martes, 30 de junio de 2020

Actividades infantiles en el Museo Francisco Cossío



El Museo Francisco Cossío invita  a niñas y niños a participar en las actividades que llevará a cabo todos los miércoles de Julio a través de facebook live, a las 12:30 del día.

Este miércoles 1 de julio la primera actividad será “Arte experimental” impartido por Paulina Araiza, artista plástica que participa en la exposición “Artistas, mujeres presentes a lo largo de 50 años en el Museo Francisco Cossío”, quien dará el paso a paso de un Art bit o falso mosaico.

Este será un ejercicio realizado con pequeñas piezas de papel o foami  de diferentes colores a los cuales se les llamará bit, unidas sobre un soporte plano que puede ser cartón o madera para formar composiciones decorativas geométricas, figurativas o abstractas. Generalmente se realiza de manera digital por medio de la clasificaciones de colores de una imagen, en esta actividad se hará de manera plástica o manual, para brindar infinitas posibilidades creativas.

Los materiales que se necesitarán son: soporte de cartón tamaño carta, foami u hojas de colores, pegamento, tijeras, una hoja tamaño carta y lápiz.

Otras de las actividades que se tendrán como parte de esta sección de Actividades infantiles son: Este Sábado 4 de Julio, Diana Langarica Estudio presenta la leyenda potosina de la loca Zulley; miércoles 8, Arte y reciclaje, con Alba Martín (Caras y latas); sábado 11, Ilustración para principiantes con Moon Venture, ilustradora y diseñadora gráfica; miércoles 15, Mandalas para niños, con Liliana Loredo; sábado 18, Tips para hablar en público, con miembros del Colectivo Artístico Itzamná (Alondra Torres y Jenny Vázquez); miércoles 22, Activación Física con Juan Carlos García, 2° Dan en Tae Kwon Do, cinta negra; sábado 25, Lettering para principiantes (Moon Venture); y miércoles 29, Aguja e hilo, los básicos de la costura (Alba Martín).a la miércoles 01 de julio, tendremos la Actividad Infantil: Arte experimental, dirigido por Paulina Araiza, ella estara dando el paso a paso de un Art bit o falso mosaico. En punto de las 12:30 del día a través de facebook live.

'Somos un proceso no un producto', Hersúa llega a los 80 años alejado de los reflectores




Por: Juan Carlos Talavera

Provocador, inconforme y experimental. Así podría definirse a Manuel Hernández Suárez, mejor conocido como Hersúa (Sonora, 1940), es uno de los últimos sobrevivientes de la Generación de La Ruptura que ha cumplido 80 años, alejado de premios y olvidado por las autoridades culturales de México.

Fundador del grupo experimental Arte Otro, es conocido por su escultura dinámica y geométrica y por ser exhibir activamente en Japón, Estados Unidos, Bélgica y España.

En entrevista con Excélsior adelanta que trabaja en la creación de Ojo cósmico, obra pública que anunciará próximamente, en la edición de un libro que le dedicarán a su trabajo artístico,  y recuerda la polémica surgida en los años ochenta por la paternidad del Centro del Espacio Escultórico de la UNAM.

¿Cómo llega a los 80 años? “No dejo de trabajar en mi estudio. El artista trabaja hasta el último día y el buen artista no distingue si es lunes o domingo. Así es el mundo de uno y se trabaja física o mentalmente. Pienso que todos tenemos una raíz muy profunda con la tierra y que somos muy individuales en un sentido, porque no hay dos personas iguales. Lo mismo sucede en la naturaleza”.

 



¿Es un planteamiento artístico? “Sí, porque  si una persona hiciera consciencia de eso, de ese orgullo, no tendría por qué competir con otro. Esta es una base que el artista toma para colaborar en una sociedad. Si yo hago una obra habrá gente a la que le guste por alguna razón y a otra no. Digamos que la obra en sí lleva un mensaje y es algo sensible que el artista provoca para tener una relación con sus semejantes. En ese sentido somos sociales, aunque el artista y el científico estemos separados en un cubículo o en un taller”.

¿Cuál es su búsqueda? “Todos sabemos darle una lectura al espacio en el que vivimos y notamos que no hay dos rosas iguales. Yo trabajo en la escultura transitoria con obra bipartita y ahora con obras tripartitas y cuatripartitas, desde los puntos de vista cardinales, para provocar al individuo y así despierte”.

Para Hersúa, el arte siempre es generoso con cualquier persona y, pese a lo que se piense, nunca pierde su carácter público, sin importar que alguien lo compre. “Y un día las obras pasarán a ser del deleite de toda la gente. Así que la gente no debería tenerles miedo a los museos. En esta ciudad hay 20 millones de personas y ¿cuántos van a un museo? Es ridícula la cantidad. Hace falta una promoción del arte de una manera en que le sepas llegar al público y lo convenzas de que es importante ver esas obras”, apunta el artista que representó a México en la VI Bienal de Artistas Jóvenes en París (1969), y que fue vicepresidente de la Asociación de Artistas Plásticos de México ante la Unesco (1985)

"No olvidemos que el enriquecimiento de las personas nos da una mejor sociedad. Científicos y artistas estamos convencidos que la cultura es primordial para que el hombre evolucione, porque somos un proceso y no un producto. Somos algo inacabado. Yo no me considero un producto terminado, como una Coca-Cola”.

AÑEJA POLÉMICA

Hersúa también aborda la vieja polémica sobre la paternidad del Espacio Escultórico. Recuerda que en 1978 la UNAM convocó a seis escultores (Federico Silva, Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Mathias Goeritz, Sebastián y el propio Hersúa), para plantearles la creación de un espacio escultórico.

"En mi caso había tenido una especie de alucine mientras estuve en Monte Albán, pensando en lo maravilloso que sería crear una obra en la Ciudad de México, donde uno se sintiera fuera de ésta. Así que cuando llegó esa oportunidad del rector Guillermo Soberón, pensé que era el momento de trabajar sobre esta idea”.

Cierto día el rector le preguntó a Jorge Carpizo (entonces Abogado General) por la obra de los artistas. Él le dijo que ellos se estaban peleando. Soberón se rio y le fijó día y hora para llevar la maqueta a la Coordinación de Humanidades.

"Así que nos llamaron y al llegar, los otros cinco artistas fueron a pedir dos meses de plazo. Yo llegué con cinco maquetas y en ese momento a Carpizo le gustó la primera que hice. Los demás colegas pensaron que era una primera etapa y que había otras dos donde ellos iban a intervenir la primera etapa. Pero no era así. La segunda etapa era en la Hemeroteca Nacional y la tercera en el camino entre la Hemeroteca y la Sala Nezahualcóyotl”, recuerda.

"Ahí fue vino el descontrol y la oposición. En el caso de mi maqueta, no podía ser vetada si no había otro proyecto. Y sucedió así, tan sencillo y ahí está la obra. Después mi posición fue avalada por el crítico de arte Juan Acha. Pero como el espacio se volvió famoso y el niño salió guapo, todos quieren ser el papá. Políticamente a la Universidad le convenía decir que era una obra colectiva y sucedió que me eché muchos enemigos. En fin”.

¿Qué le dejó el Espacio Escultórico? “Yo sigo trabajando como siempre, con diferentes materiales, buscando algo más, porque soy inconforme. El artista es un testigo de su tiempo o así debe serlo. Ahorita el arte consiste en que cada quien haga las pendejadas que quiere y creen que van a ser genios. Pero no. El arte es un proceso largo. Tienes que ir educando la sensibilidad.” Ese espacio es la pirámide de hoy, vivida por mí y para los demás. La trabajé usando la intuición... Es ese vacío del desierto que te decía, que me gustaba cuando escuchaba a los seris, hablando en sus poemas o en sus canciones sobre el viento que sopla suave.

¿Ya no le importa que sea una obra colectiva? “No, porque como sucede con Teotihuacan, la gente va y lo disfruta y ni siquiera se imagina quién construyó esas pirámides, porque ya es un arte del dominio público. Lo mismo sucede con el Espacio Escultórico”.

Velada musical recordando a los cantautores: Abel Velasquez El Mago y Rodrigo Velasquez El Plu, en el Potosí Bistró



El cantautor Jorge de Santiago y Potosí Bistró te invitan a esta velada especial en donde serán recordados dos buenos amigos que ya partieron a una vida mejor, Abel Velasquez "El Mago" y Rodrigo Velasquez El Plu. 

