***Su vida y obra equivale a una parte decisiva de la historia de la antropología mexicana y de su profesionalización como ciencia
“Con un gusto particular por la Internet y el hábil manejo de las computadoras, Margarita disfrutaba antes del alba de las últimas noticias; todo para ella era motivo de análisis. Horas más tarde, se reunía con nosotros para trabajar en un proyecto de investigación.
“En el cubículo de la ENAH –en el que apenas cabíamos sus colaboradores–, esperábamos ansiosos los datos que nos proporcionaría sobre las más recientes publicaciones antropológicas de universidades extranjeras que acababa de estudiar. Su curiosidad sin límites, su permanente interés por investigar y descubrir, nos motiva a desplegar al máximo la imaginación científica.”
Así describe la antropóloga Marina Alonso Bolaños a Margarita Nolasco en un texto aparecido en la revista Diario de Campo, editada por la Coordinación Nacional de Antropología en agosto de 2001. Este martes 23 de septiembre de 2008, la etnóloga dejó de explorar los diversos campos del conocimiento: Margarita Nolasco Armas falleció en la ciudad de México, a la edad de 75 años.
Su vida y obra equivale a una parte decisiva de la historia de la antropología mexicana y de su profesionalización como ciencia, de la lucha social, del feminismo.
Formó parte de un grupo de brillantes antropólogos, jóvenes en los años 60 que revolucionaron la antropología mexicana. Entonces Nolasco denunció que la antropología aplicada, que tenía como principio el trabajo indigenista, había sido colonialista y negaba su esencia al no plantear la realización de estudios comparativos y separar los pueblos indígenas de su dimensión histórica.
En sus últimos trabajos realizó una revisión de los avatares de la enseñanza de la antropología en México, particularmente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, destacando la necesidad de reflexionar sobre el papel de la antropología en un mundo globalizado.
Además de áreas como la filosofía, la historia, la geografía y la etnobotánica, la etnóloga siempre gustó de explorar los nuevos campos del conocimiento, como la informática; pero tuvo dos grandes temas de interés: la migración y la etnografía, sus trabajos abarcaron la problemática de los pueblos indígenas, las fronteras políticas y los derechos humanos.
De manera especial estudió la frontera sur de México, donde analizó detenidamente el proceso de refugiados guatemaltecos, los movimientos indígenas y el levantamiento zapatista de 1994.
Etnóloga por la ENAH, obtuvo los grados de maestría y doctorado en Antropología por la UNAM y realizó estudios de posgrado en Etnobotánica.
Fue docente de licenciatura y posgrado de la ENAH, la Universidad Iberoamericana y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. En el 2000, la Secretaría de Educación Pública le entregó la medalla Ignacio Manuel Altamirano por dicha labor.
Fue miembro del Sistema Nacional de Investigadores, la Sociedad Mexicana de Antropología y fundadora del Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales A.C.; también perteneció a la Academia de la Investigación Científica.
En agosto de 2000, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística le confirió la calidad de Socia Honoraria y el INAH le otorgó el reconocimiento como investigadora emérita de la institución.
También se desempeñó como coordinadora de Proyectos Especiales de Investigación del INAH; fue comisionada del Proyecto de Minorías Étnicas en el Mundo por parte de El Colegio de México y la Organización de las Naciones Unidas.
En la ENAH coordinó el Doctorado y la División de Posgrado; así como el equipo Frontera Sur del proyecto Nacional Etnografía de las Regiones Indígenas de México en el nuevo milenio que desarrolla la Coordinación Nacional de Antropología.
Margarita Nolasco siempre compartió sus conocimientos, dudas y cuestionamientos. Para sus ayudantes y alumnos de la ENAH el investigar a su lado fue una experiencia vital, una pasión e invitación a un profundo compromiso con el quehacer antropológico. De esta manera formó a generaciones de antropólogos, a quienes orientó no sólo en el trabajo científico, sino en el desarrollo personal.
Cuenta con más de 100 títulos publicados, entre artículos de revista, libros, reseñas y ponencias, ejemplo de ellos son: Aspectos sociales de la migración en México, Notas para la antropología social del noroeste de México, Los niños de la frontera, La migración de indios a las fronteras de México y Conquista y dominación del noroeste de México: el papel de los jesuitas.
