Por: Xavier Quirarte
En declaraciones para la revista Siempre!, Agustín Lara confesó: "Soy ridículamente cursi y me encanta serlo. Porque la mía es una sinceridad que otros rehúyen... ridículamente. Cualquiera que es romántico tiene un fino sentido de lo cursi y no desecharlo es una posición de inteligencia".
María Luisa Tamez ha dejado de lado, momentáneamente, la grandilocuencia de la ópera para instalarse en el calor íntimo de la canción romántica. Arropada por el piano de Ángel Rodríguez, la soprano, que recientemente cambió su tesitura a la de mezzosoprano, grabó María Luisa Tamez canta a María Grever y Agustín Lara (Urtext Digital Classics, 2014).
La artista, que ha cantado en las grandes salas de ópera del mundo, dice en entrevista con MILENIO que escuchar boleros de niña era para ella "el pan de todos los días. Mis padres, ambos de formación operística, cantaban las canciones de moda en una época en que eran interpretadas por voces con técnica vocal operística, como Alfonso Ortiz Tirado, Hugo Avendaño, Juan Arvizu, Pedro Vargas y Jorge Negrete. Hace 20 años me hubiera gustado dedicarme a esto, pero estaba inmersa en mi carrera operística, además de que tenía un bebé de dos años. Pero ahora vino un angelito que, en tiempos de crisis, me ofreció grabar el disco".
La intérprete sostiene que si algo le emociona es que, "sobre todo en las interpretaciones de las canciones de Agustín Lara, elegí algunas que fueron emblemáticas para mis papás. De María Grever no quería poner las piezas que tanto se han grabado, salvo 'Alma mía'.
Eligió el formato de dueto para darle una atmósfera íntima, a la que contribuye el pianista cubano Ángel Rodríguez con su forma de interpretar la música mexicana.
"Realizó unos arreglos magníficos para las canciones y la manera de abordarlas, con su sangre cubana, es maravillosa. Ángel y yo somos uno en las interpretaciones, respiramos juntos. El productor artístico, Héctor Sosa, que además es mi maestro de canto, cuidó todos los detalles".
Tamez dice que el disco es "muy cálido, muy diferente a lo que había hecho. Ayer me decía la conductora de un programa de radio que no le gustan los boleros cantados por cantantes de ópera. Y sin embargo, agregó, 'es la primera vez que oigo a una cantante que platica, que dice las palabras con emoción y no está pensando en el desempeño vocal'. Eso es lo que traté de hacer. El bolero es como una poesía: se necesita decir, se requiere platicar las canciones. Además, como todo mexicano, tengo el bolero bajo mi piel".
Cantar boleros requiere una técnica especial, asegura Tamez: "Me costó mucho trabajo bajar la voz, pero la experiencia de ser cantante de ópera te da fortaleza y te permite conocer tu voz como la palma de mano, así que exploté todos los recursos al máximo".
Esta grabación, concluye, "me la debía y se las debía a mis padres. Hubiera querido hacerla hace mucho, pero el equipo, el momento, los recursos, la magia y el milagro se dieron en ese momento y había que aprovecharlo. Estoy muy emocionada recordando, sobre todo en las piezas de Lara, el mismo tono, el mismo color, el mismo timbre de mi mamá. Cuando oigo el disco hasta escalofrío me da. Antes de morirse a mis papis les dije: "Van a seguir viendo con mis ojos, van seguir cantando con mis cuerdas vocales. Yo aquí estoy y voy a seguir su camino. Aquí está una secuela y voy a seguir cantando hasta que pueda".
No hay comentarios:
Publicar un comentario