Este jueves 2 de Julio a las 20:30 horas a través de las transmisiones desde Potosí Bistro y de la página de Jorge De Santiago Oficial.

Pero ¿Quién es Abel Esquivel, mejor conocido como "El Mago"?.
 
Abraham Abel Velásquez Nardo, "El Mago", es un artista que trabajó en la conformación de un estilo propio y un lugar dentro de la nueva canción mexicana o la nueva trova. Abel Velásquez es un cantautor oaxaqueño que se avecindo en la ciudad de Toluca por muchos años al igual que su familia. Es egresado de la carrera de Administración de Empresas del Tec de Monterrey y es justamente durante esta época universitaria, que descubre su verdadera vocación, escribir y cantar.

La participación en festivales de la canción universitarios hace que Abel Velásquez descubra su capacidad de plasmar historias, sobre todo de desamor, ofreciendo una visión particular sobre el dolor como una forma poética de expresar la esperanza sobre la existencia del amor. Abel Velásquez obtiene durante esta etapa una gran cantidad de premios a nivel local, de zona y nacional, sumando su participación en finales nacionales un total de siete en igual número de años, obteniendo premios a la mejor letra, mejor interpretación y mejor canción (tercero y segundo lugar) además de ser el alumno del sistema ITESM con más participaciones en las competencias nacionales.

Por su parte, Rodrigo Velasquez El Plu, trovador oaxaqueño, que sin más tomó la afrenta de divulgar y a su vez compartir las canciones de su hermano, Abel Velasquez "El Mago".

No te puedes perder esta velada, en donde se ha seleccionado del gran repertorio de El Mago en voz y guitarra del cantautor Jorge De Santiago y Carlos Hernandez como invitado especial. 

Invitan a la exposición virtual “Arqueología de un Momento Sonoro”


La Secretaría de Cultura (SECULT), invita a disfrutar de las diversas actividades virtuales que tiene el Museo del Ferrocarril Jesús García Corona, tales como, la exposición “Arqueología de un Monumento Sonoro: El Himno Nacional Mexicano”, talleres, recomendaciones de películas, libros y propuestas de animación cultural para promover la lectura en casa.

En donde se detalló que, a través de diversas actividades se mostrará al público parte de la investigación que se realizó para montar la exposición en las instalaciones del museo, en donde se puede apreciar la historia, la importancia social y política del Himno Nacional de México, desde las primeras décadas del siglo XIXI hasta la actualidad. 

Este programa que emprendió el Museo del Ferrocarril Jesús García Corona, estará disponible durante dos semanas, y será una muestra con diversos elementos visuales y auditivos que brindarán una perspectiva diferente para apreciar el Himno Nacional.

Se recomienda visitar las diversas redes sociales del Museo del Ferrocarril en donde se podrán encontrar recomendaciones musicales como: El pastor, Paloma negra y Cielo rojo.

El 15 de septiembre de 1854 se interpretó por primera vez el Himno Nacional Mexicano, y con este motivo, se crea una exposición que recopila 160 años de este símbolo patrio, su valor histórico, patriótico, cultural y artístico que tiene esta gran pieza musical, así como sus interpretaciones, el rescate de partituras y expedientes de los archivos presidenciales que permanecían en resguarda por el Archivo General de la Nación.

Homenajeará la AML a Julio Torri y su extraordinaria “casa literaria”



Por: Ana Laura Tagle y Adrián Figueroa

La Academia Mexicana de la Lengua (AML) rendirá homenaje a Julio Torri (1889-1970) y su gran “casa literaria”, ese lugar donde habita una extraordinaria obra de las letras nacionales, breve pero profunda, el personaje excéntrico, que fue, el profesor universitario, el genio del ensayo, el crítico literario y el hombre tímido y discreto que publicó sus tres libros a pesar de él mismo, dice Jesús Silva-Herzog Márquez.

El homenaje por los 50 años de su fallecimiento inicia mañana y se llevará a cabo durante todo el mes de julio. Se transmitirán 21 cápsulas mediante el hashtag #julioDeJulioTorri en las redes sociales de la AML y el 9 de julio en la página de Facebook de la Academia se realizará el conversatorio La Academia Mexicana de la Lengua recuerda a Julio Torri a 50 años de su fallecimiento. Para el 23 de julio, se transmitirá un mosaico de lecturas con la participación de 18 académicos, quienes reflexionarán sobre las facetas de Torri como editor, abogado y profesor, así como de su concepción de la mujer y su relectura en el siglo XXI.

Jesús Silva-Herzog Márquez, coordinador del homenaje, señala que esta “casa literaria” que construyó Julio Torri la podremos ver a través de las distintas miradas de los académicos de la AML, que mostrarán las amplísimas contribuciones a la vida literaria y al espacio cultural mexicano que dio el integrante del Ateneo de la Juventud y autor de Ensayos y poemas, De fusilamientos, La literatura española y Tres libros.

También en esa “casa”, añade, veremos al gran corresponsal de Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña, es decir, ese personaje que vive su presencia en la cultura mexicana a través de la amistad de sus relaciones afectivas con los anteriores, con  José Vasconcelos, Antonio Caso…

Y en esa casa, dice, habita su contribución como docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. “Podremos asomarnos en este homenaje a los recuerdos que tienen de él como profesor quienes fueron sus alumnos. Ahí están testimonios fantásticos de Margo Glantz y de Felipe Garrido que recuerdan a este maestro tan excéntrico que fue Torri; a este hombre que fue tímido y discreto con una obra literaria que permanecía prácticamente en secreto para los propios alumnos, y que también reconstruye una historia de la literatura española.

Aunque también en esa casa, agrega Silva-Herzog Márquez, está el crítico literario y gran lector que fue, además de ese  “gabinete de joyero”, podríamos decir, porque en Julio Torri debemos reconocer al creador de la obra  breve más certera de nuestra literatura. “Es el genio del ensayo corto en la tradición literaria mexicana y, finamente, dentro de esa casa está el lugar en donde deja su “bicicleta” —se refiere al relato de “La bicicleta”—, que es uno de los emblemas de la ligereza de su obra literaria y es igualmente un ensayo breve que constituye una especie de autorretrato de él.

— Y en esta casa está también el hombre.

— Lo que podemos admirar de Julio Torri es el ejemplo de la literatura de la modestia, en el sentido de que autor de una obra  tan discreta, tan cuidada, que prácticamente podríamos decir que publica a pesar de él mismo,  es un recordatorio de que en la conversación sea académica, sea intelectual, sea literaria o  incluso política, no debemos aspirar a decirlo todo, sino que sería más prudente cuidarnos de agotar y asfixiar esa conversación. Y creo en ese sentido, que en esta época tan parlanchina en la que estanos sumergidos, en la cual todos hablan y dicen todo, la presencia de un escritor que habla para guardar después silencio, es muy oxigenante.

— Hablan y creen que lo saben todo.

Esta idea de la persona que puede comentar absolutamente todo con credenciales de autoridad y por tanto no tiene como Torri esa manifiesta autocontención que es un mensaje cívico en estos momentos.

— Y el escritor excéntrico.

Julio Torri es, efectivamente, un personaje exótico dentro de nuestra tradición literaria. Decía Guillermo Sheridan que era un escritor raro, porque era un hombre carente de vanidad y no buscaba los reflectores, sino se mantenía alejado en lo posible de los micrófonos. Pero esencialmente, su obra es la brevedad, esta exigencia de la economía expresiva que hay en Julio Torri está complementada por una acidez humorística que lo coloca en un lugar  muy solitario en la tradición intelectual mexicana. Tiene un sentido del humo extraordinariamente filoso, que no llama desde luego a la carcajada porque no es un escritor chistoso, sino que va rumbo a la ironía, a la distancia con él mismo y con los hábitos culturales.

EL HOMENAJE. Jesús Silva-Herzog Márquez cuenta que entre las ponencias habrá trabajos y testimonios muy valiosos. Uno es el recuerdo de Margo Glantz. “Es grandioso, porque ella regresa a sus años como estudiante en la FFyL y evoca al Torri tímido, dando sus clases y cubriéndose el rostro con el libro que leía en ese tiempo.