“Con un gusto particular por la Internet y el hábil manejo de las computadoras, Margarita disfrutaba antes del alba de las últimas noticias; todo para ella era motivo de análisis. Horas más tarde, se reunía con nosotros para trabajar en un proyecto de investigación.
“En el cubículo de la ENAH –en el que apenas cabíamos sus colaboradores–, esperábamos ansiosos los datos que nos proporcionaría sobre las más recientes publicaciones antropológicas de universidades extranjeras que acababa de estudiar. Su curiosidad sin límites, su permanente interés por investigar y descubrir, nos motiva a desplegar al máximo la imaginación científica.”
Así describe la antropóloga Marina Alonso Bolaños a Margarita Nolasco en un texto aparecido en la revista Diario de Campo, editada por la Coordinación Nacional de Antropología en agosto de 2001. Este martes 23 de septiembre de 2008, la etnóloga dejó de explorar los diversos campos del conocimiento: Margarita Nolasco Armas falleció en la ciudad de México, a la edad de 75 años.
Su vida y obra equivale a una parte decisiva de la historia de la antropología mexicana y de su profesionalización como ciencia, de la lucha social, del feminismo.
Formó parte de un grupo de brillantes antropólogos, jóvenes en los años 60 que revolucionaron la antropología mexicana. Entonces Nolasco denunció que la antropología aplicada, que tenía como principio el trabajo indigenista, había sido colonialista y negaba su esencia al no plantear la realización de estudios comparativos y separar los pueblos indígenas de su dimensión histórica.
En sus últimos trabajos realizó una revisión de los avatares de la enseñanza de la antropología en México, particularmente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, destacando la necesidad de reflexionar sobre el papel de la antropología en un mundo globalizado.
Además de áreas como la filosofía, la historia, la geografía y la etnobotánica, la etnóloga siempre gustó de explorar los nuevos campos del conocimiento, como la informática; pero tuvo dos grandes temas de interés: la migración y la etnografía, sus trabajos abarcaron la problemática de los pueblos indígenas, las fronteras políticas y los derechos humanos.
De manera especial estudió la frontera sur de México, donde analizó detenidamente el proceso de refugiados guatemaltecos, los movimientos indígenas y el levantamiento zapatista de 1994.
Etnóloga por la ENAH, obtuvo los grados de maestría y doctorado en Antropología por la UNAM y realizó estudios de posgrado en Etnobotánica.
Fue docente de licenciatura y posgrado de la ENAH, la Universidad Iberoamericana y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. En el 2000, la Secretaría de Educación Pública le entregó la medalla Ignacio Manuel Altamirano por dicha labor.
Fue miembro del Sistema Nacional de Investigadores, la Sociedad Mexicana de Antropología y fundadora del Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales A.C.; también perteneció a la Academia de la Investigación Científica.
En agosto de 2000, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística le confirió la calidad de Socia Honoraria y el INAH le otorgó el reconocimiento como investigadora emérita de la institución.
También se desempeñó como coordinadora de Proyectos Especiales de Investigación del INAH; fue comisionada del Proyecto de Minorías Étnicas en el Mundo por parte de El Colegio de México y la Organización de las Naciones Unidas.
En la ENAH coordinó el Doctorado y la División de Posgrado; así como el equipo Frontera Sur del proyecto Nacional Etnografía de las Regiones Indígenas de México en el nuevo milenio que desarrolla la Coordinación Nacional de Antropología.
Margarita Nolasco siempre compartió sus conocimientos, dudas y cuestionamientos. Para sus ayudantes y alumnos de la ENAH el investigar a su lado fue una experiencia vital, una pasión e invitación a un profundo compromiso con el quehacer antropológico. De esta manera formó a generaciones de antropólogos, a quienes orientó no sólo en el trabajo científico, sino en el desarrollo personal.
Cuenta con más de 100 títulos publicados, entre artículos de revista, libros, reseñas y ponencias, ejemplo de ellos son: Aspectos sociales de la migración en México, Notas para la antropología social del noroeste de México, Los niños de la frontera, La migración de indios a las fronteras de México y Conquista y dominación del noroeste de México: el papel de los jesuitas.
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