En las pinturas de Edward Hopper habitan mujeres encerradas en habitaciones, casi siempre a punto de ir o llegar de algún lado, con las miradas perdidas, pensando, reflexionando sobre cualquier cosa; calles vacías, casas solitarias, ciudades anónimas, por eso se ha dicho que el artista norteamericano retrató la sociedad norteamericana de la primera mitad del siglo XX.
Una obra en particular de este artista fallecido en 1967, Woman in the sun sirvió de inspiración a la coreógrafa costarricense Andrea Catania para crear Tes(i)go, que se estrenará mundialmente en México el 27 de junio en el Teatro de la Ciudad, con los bailarines del Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), dirigido por Raúl Parrao.
La coreografía abre la temporada “Preceptos en cuerpos mentales” que incluirá dos estrenos mundiales más: Sueños y obsesiones, de Vivian Cruz (del 4 al 7 de julio) y N°...,no identificado, de Rossana Filomarino (del 11 al 14 de julio), que se presentarán en el Teatro de la Danza.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Parrao explica que la obra de Catania aborda los deseos y los pensamientos de la coreógrafa.
“Para mí la obra no aborda temas como la soledad, sino la intimidad del personaje que creó la coreógrafa, es ella y sus recuerdos, es ella en el tiempo, y esto es escenificado a través del diálogo que tiene con esos recuerdos. En la obra hay una danza de objetos que crean distintas escenas, porque la intención de Andrea es jugar con el tiempo”, explica Parrao.
Especialistas han dicho que Hopper creaba estados de ánimo, atmósferas, contextos emocionales para sus personajes, sin contar ninguna historia. Sólo daba pistas y eso permite al espectador que complete esas historias por su cuenta, esa es su fuerza. En Woman in the sun se observa a una mujer desnuda en una habitación, con un cigarro en la mano, iluminada por los rayos del sol, en el piso hay unos tacones y la cama está destendida. La inmovilidad de este personaje, sumergido en su universo, es el detonante de la creación de Catania.
“Lo que a mí me gustó de Andrea es su capacidad para hablar de la condición humana y en esta obra hay un gran reto para el personaje central porque la bailarina no se mueve, quienes danzan son los objetos interpretados por otros bailarines. El trabajo más fuerte es el de la presencia escénica, la bailarina debe estar con una gestualidad casi neutra, para la intérprete Sheila Rojas ha sido un retro tremendo, pero logró crear al personaje”, cuenta Parrao.
Test(i)go se presentará en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris” del 27 al 30 de junio.
Ceprodac cumplirá dos años
El Ceprodac cumplirá en agosto dos años de actividades y, de acuerdo con su director, ha cumplido con el objetivo para el que fue creado: estimular el desarrollo de la danza contemporánea del país.
“El Ceprodac nació en medio de muchas dudas, algunos no estaban de acuerdo porque decían que iba a ser la compañía de Raúl Parrao, con el tiempo se ha visto que no ha sido así, soy el director artístico pero me he mantenido al margen de la creación, nos hemos acercado a la comunidad y hemos creado muchos proyectos”, explica el coreógrafo.
Los proyectos del Ceprodac, creado por el INBA, a lo largo de dos años de actividades han sido seis temporadas de estrenos, que son: “Tres= Seis frecuencias alteradas Las danzas de la danza mexicana”, “Impossible”, “Diálogos Bipolares”, “=6”, “Groovething”, “Preceptos en Cuerpos Mentales”.
Se han producido 14 obras como Aquello que en alma hace silencio, de Marco Antonio Silva; Segunda piel, de Abigail Jara; y Tres puntos suspensivos, de Mauricio Nava.
También se han lanzado dos convocatorias de producción coreográfica para 2012 y 2013, han realizado seis giras por el interior del país: Sinaloa, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, Coahuila.
Además, ha participado en ocho proyectos como co-productor, aportando recursos materiales y/o talento artístico en montajes como La Caja de Juguetes de Isabel Romero; y el espectáculo interdisciplinario Macbeth, ciudad insomnio de Jaime Camarena; ha impartido cursos para la comunidad, ha dado apoyo logístico y ha invitado a una serie de coreógrafos y compañías.
Hasta ahora, asegura Parrao, está satisfecho con lo conseguido y advierte que es necesario reforzar el trabajo de difusión y la colaboración con bailarines y coreógrafos que trabajan en el interior del país.
“Arrancamos con un proyecto muy peculiar porque no hay algo que se le parezca. Es un centro para la comunidad y para los creadores, y más allá de tendencias y de modas en el Ceprodac estamos abiertos a la esencia de la danza ya sea formal, experimental o conceptual. En el primer año hicimos unas 11 producciones y este año prácticamente igualaremos el número, de modo que realmente hemos sido un proyecto muy activo que ha estado atento a las necesidades de los coreógrafos que han trabajado con nosotros”, detalla Parrao.
El creador explica que los primeros pasos han sido “para aprender y para concretar ideas”.
“En el camino hemos tenido que ajustar y desechar ideas. Nos tiene contentos que la comunidad ya nos aceptó como un centro de producción y se ha dado cuenta que el repertorio que hemos conformado ha sido creado por muchos coreógrafos”.
Agencias
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