Hay también una reflexión de Roger Bartra, integrante de la AML, que descubre un aforismo de Julio sobre  la melancolía y la ironía. Roger se ha dedicado muchos años a estudiar la experiencia melancólica y en ese sentido, desde su percepción como antropólogo, conversa de alguna manera con este dardo aforístico de Torri.

Además hay un apunte de Sara Poot, quien recuerda el interés de Carlos Monsiváis por la obra de Julio y hace una remembranza personal muy interesante para los lectores. También habrá participación e integrantes de la AML como Gonzalo Celorio, Mauricio Beuchot, Vicente Quirarte, Diego Valadés, Concepción Company Company, Fernando Serrano Migallón, Germán Viveros, Rosa Beltrán, Alejandro Higashi y Jorge Ruiz Dueñas.

TORRI NOS ENSEÑÓ EL VALOR DE LA ECONOMÍA VERBAL: GONZALO CELORIO. 

Julio Torri nos ha enseñado el valor de la economía verbal, no decir lo que no hace falta y quitar las palabras que sobran. La obra del escritor, profesor y editor coahuilense es escasa, pero de gran calidad literaria, crítica e irónica por ello, a 50 años de su muerte, es importante que se revalore y reconozca su gran mérito.

“Él quedó un poco marginado porque no tenía mayor interés en figurar dentro de la escena pública ni en la vida literaria, pero sí quiso participar en la literatura y dejó una obra muy breve, pero de enorme valía”, destacó el director de la AML, Gonzalo Celorio.

El autor de El ladrón de ataúdes fue un gran purista del lenguaje, sin embargo, esto no le restó modernidad, explicó. “Torri es muy moderno y utiliza una serie de recursos que no tenían mayor cabida en la literatura mexicana, hispanoamericana o de lengua española, como el gran sentido del humor, ya que nuestra literatura se caracterizaba, generalmente, por su solemnidad”.

“Nuestros escritores se tomaban muy en serio su papel y podían ser muy simpáticos en la cantina, pero a la hora de escribir se encorbataban”. En ese sentido, añadió, Julio Torri encontraba en el humor una capacidad crítica social y cultural devastadora, la cual ejerció con un estilete y plasmó en su prosa, tal es el caso del cuento De fusilamientos, en él hace una crítica al proceso de la Revolución Mexicana.

El arte y la música borran prejuicios y fronteras: Ariel Serrano, cantante trans


Por: José Luis Noriega

¿Qué tan complicado es ser mujer y ser artista en México? Además de complicaciones como la falta de oportunidades para crear, así como el machismo imperante en la sociedad, el panorama se dificulta si eres mujer trans en un país fuertemente transfóbico y violento, y aún más si decides dedicarte a cantar folclor en donde cada día se pierde más y más el interés en la música tradicional mexicana por parte de los jóvenes.

Ariel Serrano es una joven trans, cantante de música folclórica quien, junto a músicos de cuatro países y a la distancia, se unieron para compartir un mensaje de inclusión, “unión humana y solidaridad” a través de una versión del clásico itsmeno y zapoteco “La llorona”, para transmitir sus sentimientos y emociones en torno al confinamiento por la pandemia de coronavirus durante el mes que celebra la diversidad.

¿Quién es Ariel Serrano?

En entrevista con M2, la oaxaqueña Ariel expresa que su mayor miedo al decidir ser cantante fue por ser trans y querer tocar música tradicional “al venir desde un contexto más de pueblo y de algunas comunidades indígenas”, donde el machismo se encuentra más arraigado en la sociedad.

“Yo pensaba que me iban a discriminar o que iba a haber algún rechazo o que me iba a costar más trabajo, pero fue todo lo contrario”, expresó.

Ariel dijo sentirse “bendecida y apoyada dentro de la música tradicional” al haber recibido el apoyo de grandes exponentes a lo largo de su carrera, tales como Lila Downs, Celso Duarte, Ernesto Anaya y Susana Harp, y no solo se refiere a apoyo hacia su carrera por su talento y su gran pasión, sino con respecto a ser una mujer trans.



Mayor discriminación por parte de la comunidad LGBT

Ariel confesó que donde más veces le han cerrado las puertas y de quienes ha recibido mayor discriminación ha sido por parte de los espacios de la comunidad LGBT, tales como bares, antros y demás recintos nocturnos, donde ha tocado puertas para compartir su música y solo ha recibido negativas, no tanto por ser trans, sino por no tener una propuesta que se adapte a sus intereses.

“Simplemente mi propuesta no cabe ahí. Me han pedido incluso si puedo armar un show de lipsync o de drag, o algo así, pero pensar en llevar mi propuesta a esos espacios con músicos tradicionales y jaraneros o guitarritas es un poco imposible por ahora”, expresó.

“La llorona”, de Ariel y su Venadito Son

Luego de ver cancelada su próxima presentación en Los Pinos a causa de la pandemia, y gracias al apoyo del director de orquesta Eduardo García Barrios, surgió la idea de recrear el son tradicional “La llorona” para “canalizar esos sentimiento y emociones que traemos” y promover un mensaje de inclusión, “unión humana y solidaridad”.

El primero en ser contactado por la cantante para llevar a cabo del proyecto fue el violinista iraní Oliver Hakim por tratarse un músico que vive en un país en el que “los derechos LGBT y los derechos humanos no han tenido avances”.

Al recibir una respuesta positiva, Ariel hizo un gran descubrimiento que comparte emocionada: “El arte y la música borran prejuicios, borran barreras de idioma y nacionalidad”.

Fue así que contactó al resto de artistas y músicos que participaron en la creación del proyecto, en el que dice, “todo se juntó y salió magia, salió arte”.


Sobre la elección del tema musical, Ariel cuenta que lo seleccionó por la importancia que tiene para ella a nivel personal y en su carrera musical debido a “la bella conexión que tiene con la muerte, con lo espiritual y con el amor”.

La cantante planea seguir desarrollando colaboraciones con músicos y artistas de todo el mundo a la distancia, pues según percibe y dado el panorama mundial, es la única forma de hacer música por el momento.

lunes, 29 de junio de 2020

El Rebozo de la Diversidad. Pasión transformada en empatía



Arturo Estrada, maestro rebocero de Santa María del Río, en el marco del Día del Orgullo LGBTTTIQ+  muestra lo inédito: el rebozo de la diversidad, el primero en su tipo en en la historia de Santa María, y posiblemente en México, que lleva en su lienzo los colores de este movimiento.

Tres son los caminos del tejido del rebozo: el tradicional, el rescate y la innovación. Conservando cada uno el mismo proceso: doscientos pasos, sintetizados en el devanado, el urdido, el pepenado, el ikat, el tejido en telar de cintura y el empuntado.

Cada camino, es diferenciado por los patrones y motivos que adornan cada rebozo. El tradicional, forma parte del catálogo característico de la producción textil de Santa María del Río, San Luis Potosí (de bolita, caramelo, el de la “s”, por ejemplo).

A su vez, el rescate reproduce diseños de generaciones anteriores con el propósito de preservarlos como un legado para la identidad cultural.


La innovación, permite a los artesanos y artesanas jugar con la imaginación para mostrar lo nunca antes visto y lograr su realización.

Es el maestro Arturo Estrada quien busca sorprender con lo inédito: el Rebozo de la Diversidad, tejido que transforma su pasión por el oficio en empatía. Una pieza única que fusiona el quehacer artesanal con una visión incluyente.

Se trata del primer rebozo en la historia de Santa María del Río, y posiblemente de México, que plasma en su lienzo los colores de la diversidad, su diseño es acompañado por seis cadenas teñidas por la técnica del ikat, de jaspe. Cadenas que representan la fraternidad entre todas, todos y todes. Finalmente es Rosario Salazar quien cierra esta composición con un coqueto y lúcido rapacejo.

El Rebozo de la diversidad ondea más allá las convenciones, no pertenece a un solo género, quiere ser lucido por cualquier manifestación de humanidad, por toda la diversidad que representa.

La Casa del Rebozo. Espacio del Universo Artesanal Potosino presentó esta pieza a través de sus redes sociales, fue modelada por Vannesa Esmeralda y Martín Ortiz, jóvenes que asumen con orgullo su identidad y que participan activamente en el ejercicio de sus derechos.

