El Museo del Ferrocarril Jesús García Corona, invita al público en general a participar en la primera edición del año del programa Maridaje Literario, que por esta ocasión se llevará a cabo de forma virtual, contando con la participación de la escritora Candelaria Ramales, quien desde Oaxaca presentará su libro “La alegría de los santos: una vindicación de la maldad”
Este evento se llevará a cabo el martes 2 de febrero a las 18:00 horas., a través de las redes sociales del Museo del Ferrocarril Jesús García Corona.
Este libro fue presentando en Buenos Aires, Argentina, y contienes “pequeñas dosis de maldad se pueden leer en las páginas de este libro, desde una atropellada que disfruta su transcurso al hospital dentro de la ambulancia, otra chica que disfruta robando libros y el placer que siente una chica al ver morir unas cucarachas.”
“Pienso que en un mundo hostil no se puede sobrevivir sin estas pequeñas dosis de maldad. Es necesario desarmar el monopolio de la maldad que hacen los poderosos (las grandes y las pequeñas poderosas) y reivindicar las microscópicas maldades de los débiles. Creo que, si estamos atrapados en vidas insulares, faltos de dinero y de amor, asustadas y solas, no es posible andar repartiendo bendiciones. Los cuentos de este libro son el reverso de la fábula bíblica donde Cristo enseña a ofrecer la otra mejilla. Acá nadie cree en futuras redenciones. Como en las canciones de Tom Waits, las personas que habitan los cuentos de La alegría de los santos, sabe que, lo único que queda es aguantar”, señala Juan Mattio en una nota hecha para Sonámbula.
Candelaria Ramales nació en Oaxaca de Juárez en el año de 1989, una narradora mexicana, profesora de literatura. Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Dentro de sus obras destaca “Después del derrumbe: narrativa joven de Oaxaca” en 2009.
Desde 2013 la escritora comienza a escribir relatos, vivencias y sentimientos que iniciaron siendo aislados y el día de hoy fueron impresos y compartidos en este libro. Cuyo nombre representa el sufrimiento y la alegría, percibida por la autora al visitar las diversas iglesias en su estado natal, según comenta en una entrevista a El Sonido y la Furia, estación de Buenos Aires.
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