una bailarina mientras se
interna entre el público y los demás bailarines le siguen con sus voces en
forma coral, se quitan sus sacos y los colocan en la orilla del escenario,
bailan, miran con actitud desafiante, con el amor que llevan en sus entrañas el
lugar que les dio luz, comida, alegría, trabajo y realización.
A semejanza de
un grito de rescate de identidad y paz Carlos Jaramillo bailarín y coreógrafo colombiano
radicado en Alemania, presentó su propuesta dancística en el XXXIV Festival
Internacional Lila López el sábado 26 de julio por la noche Le acompañaron en
esta producción del Ministerio de Cultura de su país de origen: Alejandra
Cuéllar, Ana María Benavides, Andrea Adelina Villalba,, Asdrual Robayo, César
Augusto Bolívar, Geovanny Palacios, José Jaime Vanegas, Mónica Osma, Pamela
Andrea Rojas, Sandra Catalina Olaya, Sara Regina Fonseca y Yehison Julián
Rodríguez-
Al incio del
montaje sueltan telas rojas y negras, en
donde varios cuerpos de bailarinas se
deslizan con acrobacia en danzas aéreas. Al fondo fluye agua
proyectada en video. Sobre el piso bailarines juegan y arrastran grandes
bloques de hielo. Esta útima parte se repite a mitad de la coreografía “La
esquina desplazada” , cuando ingresan las mujeres entonando cantos y secan con sus ropas o trapos el agua encharcada, sudor,
lágrimas, sangre que se llevan los dos grandes océanos. Fuerte símbolo de los
estragos de cualquier acto de violencia, actual y vergonzosa: la guerra.
Luego de varias
danzas que transportan a las últimas
hazañas bélicas, de trabajo en los cañaverales, en las montañas cafetaleras, en
las manglares del río Amazonas …las mujeres
con vestidos de flores multicolores, los hombres con pantalones de algodón,
encima algunos sacos, blazers, que se
colocan y quitan …quizá como símbolo de
pertenencia y luego despojo; de sus más caros anhelos, raíces, semillas, frutos y flores, tierra… finalmente su matriz.
Apoyados en una
excelente técnica dancística, el numeroso cuerpo de baile se desplaza en el
escenario, hay entradas y salidas, de pronto algunos permanecen solos, otras veces se acompañan, se
abrazan, se cargan o son arrullados acompañados por el fluir del Orinoco que se
proyecta en video o gráficas al fondo, o como efecto de estar llegando al
escenario
El gran Teatro
de la Paz resultaba insuficiente para albergar a un numeroso y heterogéneo público
que cubrió las tres áreas verticales y de palcos .Gente de todas las edades,
sabia ancianidad, asombrada niñez, acudieron junto con las personas adultas
unidas en la misma expectación: La búsqueda de encontrarse con las razas hermanas, de
aquellas que llevan el apellido en su nación de un personaje que vino
de otro lado del Atlántico a renombrarlos…Colón
Un gran festín
de colores y emociones a través de desarrollo de secuencias de giros al aire,
al piso o hasta deslizarse con energía sobre sus propios glúteos, simulando ir
montadas en lanchas con remos, desplazándose, buscando un lugar donde poder
cambiar su realidad.
La
megadiversidad de su cultura fue puesta en escenas: estilos étnicos, sonidos guturales, de
tambores y mucha fuerza en giros, portaron bastones simulando cañas, produjeron
golpeteos sobre el escenario, representación guerrera autóctona y bélica a la
vez. Como ventanas abiertas a su cultura,
las luchas que han librado, trascendiendo las diferencias, la violencia, la
fama de los plantíos ilícitos, la sustitución por las semillas originales. En
afán temático por el anhelo de recuperar
el café, la caña, el sorgo la yuca, el arroz y el maíz. De este último, símbolo
de deidades en Latinoamérica, objeto de
culto y religiosidad, soltaron al aire varios granos y compartieron en manos
del público, despidiéndose así .
Cerraron su obra
internándose entre el público contagiando
y promoviendo la conciencia del rescate de nuestras semillas originales,
no trasgredidas, integrando la gran promesa de volver a sembrar y cosechar en unidad lo que nos une.
Resignificación el uso de la naturaleza, de la gran tierra que habitamos y que nos
nutrimos de ella. Fue un reconocimiento y agradecimiento común entre Colombia y
México.
La obra basada también
en el drama de los desplazados, la soledad del abandono y la incertidumbre de
dejar atrás lo construido, como señalan en su programa. La transformación
también de la misma ciudadanía, cuando se empodera, decide parar la degradación
de la humanidad, al mismo tiempo de sus
entornos .Así la gente de Colombia heredera
de diversas batallas, por razones étnicas, de explotación, de mal uso del poder
. Armados o no, quizá sin ningún artefacto largo corto, de fuego o de filo, tan solo con su pensamiento de
libertad y dignidad no se rinde ante la
ineptitud y corrupción de instituciones que supuestamente resguardan el orden y son
legitimadas por las sociedades que no luchan
Que fortuna, el que un coreógrafo tenga la habilidad de
comprometerse con las causas de su nación y logre resolverlo en lo artístico. Los
públicos donde se presenta esta compañía son agraciados con toda una amalgama
de danzas contemporáneas entremezcladas
con étnicas y con gran nivel interpretativo .Eso se traduce en reconocimiento y
respeto a su origen. Carlos Jaramillo realmente crea una obra estética y en el
desarrollo de la misma va hilando como una red de pescar la aventura de ejercer
la defensa de ideales, de derechos humanos, civiles morales…naturales
“La capacidad de diálogo de esta área con otras
disciplinas y lenguajes artísticos. La correlación con la realidad y las
problemáticas que coexiste en Colombia, el espacio que esta disciplina ha
venido ganando en la política pública con el Plan Nacional de Danza que permite
recorrer todo el territorio dieron pie al montaje”:Señala la información del
programa.
“La esquina
desplazada”se convierte entonces en un símbolo de lucha, desde el ser interior
que crece, desarrolla y muere, pero mantiene la constante de dignidad, de
aplomo .Funge en ocasiones de espejo para otras naciones como la nuestra , que
también promueve la urgencia de no solo resolver los conflictos y mantener la
soberanía y la paz , sino desprenderse del estigma de violencia que con la
globalización se lleva a todos lados.
Los colombianos
se mezclaron entre los asistentes hermanando sus intenciones …apostando por la
evolución, trascendiendo la revolución, defendiendo con su arte ,
comprometiendo a toda persona con ello
Regresarán con mucha mayor fuerza como el gran vuelo del
Cóndor