Instituto Potosino de Bellas Artes celebra 65 años de fundación este miércoles 1rode julio de 2020



El Instituto Potosino de Bellas Artes dará inicio a los festejos virtuales con motivo de su 65 aniversario   este   miércoles   1ro   de  julio,   fecha   de   su   fundación,   con   una   serie   decontenidos que vestirán sus cuentas oficiales en redes sociales.

La propuesta que ofrecerán para conmemorar este gran hecho formará parte de su nueva Revista Digital, medio que fue presentado hace poco más de 10 semanas y por el cual han mantenido la cercanía con la comunidad virtual a través de la variedad de alternativas que presentan de manera diaria.

En esta ocasión, buscando cuidar la seguridad de las personas durante el periodo de contingencia, el Instituto Potosino de Bellas Artes diseñó un programa de contenidos especiales que serán transmitidos en sus plataformas sociales, dando comienzo, como se mencionó anteriormente, este miércoles y continuando durante algunos días más como una extensión de la gran celebración que tienen preparada.

Dicha variedad de propuestas está encabezada por una serie de videos especiales en los que participarán el Secretario de Cultura de San Luis Potosí, Armando Herrera Silva; exdirectores y directoras del Instituto Potosino de Bellas Artes y directivos de los diversos recintos artísticos y culturales de la ciudad; quienes se sumarán a los festejos que engalanan al Instituto por medio de mensajes de felicitaciones y buenos deseos.

Por otra parte, se proyectarán también dentro de este esquema conmemorativo, cápsulas de agradecimiento y anécdotas presentadas por parte del personal que labora en el IPBA, así como una serie de interpretaciones especiales por los alumnos y alumnas de la Carrera Técnico Profesional Instrumentista Ejecutante del Instituto.

Lo  anterior será complementado con otras propuestas que serán publicadas próximamente como una línea de extensión de esta celebración: dinámicas, datos curiosos, notas, convocatorias, entre otros.

El Instituto  Potosino de Bellas Artes invita a la comunidad a sumarse a la alegría y entusiasmo que los acompaña en esta celebración, sintonizando, compartiendo  y aprovechando la serie de contenidos que serán proyectados a partir de la fecha ya mencionada.

Las redes sociales del IPBA pueden encontrarse de la siguiente manera: Facebook  y YouTube: “Instituto   Potosino   de   Bellas Artes”, Twitter: “@IPBASLP”, Instagram“@IPBASLP_” y Spotify: “IPBA SLP”.

Para mayor información se pone a disposición el correo: informes@ipba.com.mx.

INBAL arrastra déficit financiero; 60 apoyos no están autorizadas



Por: Juan Carlos Talavera

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) informó que aún busca la autorización y el registro de las prestaciones que, durante décadas ha otorgado por “usos y costumbres” a trabajadores de base y operativos de confianza.

El trámite lo realiza ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a 18 meses de iniciada la actual administración, “debido a que estas prestaciones han generado un recurrente déficit en el presupuesto institucional que se registra en el último trimestre de cada año, afectando el pago de la nómina y los recursos destinados a operación sustantiva del INBAL por un monto anual aproximado de 326 millones 390 mil 465 pesos”, reconoció la dependencia.

Y añadió: “La cultura política que se generó dentro del Instituto, derivada de las formas de negociación de prestaciones, abría la puerta a la discrecionalidad y desigualdad laboral”.

El Instituto detalló que, en noviembre de 2019, el Órgano Interno de Control (OIC) realizó una auditoría a dichas prestaciones para evitar un tema de riesgo institucional.

Así que inició la auditoría 14/2019 realizada a la Dirección de Asuntos Laborales. En ésta observó que, del total de prestaciones, 17 se pagan de conformidad a lo establecido por la SHCP, 22 están autorizadas y se pagan con montos superiores a lo reconocido, pero 60 prestaciones no cuentan con la autorización, por lo que no es posible continuar con su pago en tanto se gestiona su autorización y 29 prestaciones no implican erogación de recursos públicos.

Preservan sonido en tierra mixe; el Cecam continuará siendo una alta escuela de música para niños y jóvenes



Por: Patricia Briseño

A 43 años de su fundación, el Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe (Cecam), localizado en Santa María Tlahuitoltepec, en la Sierra Norte, consiguió la certidumbre jurídica y administrativo, por decreto presidencial, lo que permitirá continuar siendo una alta escuela de música para niños y jóvenes indígenas, dijo el director del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Adelfo Regino Montes.

Detalló que esto se consiguió a partir de la conformación de una Comisión intersecretarial que definió el mecanismo para el reconocimiento jurídico de la institución, ordenada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, una vez que él conoció el estatus de esta escuela de formación.

El Presidente cumplió con el pueblo ayuujk de Tlahuitoltepec y comunidades circunvecinas”, expresó, donde el semillero de talentos floreció de la organización comunitaria de los pueblos mixes que acordaron su fundación hace más de cuatro décadas.

Años después, el gobierno de Oaxaca le otorgó el reconocimiento el 22 de octubre de 2017, pero nunca se publicó en Periódico Oficial del Estado, ni tampoco hay registro.

Sin embargo, a raíz de la visita del presidente al municipio de Santa María Tepantlali, el pasado 19 de enero, se dieron los primeros pasos de la Comisión Presidencial para definir e implementar alternativas jurídicas y administrativas, “que permitan apoyar con recursos públicos a escuelas indígenas que tienen por objeto desarrollar una educación y formación musical con principios comunitarios, entre ellas el Cecam”.

De acuerdo con el titular del INPI cada año, desde hace 43 años, el Cecam forma a 300 jóvenes. Dijo que desde su fundación a la fecha han egresado cerca de 6 mil músicos, cuyos gastos estuvieron sufragados por la comunidad, autoridades municipales, asociaciones civiles y filántropos, mientras que “los gobiernos estatal y federal, pocas veces les destinaron algunos recursos financieros”.

Por último, el funcionario federal resaltó que el reconocimiento asegurará el financiamiento de apoyos directos al Cecam, evitando cualquier intermediación, mientras en lo jurídico establece respetar “los usos y costumbres, los principios y valores comunitarios”.

La Comisión, comentó, dependerá del Presidente y de los titulares de las secretarías de Cultura, Hacienda, Bienestar, Función Pública, Educación y el INPI.

Además, contará con representación de la autoridad municipal y de un integrante  del Cecam.

Monica Ojeda relata los horrores de la deep web y la psique humana


Para Mónica Ojeda, su segunda novela, Nefando, que este año Almadía publicó en México, es una escritura en la que el dolor y el placer se encuentran. Se centra en los inquilinos de un departamento en Madrid, quienes están involucrados con un videojuego de la deep web titulado igual que el libro. Éste, debido a su brutalidad y capacidad de despertar las pulsiones ocultas de sus usuarios, conmocionó hasta aquella zona oscura del Internet y desató una investigación policial después de ser retirado.

Ojeda concibe aquel videojuego ficticio para abordar temas como el deseo, la identidad y represión sexual, la autocastración y los delitos sexuales, como el incesto, la pornografía infantil y la pedofilia. En entrevista con La Razón, la autora señaló que estos medios digitales son capaces de generar espacios de reflexión y acción que resultan interesantes.

“No fui nada original al respecto, hay videojuegos (aunque no son muy comunes) en los que hay poca o nula jugabilidad y que consisten en explorar lo que ese mundo alternativo te propone. Mis personajes quisieron presentar un mundo en donde hablaran de forma simbólica y, a ratos, explícita acerca de la violencia más extrema”, detalló la ecuatoriana radicada en España.

Contó que durante su investigación para realizar la novela navegó por distintas latitudes de la deep web, la cual ocupa el 96 por ciento de la red, pero que no es accesible a través de los buscadores convencionales: “me encontré cosas muy interesantes: páginas políticas, de arte y de pensamiento. Pero también espacios muy violentos donde los temas eran la pedofilia, el maltrato animal y la necrozoofilia”.

Yo no había publicado fuera de Ecuador y Nefando se lanzó en España, siendo yo una total desconocida para los lectores de ese país. Me sorprendió que encontrara un lugar y que la crítica la acompañara de forma positiva, no porque no confiara en mi novela, sino porque el mundo de los libros funciona de formas misteriosas

Ojeda, quien fue incluida por el Hay Festival en la lista de Bogotá39 de los 39 autores latinoamericanos más prometedores menores a 39 años, aseguró que su novela busca mostrar la manera en que el dolor propio puede confluir con el placer, el horror, la violencia y la poesía.

