Por: Roberto A. Valenciano Capín
Un hombre, una guitarra y muchas canciones bajo estas cuerdas y unas nerviosas manos que buscan con insistencia tocar, es lo que describe a este oriundo de La Habana, Cuba, Santiago Feliú en su primera visita a estas tierras potosinas.
Como si estuviera solo, el cantautor se dedica a afinar su guitarra; tranquilo y ensimismado, de momento, se desespera y empieza una canción, para parar y de esta manera acotar que no es un concierto más y su discurso así lo manifiesta: Mi guitarra, mis canciones y Cuba.
Aunque también se da tiempo para complacer a aquellos que lo hemos escuchado solo por Cd, con esta prueba de sonido.
Para sin más hacer a los ahí presentes como buenos viajeros, ya que hay un detalle inicial que sobresale en su repertorio de este rojo o zurdo freelance como se autodefine, la infalible chispa que detona todo este ingrediente intangible como es la energía, el pulso de sus canciones y en conjunción del timing del concierto ofrecido por este singular cantautor admirador de Bob Dylan, Piazzola y Maradona.
Cada una de sus canciones, al hilvanarse retrata las arritmias provocadas por la separación, las taquicardias de los abrazos furtivos, el amor a la tierra-Cuba, la existencia como seres humanos.
Por lo cual, Feliú ha sido considerado como un innovador al darle un giro revolucionario al género de la trova por medio de canciones en las que se elabora una guitarra más detallada que la que se usa normalmente como mero acompañamiento; una mezcla más homogénea, por así decirlo, entre la melodía y el esquema del texto ya que este predomina más aún en la trova dado que las "canciones urgentes" de antaño requerían precisamente ser publicadas a ojos y expensas del mundo; eran precisamente demandantemente necesarias.
Canciones como:- ansias del alba-, -sin tanta soledad-, -para Bárbara-, -las calles de Cuba-, -para ti-, -hacia el alma, dedicada a los desaparecidos-, -para una imaginaria María del Carmen, como homenaje a su compañero de travesía, Noé Nicola-, -despojos-, -amigo dibujo-, descerebrándose el corazón-, -fuera de mi-, -marionetas de Cupido- y su más conocida pieza- vida, con estas dos últimas agradeció el aplauso y el reconocimiento de una trayectoria que ha forjado a pulso.
Con estos ingredientes, el cantautor hace una cocción perfecta y deja este golpe hipnótico de lo que es su concepción misma de arte y por consiguiente, la creación. Quien también devela su gusto por el flamenco, haciendo énfasis en la figura del Camarón de la isla.
No sin antes, hacer antesala, el proyecto del dueto Yembé quienes ofrecieron esta noche para ir calentando la noche, canciones de su autoría, así como una particular reinterpretación de canciones muy conocidas.
Así como desplegar su ejercicio creativo hechas canciones del cantautor potosino, Darío Parga, solo con su guitarra y voz.
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