Por: Juan Carlos Partida y Fernando Camacho
Guadalajara, Jal., 20 de mayo. Alrededor de 500 personas, la mitad de ellas indígenas ataviados con la ropa tradicional de los wixárika o huicholes, marcharon por las calles del centro de esta ciudad para exigir a los gobiernos estatal y federal que honren su compromiso de velar por los sitios sagrados de dicha etnia.
El reclamo principal fue la defensa de Wirikuta, en Real de Catorce, San Luis Potosí, donde la minera canadiense First Majestic Silver (FMS) realiza desde 2009 extracción de plata en una zona que los inconformes consideran como su principal sitio ceremonial y lugar donde se creó el mundo.
Como se ha informado en estas páginas (La Jornada, 1º y 5 de marzo de 2011), dicha compañía obtuvo por parte de la Secretaría de Economía 22 concesiones para explotar minas de oro y plata en un perímetro de 6 mil hectáreas, sin autorización previa de las comunidades autóctonas.
La zona en donde trabajaría FMS forma parte de un área natural protegida desde 1994, con una extensión total de 140 mil 211 hectáreas, que incluye el cerro del Quemado, uno de los sitios ceremoniales más importantes para los wixárika, ya que ahí acuden todos los años en peregrinaciones religiosas en busca de su planta sagrada, el peyote.
A dicha región incluso acudieron el presidente Felipe Calderón y los gobernadores de Jalisco, Nayarit, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí, para firmar el 28 de abril de 2008 el llamado Pacto de Hauxa Manaka’a, documento en el que se comprometieron a respetar la integridad ecológica del lugar.
Diversos grupos ciudadanos han advertido sobre los peligros ambientales que entrañan las minas, puesto que los manantiales de la zona podrían contaminarse con los químicos de la industria extractiva, en particular con cianuro.
En Guadalajara, los manifestantes partieron poco después de las 10 horas de la glorieta de la Normal rumbo a la zona sur, hasta llegar a la plaza de armas, a un costado del palacio de gobierno de Jalisco.
Los organizadores de la marcha realizaron una ceremonia que incluyó quema de copal y la entrega simbólica de un ojo de dios (pieza artística) a la concurrencia, en la parte culminante de lo que llamaron procesión por Wirikuta.
“Nos manifestamos porque uno de nuestro sitios más importantes está siendo afectado por una minera que lo acaba de comprar en 3 millones de dólares, menos de lo que pagaron por el Chicharito (Javier Hernández, futbolista tapatío comprado por el club inglés Manchester United)”, dijo Antonio Hayanueme García Mijárez, quien provocó risas generalizadas.
El joven recordó que en 1999 Wirikuta fue declarada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) uno de los 14 sitios naturales sagrados del mundo que deben ser protegidos.
Explicó que dicha zona no sólo es venerada por la etnia wixárica, sino que también es considerada sitio ceremonial por otros pueblos originarios, como los coras.
Después de la ceremonia, el grupo entregó en el palacio de gobierno una carta dirigida al mandatario local, Emilio González Márquez, a quien solicitan su intervención para abogar por la finalización de la concesión a la minera, entregada el mismo año en que él y el presidente Calderón se comprometieron a defender todos esos sitios sagrados.
En Vancouver, sede de la minera canadiense, así como en Nueva York, en las oficinas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), también se realizaron acciones para llamar la atención sobre la explotación minera en Wirikuta.
En el Distrito Federal, un grupo de activistas de diversas organizaciones sociales se manifestó con música y actos artísticos frente a la embajada de Canadá, para exigir el retiro de las concesiones otorgadas a FMS.
Frente a la representación diplomática, una veintena de personas elaboró ojos de dios, instaló mantas en repudio a la minera y leyó un comunicado en el que advirtió sobre la eventual desaparición de los lugares sagrados de los huicholes, con la complicidad de los gobiernos federal y local.
Los inconformes entregaron una carta dirigida al embajador canadiense en México, Guillermo Rishchynski, en la cual le exigieron que el gobierno de su país intervenga en el retiro de los permisos de trabajo a FMS.
Jazael Olguín Zapata, integrante del colectivo Otros por la tierra, señaló que las organizaciones emprenderán una campaña pacífica para poner de relieve los daños que puede sufrir dicho territorio sagrado en caso de que la compañía empiece a trabajar ahí.
El activista indicó que la empresa trató de engañar al Frente en Defensa de Wirikuta, diciendo que no trabajaría en el cerro del Quemado, pero advirtió que la zona sagrada para los huicholes abarca mucho más que dicho sitio.
Olguín anunció que si las autoridades mexicanas y canadienses no escuchan sus exigencias, las manifestaciones de repudio a la minera van a continuar en ascenso hasta que las concesiones sean canceladas.
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