Asimismo, la ecuatoriana remarcó que Nefando no busca darle voz a quienes han sido víctimas de delitos sexuales, sino que con ella busca explorar, pensar y empatizar las situaciones de violencia atroz. “Es un ejercicio de exploración que a lo mucho puede abrir nuevas interrogantes acerca de lo que nos hace humanos. Tiendo a creer que lo que otros sufren siempre nos es ajeno, incluso cuando sentimos una gran empatía.

“Estoy en contra de ‘dar voz’ a personas que ya la tienen. Nadie necesita que venga otro a darle una voz, lo que sí requieren es que nos callemos y dejemos hablar a quienes ahora mismo no tienen plataformas, ni espacios para hacerlo”, reiteró la narradora.

A mitad de la novela, un hacker hace esta reflexión: “desde la programación se pueden hacer cosas reales, desde la literatura no”. Ojeda reiteró este pensamiento, pues aseguró que este arte no existe para cambiar al mundo, sino para expandir las empatías sensibilidades e imaginación.


“Su objetivo es demostrarnos que toda la violencia y belleza pueden estar contenidas en una frase, en un párrafo. Que el lenguaje guarda la emoción del mundo. El día en el que pensemos en la literatura como un medio para conseguir alguna cosa o como un instrumento, se acabará para siempre. No hay utilidad en la literatura: hay intensidad”, expresó.

Respecto al resurgir del grupo internacional de hackers Anonymous, que a inicios de mes liberó información referente a una red mundial de pedofilia en la que implicó a varias figuras públicas, y que además esta semana intervino la página web del Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) para protestar en contra de la censura, Ojeda aseguró que el hacktivismo es una forma contundente de hacer una revolución y mover al sistema.

“Hoy en día la información es poder y quienes la tienen a veces la ocultan como una táctica para someternos a sus voluntades. Creo que hay un tipo de ésta que le pertenece a la gente y otra que es privada. La segunda debe respetarse, pero la primera debe ser pública. A veces los hackers consiguen entregarle a la gente la que les pertenece y que ciertas instituciones les están robando”, finalizó.

Mónica Ojeda

Nació: 17 de mayo de 1988, en Ecuador. Obras: Caninos, La desfiguración Silva, y Mandíbula, por mencionar algunas.

Con nueva normalidad, Lago de los Cisnes y Cascanueces, imposibles


Por: Adriana Góchez

Ver a 70 bailarines en escena en ballets clásicos como El cascanueces o El lago de los cisnes, así como piezas de danza contemporánea de gran formato es imposible debido a la pandemia de coronavirus. Las compañías alistan su retorno, pero adaptadas a la Nueva Normalidad, primero con funciones sin público con solos, duetos o tríos; y luego con espectáculos en teatros o foros al aire libre con máximo 10 bailarines, guardando la sana distancia y con repertorio que implique el menor contacto posible.

La Compañía Nacional de Danza sólo volverá a sus salones cuando el semáforo esté en color verde, en las dos primeras semanas de su retorno contempla clases escalonadas y por grupos, detalló a La Razón, su codirector artístico, Cuauhtémoc Nájera.

“Los salones están diseñados para poder soportar hasta 50 bailarines, no va a haber más de 15 o 14 en cada sesión para que puedan tener una distancia de aproximadamente cinco metros. En la primera fase vamos a hacer clase, no va a haber ensayos, para evitar el contacto y para hacer un seguimiento muy puntual de que no haya ningún contagio”, compartió Nájera, quien junto con Elisa Carrillo dirige la agrupación que depende del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Si todo marcha bien, después de esas dos semanas se comenzarán a ensayar obras con pocos bailarines —solos, duetos y tríos— para hacer funciones sin público.

“Respecto al repertorio, no habrá ningún espectáculo con muchos intérpretes en el escenario, al menos durante este semestre todo lo que presentemos serán espectáculos con pocos bailarines en el escenario y evitando al máximo el contacto”, explicó.

Una vez que haya confianza para subir a los escenarios habría máximo 10 bailarines para que puedan guardar su distancia.

VA POR FUNCIONES AL AIRE LIBRE
En el caso del Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), que también depende del INBAL, tiene un protocolo para tres etapas. Primero los bailarines se dividirán en grupos de 10 para retomar sus entrenamientos en sus salones y estarán a una distancia de dos metros y medio.

“Tenemos salones muy ventilados. Esparemos que la autoridad sanitaria nos dé las indicaciones pertinentes, pero hemos encontrado que el uso de cubrebocas, sudando, no es lo más recomendable; si es funcional se utilizará, pero si es un riesgo para la salud no lo ocuparemos. En un corto plazo la sana distancia será la premisa, los salones están cuadriculados”, compartió en entrevista el director del Ceprodac, Marco Antonio Silva.

Para poder regresar a los salones de manera presencial tenemos que esperar a llegar al semáforo verde, para hacer ejercicio físico en un espacio cerrado, antes de eso tendríamos que seguir ejercitándonos a la distancia y trabajando proyectos desde casa”

Cuauhtémoc Nájera
Codirector artístico de la CND
También habrá horarios corridos, sin escalas para salir a comer —antes tenían un horario matutino y uno vespertino— y se contará con una bitácora de cada uno de los bailarines para saber los lugares que visitan durante su trayecto a la sede de la agrupación.

“A mediano plazo está considerado que el entrenamiento sea de bajo a alto impacto, es decir, primero de recuperación del tono muscular y ya más adelante se iría incrementando esta actividad”, adelantó.

A largo plazo, en el Ceprodac se considera ofrecer funciones cortas, de entre 10 y 20 minutos, en espacios al aire libre —parques, plazas y canchas deportivas—, siguiendo los protocolos sanitarios establecidos.

“Estamos contemplando que sean grupos pequeños, máximo de 10, para tener un mínimo de dos metros entre uno y otro (ejecutante). Tenemos planeadas las adecuaciones de obras que ya teníamos, un trabajo que se llama Memoria en espera, claro de luna, que llevábamos a los centros hospitalarios, eran duetos, pero en los que no había contacto”, señaló Silva.

Para el también coreógrafo, la danza contemporánea a diferencia del ballet, permite mayores posibilidades para estar “cerca aun a la distancia”.

La danza, continuó, “no son movimientos, son ideas en movimiento, partiendo de este fundamento, creo que lo que se va a requerir y lo que va hacer que el público asista a un espectáculo de danza es la idea de que algo que se va a presentar ahí lo refleja a él. El contacto a través de la experiencia de los sonidos, la mirada y la presencia de los bailarines es el primer reto. Octavio Paz decía, ‘el mundo cambia cuando dos se miran’, y creo que ése es el punto de partida, cómo nutrir la mirada del que va a esa suerte de encuentro con el otro”, destacó.

domingo, 28 de junio de 2020

Mojigangas en el Museo Nacional de la Máscara


En España, en los siglos XVI y XVII, las mojigangas eran breves representaciones de carácter festivo, los actores disfrazados eran llamados Cómicos de la Lengua y se presentaban en teatros ambulantes conocidos como Compañías de Bojigangas. Con el tiempo, gracias a su popularidad, el género de la mojiganga junto con la garnacha, la farándula y la comedia, incursiona en muchas tradicionales fiestas públicas en los reinos hispanos, finalmente acabó invadiendo el espacio del entremés barroco en pleno Siglo de Oro Español. Entre los cultivadores del género destaca Pedro Calderón de la Barca con “La mojiganga de las visiones de la muerte”. 

En la Nueva España se registra el término de mojiganga en 1637 para referirse a cierta danza durante el Carnaval, mientras que Bartolomé de las Casas hace referencia de ella como parte del teatro misionero. Con el correr del tiempo las mojigangas, hechas de caña y forradas de papel y tela, recorren las calles principales de los pueblos y se hacen presentes en muchas de las celebraciones y fiestas de México.

En San Luis Potosí, en las celebraciones religiosas de Corpus Christi de los siglos XVII y XVIII, fue tradicional el desfile de mojigangas, que incluía una tarasca, cabezudos y gigantes. 

La “tarasca” era una figura que representaba a un dragón, sus movimientos sinuosos y tarascones en medio de la concurrencia contribuían a despejar el camino por donde pasaría el desfile de mojigangas. 

Le seguían los “cabezudos”, dos figuras con brazos desproporcionados y una gran cabeza, precedían a los gigantes a manera de lacayos. En San Luis Potosí, se conocían como “el viejo” y “la vieja”.

Continuaban los “gigantes”, figuras de grandes proporciones con vestimenta de monarcas que marchaban en parejas: moro y mora, indio e india, negro y negra, español y española. En la tradición potosina las cuatro parejas representaban -según el historiador Alfonso Martínez Rosales-, las cuatro partes del mundo conocido después de la llegada de Colón al Nuevo Mundo, Asia, América, África y Europa, así como las razas con que los súbditos de la realeza española identificaban aquellas regiones árabes, indígenas, negros y blancos.

Para conocer de manera virtual una muestra de Mojigangas, la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí invita al público a realizar un recorrido virtual, dando un sólo clic en https://goo.gl/maps/MQcGmSgzUV9hCyC3A

Lanzan segunda edición de concurso impulsado por Francisco Toledo


Por: Leticia Sánchez Medel

En México quedan muy pocos talleres que realizan la técnica de mosaicos hidráulicos, esos que todavía lucen las casonas antiguas. En Oaxaca sólo existe uno, el de Arte y Decoración. Consciente de ello, el maestro Francisco Toledo se propuso promover esta tradición y repitió lo que hizo con otros talleres artesanales: crear nuevos diseños invitando a artistas y a diseñadores con la finalidad de revitalizar un proceso poco aprovechado, dice a M2, Daniel Brena, director del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa).

Al hablar de la segunda edición del concurso de diseño de mosaico, que busca difundir y promover la elaboración de los pisos tradicionales, indica que Toledo fue quien tuvo la iniciativa de crear la primera edición de este premio para que existieran aún más tipos de diseños. Y asimismo ayudar a disminuir la percepción que sólo personas especializadas pueden realizar estos diseños.

“Este año, a través de la campaña de promoción del concurso, aprovechamos para difundir pisos hechos en años pasados por artistas y diseñadores, así como las historias detrás de estos diseños”, indica Brena.

Uno de los pisos diseñados por Francisco Toledo. (Foto: Especial)

La convocatoria 2020 emitida por el CaSa, Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO); el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo y por el Taller Artes y Decoración, está abierta al público en general hasta el 1 de julio. Quienes estén interesados en participar deben crear un diseño decorativo para ser reproducido en mosaico hidráulico, el cual no es otra cosa que una una baldosa decorativa de cemento pigmentado, de uso interior y exterior.

El primer lugar se llevará 20 metros cuadrados de mosaicos hidráulicos del diseño de su autoría; el segundo lugar, 10 metros cuadrados de mosaicos y el tercer lugar 5 metros cuadrados de mosaicos hidráulicos.

Artistas jóvenes como Dr. Lakra, hijo del maestro Francisco Toledo, y Demián Flores, también incursionaron en el diseño de mosaicos. Flores, inspirado en sus recuerdos de infancia diseñó “un piso que hacía referencia a los mosaicos de las casas de Juchitán, que se perdieron con el terremoto de 2017”.

Parte de los diseños que realizó Francisco Toledo se exhibieron en la muestra Toledo Ve que seguirá itinerando una vez que los espacios culturales retomen sus agendas de exposiciones.

Los mosaicos también se pueden apreciar en la página del taller Arte y Decoración y en los espacios que fundó Toledo.​Te recomendamos: Teatro Jiménez Rueda: Inbal pierde espacio simbólico.

Esclavos de la historia y las estatuas

Una estatua derribada de Albert Pike durante la conmemoración del Juneteenth en Texas. (Foto: Jonathan Ernst | Reuters)


Por: Manuel Gómez

¿Cómo llega una nación al momento presente?, podría ser una buena pregunta para aquellos que se empeñan en desaparecer estatuas y símbolos de los malvados que formaron parte de su historia. ¿Acaso el entorno actual es una tersa sucesión de hechos felices encadenados uno tras otro? Ni siquiera en las fábulas infantiles la vida funciona de esa manera esquemática e idílica. Por el contrario, nuestro “aquí y ahora” es el producto imperfecto de una lucha constante e inconclusa, de la tensión entre las ideas opuestas de unos y de otros, que encuentra un efímero equilibrio en esfuerzo continuo por mantenerse estable.

El mundo no tiene por qué colocar hoy estatuas monumentales de Adolf Hitler o de Josef Stalin, quienes representan utopías fundadas sobre la aniquilación de aquel que es o se atreve a pensar diferente. De pretender que algo hemos ganado como civilización, no tendría ningún sentido glorificar en la vía pública a estos personajes. Sin embargo resulta imprescindible que los momentos históricos que ellos representan, precisamente por la afrenta tangible que implican para la humanidad, se hayan resignificado en alguna forma didáctica para que las nuevas generaciones tengan conciencia de sus legados monstruosos. Tampoco podemos, ni debemos, borrar la historia de nuestras naciones destruyendo los pasos que nos han llevado a ser lo que somos.Empezar desde cero, sin conocer nuestra historia, implica no haber aprendido nada y no prestar atención a las señales de la catástrofe por venir si comenzamos a repetir errores del pasado.

El reciente asesinato de George Floyd, ocurrido en Mineapolis, Minesota, desencadenó una ola de protestas en Estados Unidos en contra del racismo, la xenofobia y los abusos policiales. Cuatro policías locales detuvieron a Floyd presuntamente por tratar de realizar una compra con un billete falso de 20 dólares. Uno de ellos presionó con su rodilla el cuello de Floyd, que se encontraba esposado, con las manos atrás, tumbado boca abajo en el suelo. Tras casi nueve minutos, durante los cuales los presentes declararon que Floyd dijo varias veces que no podía respirar, sobrevino la muerte.

Desde ese momento (25 de mayo) las protestas en Estados Unidos se han radicalizado día con día tanto como el discurso del presidente Donald Tump, que en vez de mostrar empatía y sensibilidad ante lo sucedido y ante las manifestaciones multitudinarias para repudiarlo, ha optado por la mano dura. El pasado 20 de junio, Trump, enfocado en la reelección, realizó un acto de campaña masivo, desafiando no sólo a la comunidad negra sino también al covid-19, en la ciudad de Tulsa, Oklahoma. Por el lugar y la fecha se esperaba un enfrentamiento brutal, pero no ocurrió así. El aforo de los seguidores de Trump fue mínimo: 6 mil 200 personas para un lugar, el Bok Center, que puede albergar 19 mil.

La de Trump fue “una provocación sombría y peligrosa. La afrenta permanece, con el riesgo, tal vez calculado, de que la situación se degenerará”, afirmó Margo Jefferson, quien es autora del libro de memorias Negroland, ganador del premio Pulitzer en 1995. Jefferson fija como fecha emblemática para la abolición definitiva de la esclavitud en Estados Unidos el 19 de junio de 1865, que es cuando Gordon Granger, general del ejército de la Unión, proclamó oficialmente la libertad de los esclavos en el estado de Texas. Lo hizo mediante un acto público realizado en la ciudad texana de Galveston. La guerra de Secesión había terminado desde abril de ese año y la proclamación oficial de la abolición de la esclavitud se había realizado dos años antes. A ese día se le conoce como el Juneteenth, y es recordado por el largo camino que le llevó a la ley hacerse efectiva en cada uno de los estados de la Unión americana. En una entrevista realizada por Antonio Monda para el periódico italiano La Repubblica, Margo Jefferson menciona la poca sensibilidad de que Donald Trump hace gala al empeñarse en realizar justamente ese día un acto de campaña masivo. Y, además, en un estadio deportivo de Tulsa, Oklahoma, precisamente la ciudad donde en mayo de 1921 se llevó a cabo uno de los más crudos enfrentamientos de la época de la segregación racial en Estados Unidos. Tras la batalla de esos largos días de mayo de 1921 en Tulsa, el cuadrante conocido por su prosperidad como el Black Wall Street quedó reducido a cenizas y más de 300 cadáveres de negros fueron arrojados a fosas comunes. Hay una serie de HBO reciente que aborda ese hecho histórico, quizá el mayor agravio del siglo XX a la comunidad negra, se llama Watchmen.

El rostro de George Floyd es proyectado sobre la estatua del general confederado Robert E. Lee en Richmond, Virginia. (Foto: Jay Paul | Reuters)

Larga lucha por la libertad

Desde su posición de privilegio, ya que proviene de la élite negra, a la que nunca le ha faltado nada, la académica de la universidad neoyorquina de Columbia, Margo Jefferson, aseguró en la entrevista de La Repubblica: “Desafortunadamente creo que no veré el fin del racismo, ni quizás nuestros niños lo verán: llevará mucho tiempo y nuestra tarea es mantener la tensión elevada sobre un tema moral, incluso antes de que sea político”.

Estas palabras, pronunciadas hace unos días, dimensionan la beligerancia de las protestas y la radicalidad con que los manifestantes quieren derribar los símbolos de la esclavitud. La vida de los libertos tras el Juneteenth fue mucho más difícil que la que llevaban siendo esclavos. Como esclavos eran responsabilidad de sus amos; una vez libres estaban desprotegidos, solos en una sociedad ajena que no los quería. Por si esto fuera poco, durante los años de la segregación, los negros fueron maltratados por la supremacía blanca, e intimidados y vejados por el Ku Kux Klan. Todos los derechos ganados en los cincuenta años siguientes no les concedieron el derecho a usar el mismo baño que los blancos, lo cual ocasionó el enfrentamiento de Tulsa de 1921.

En su emblemático discurso de Detroit en 1963, Malcolm X reiteraba lo evidente, y ya había pasado otro medio siglo de agravios: “Estados Unidos tiene un serio problema [...]: nosotros. No nos quieren aquí [...] somos negros [aunque seamos morenos o amarillos o pieles rojas], ciudadanos de segunda clase, ex esclavos. Tú no eres nada sino un ex esclavo. No te gusta que te digan así. ¿Pero que eres sino eso? Ustedes no llegaron aquí en el Mayflower. Llegaron aquí en un barco de esclavos. Encadenados, como un caballo, o una vaca o una gallina. [...]”.

En ese discurso, Malcolm X provoca a la multitud de la iglesia Baptista Rey Salomón, dice que ve entre la multitud a muchos “esclavos de casa”, de esos que viven en la casa del amo y comen de su comida; no se atreven a huir de la plantación y emanciparse, porque ahí están muy cómodos, aunque duerman en un sótano y coman sobras. Esos, diría hoy Malcolm X, son ese 8 por ciento de la gente negra que ofreció abiertamente su apoyo a Donald Trump en 2016. Los otros, los “negros del campo” se dedican ahora a derribar estatuas porque su larga lucha por la libertad sigue inconclusa. Como también afirmó Malcolm X en ese discurso, la revolución no se hace tomándonos de la mano y gritando: “Venceremos”. “La revolución es sangrienta, hostil, no sabe de compromisos, voltea de cabeza y destruye todo a su paso”. 


Malcom X durante su emblemático discurso de 1963 en Detroit. (Archivo)

La discusión sobre si era ético o no poseer esclavos se puso sobre la mesa desde el momento en que se redactó la Carta Magna de Estados Unidos, pero en un rincón lejano, al margen de los asuntos centrales. El aspecto fundamental entonces era la unión de las trece colonias y la emancipación de la corona británica, y en el tema de si la esclavitud era moral o no, no había consenso.

Entre los Padres Fundadores había fervientes abolicionistas, como John Jay, pero entre quienes no comulgaban con la esclavitud, subsistía la idea de que no podía liberarse a los esclavos de la protección de sus amos porque esto causaría caos y ellos no podrían integrarse a la sociedad en términos cordiales. Por otra parte estaba el funcionamiento económico a gran escala. La mayoría no se imaginaba que el mundo pudiera seguir su curso sin la fuerza de trabajo esclava.

Los Padres Fundadores estipularon en la Constitución conceptos abstractos como el siguiente: “Los hombres son creados iguales, y entre sus derechos inalienables están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. Sin embargo tres de ellos eran esclavistas. Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos, fue propietario a lo largo de su vida de 600 esclavos en Monticello, su finca de Virginia, y tras la muerte de su esposa tuvo seis hijos con su ama de llaves, los cuales nacieron esclavos, aunque cuatro de ellos fueron liberados por su padre al llegar a la edad adulta.

A la muerte de George Washington en su hacienda de Mount Vernon, Virginia, había 317 esclavos que, según su testamento, debían ser liberados al morir su esposa. Lo cual no se cumplió, ya que fueron heredados a generaciones futuras. El tercero fue James Madison, quien llevó en su viaje universitario a Princeton un esclavo personal de nombre Swaney para que lo asistiera. Años después, cuando Madison ocupó la Casa Blanca como cuarto presidente de los Estados Unidos, de 1809 a 1817, llevó a algunos de sus esclavos a servir en ella, como el ahora célebre Paul Jennings, quien compró su libertad tras 12 años de servicio y escribió un libro de memorias, que por cierto inspiró una película, dirigida por Steve McQueen, la cual obtuvo dos premios Oscar en 2014.

Es desconcertante la manera en que el concepto de “esclavitud” era expresado en los discursos del político Madison, siempre en el sentido de que era “impracticable”, mientras en la vida real ejercía el uso sistemático de la esclavitud como fuerza de trabajo en su plantación de tabaco (de más de 2 mil hectáreas). heredada de una larga tradición familiar en Montpelier, Virginia.

Tirar estatuas

No es de extrañarse que después de tantos años sin conquistar la libertad plena y cabal, las manifestaciones en torno a la intolerancia racial a partir del asesinato de George Floyd se hayan radicalizado. Eugene Robinson, editor y columnista del Washington Post y premio Pulitzer 2009 ha afirmado reiteradamente: “Como lo han hecho las sociedades durante milenios, erigimos y exhibimos de manera prominente semejanzas en figuras que admiramos. Cuando los ciudadanos ya no admiran a la persona honrada, deben echar abajo esas estatuas. Y mandarlas a los museos o al montón de chatarra de la historia, donde pertenece la Confederación”.

El movimiento, que incluso trasciende las fronteras estadunidenses, enfocado en echar abajo las estatuas de los héroes Confederados y los personajes involucrados en el tráfico de esclavos, se ha volcado a la destrucción de imágenes que consideran un agravio para la memoria de la raza negra. En el ámbito deportivo, se prohibió el uso de la bandera Confederada en las carreras de autos de producción en serie (categoría Nascar), que este mes se llevó a cabo en el estado sureño de Virginia. En los alimentos, los ejecutivos de Quaker decidieron retirar del mercado la imagen de la marca de hot cakes Aunt Jemima, por representar al estereotipo de una mujer negra en el empaque. Los parientes de la mujer negra que inspiró ese icono americano, Lillian Richard, se han pronunciado en contra de esta decisión unilateral de la marca, ya que afirman que “ella fue considerada una heroína en su ciudad natal, Hawkins, y estamos orgullosos de eso —continuaron—. No queremos que se borre esa historia”. Quaker lo único que quiere es vender su producto; no se pone a pensar en la historia, sino en complacer a los compradores, y el pulso de los tiempos marca borrar cualquier asomo de racismo aunque sea ilusorio.

Prohibir la bandera Confederada en Virginia y modificar la imagen de los hot cakes podrían considerarse excesos. Pero es incontrolable ya el ataque de los manifestantes a estatuas como las de Cristóbal Colón en Boston, Massachusetts; Richmond, Virginia, y Saint Paul, Minnesota. O el retiro por parte de las autoridades de la estatua de bronce del conquistador español Santiago de Oñate en Nuevo México. O el ataque con pintura (en Amberes) de efigies como la de Leopoldo II, rey de Bélgica, que permitió el asesinato y la mutilación de al menos 10 millones de africanos en el Congo. También fueron pintadas las estatuas de la reina Victoria en Hyde Park y la de Sir Winston Churchil que se encuentra frente al parlamento británico, aludiendo apoyo al esclavismo y “expresiones racistas”.


Protesta del movimiento Black Trans Lives Matter frente a la estatua de Winston Churchill el 27 de junio. (Foto: Simon Dawson | Reuters)

Tiene cierto sentido lógico, atendiendo al espíritu incendiario de las manifestaciones guiadas por el hashtag #BlackLivesMatter, un movimiento que comenzó a circular en redes sociales desde 2013 y que ahora se ha radicalizado con el asesinato de George Floyd, derribar la estatua del presidente de los estados Confederados, Jefferson Davis, y conseguir que el ayuntamiento acepte remover de lugar la que se encuentra en el monumento dedicado al general Robert E. Lee, ambas en la ciudad de Richmond, Virginia. Y la coherencia histórica radica en que ambos personajes combatieron en el bando esclavista durante la guerra de Secesión. Aunque habría que acotar que el general Lee fue convocado a dirigir el ejército de la Unión y se negó por ser fiel a su natal Virginia (él nació en Stratford), y que una vez terminada la guerra, se rehusó a continuar con la resistencia del Sur y se dedicó a trabajar en la reconstrucción de su país. Tan solo por mencionar un dato con respecto al aprecio que se le tiene: hay 78 escuelas preparatorias con su nombre en Estados Unidos. Lee escribió en 1869 a propósito del memorial de Gettysburg: “Creo que es más sabio [...] no mantener abiertas las llagas de la guerra, sino seguir los ejemplos de aquellas naciones que se esforzaron por borrar las marcas de la lucha civil, y comprometerse a olvidar los sentimientos engendrados por ella”.

Está, sin embargo, completamente fuera de cualquier justificación histórica o ideológica atacar las estatuas de los presidentes Thomas Jefferson (una derribada en Portland, Oregon, y otra sentenciada en Nueva York) y Abraham Lincoln (una desfigurada en Londres, acusado de esclavista, y otra en Boston, sentenciada por el alcalde Marty Walsh), y del general de la Unión Ulysses S. Grant (destruida en San Francisco), que fue el gran vencedor de la guerra de Secesión, que duró de 1861 a 1865, y en la que murieron alrededor de 700 mil norteamericanos, y cuyo logro mayor fue precisamente la abolición de la esclavitud.

A este paso, no sería raro que los manifestantes antiesclavistas dinamitaran el monte Rushmore y las cuatro emblemáticas efigies de los Padres Fundadores de Estados Unidos. Tendrían que proponer entonces la formación de un nuevo país, desde cero, sin rastros de la larga historia de la esclavitud y aislado del mundo.

El escritor y activista por los derechos civiles James Baldwin (1924-1987) decía: “La historia, aunque casi nadie parece saberlo, no es tan solo algo que se lee. Y no se refiere tan solo, o incluso principalmente, al pasado. Por el contrario, la gran fuerza de la historia viene del hecho de que la llevamos con nosotros, somos controlados inconscientemente por ella en muchos sentidos y se encuentra literalmente presente en todo lo que hacemos. No podría ser de otra manera, ya que es a la historia a quien debemos nuestros marcos de referencia, nuestras identidades y nuestras aspiraciones”.

Las palabras con que Abraham Lincoln cierra el brevísimo discurso de Gettysburg, que se pronunciaron en honor de los Yankees caídos en esa localidad de Pennsylvania, muy bien podrían ser repetidas aquí, a propósito de los monumentos derribados por el #BlackLivesMatter en honor de personajes Confederados: “El mundo apenas advertirá y no recordará por mucho tiempo lo que aquí digamos, pero nunca podrá olvidar lo que [aquellos que murieron en esta batalla] hicieron aquí. Somos nosotros, los vivos, en cambio, quienes debemos comprometernos a continuar la tarea que ellos, los que aquí pelearon y con ello realizaron un gran y noble avance, dejaron inconclusa”. La tarea inconclusa a la que se refiere Lincoln es la de una nación que postuló en su origen el precepto de la defensa de la libertad y de que “todo hombre es creado igual”.

En vez de empeñarse en fingir que no ocurrió una guerra mediante la que se consiguió de facto la abolición de la esclavitud en Estados Unidos, tendría mayor provecho mantener muy presente ese pasaje cruento para que no se le olvide nunca a nadie que la ambición propicia abominaciones y que es preciso continuar trabajando juntos por desterrar la esclavitud y la discriminación racial de la faz de la tierra. En vez de tirar símbolos de piedra y bronce, aprender de ellos que la intolerancia es un arma de dos filos que tarde o temprano acabará apuntando hacia nosotros mismos. Quizá la manera de hacerlo no sea desapareciéndolos, y pretender que no pasó nada monstruoso ni injusto ni indigno, sino contextualizándolos, rodeándolos de referencias suficientes e información pertinente que convierta a esos monumentos en divulgadores de la realidad actual y los valores que nos importan hoy para seguir construyendo nuestra civilización en ese sentido. Me pregunto qué es más útil para las generaciones futuras: olvidar los agravios o recordarlos tratando de aprender de ellos para que no se repitan.


La base de la estatua del general confederado Robert E. Lee en Richmond, Virginia. (Foto: Jay Paul | Reuters)

Levantar estatuas 

El ayuntamiento de Bristol ya rescató la estatua del traficante de esclavos, filántropo y miembro del parlamento británico Edward Colston (1636-1721) que los manifestantes del #BlackLivesMatter arrojaron al río Avon el 4 de junio. Marvin Rees, el alcalde de la ciudad, anunció que va a ser colocada en un museo. ¿Cuál es la mejor manera de resignificar la estatua de un empresario esclavista?

Mediante la Compañía Real Africana, Colston trajo más de 80 mil esclavos al Caribe y Estados Unidos. Su aportación fue mínima. Según la Trans-Atlantic Slave Database, elaborada por los académicos David Eltis y David Richardson, entre 1525 y 1866 fueron embarcados como esclavos 12.5 millones de africanos, pero no todos sobrevivieron el viaje; al Nuevo Mundo llegaron vivos 10.7 millones.

En “El destino de las estatuas derribadas”, artículo firmado por Nina Siegal, The New York Times entrevista a Julian Maxwell Hayter, profesor adjunto en la Universidad de Richmond, en Virginia, quien asegura que éste es un gran momento para la resignificación de los símbolos de la esclavitud: “Estaríamos desperdiciando una oportunidad valiosa si no hablamos de lo que estas estatuas representaban y cómo eso resuena profundamente en el presente. Se puede resolver de muchas maneras. Se pueden dejar donde están y colocar placas explicativas; se puede hacer una especie de recreación artística; se puede encomendar a artistas que las reinterpreten. El objetivo final es contar una historia que vaya más allá de la adoración a estas figuras”.

En el mismo artículo, Nina Siegal entrevista a varios especialistas en torno al tema. El artista británico Hew Locke, quien ya ha realizado instalaciones críticas sobre monumentos de esta naturaleza, puntualizó: “Durante años, he pensado que necesitamos conservar las estatuas, pero tenemos que hablar de ellas. Si las quitas, simplemente se habrán ido y no habrá ya nada de qué hablar, en torno a qué generar una discusión”. Hay que conservarlas así —agregó—, pintarrajeadas, que muestren sus nuevas cicatrices. Es parte de su historia, de nuestra historia.

Claudine van Hensbergen, profesora adjunta de la Universidad de Northumbria en el Reino Unido, quien se especializa en estudios de estatuas públicas, contó la historia de la estatua ecuestre de bronce del rey Jacobo II en Newcastle, Inglaterra, que derribó la muchedumbre en 1688 cuando fue derrocado. “Ésta fue rescatada, derretida y transformada para su uso en la iglesia de Todos los Santos de la ciudad. Fue echada abajo por sus vínculos católicos y se transformó en campanas para una iglesia anglicana. Un acto político dotado de un enorme significado simbólico”.

Una vez que han desaparecido de su sitio de exhibición, queda un espacio público sin resolver, una historia inconclusa: “Las estatuas caídas significan pedestales vacíos —concluyó Valika Smeulders, directora del Departamento de Historia del Rijksmuseum, en Países Bajos—: ahora también tenemos que pensar sobre lo que debe ir en ellos”. Y la pregunta verdaderamente importante es la que hace Cedar Lewisohn, artista y curador del Centro Southbank en Londres, y miembro de la organización Museum Detox: ¿quién escoge lo que se habrá de poner ahí? ¿Quién escoge lo que se valora como arte y quién lo que se glorifica en la vía pública desde una perspectiva política?