jueves, 10 de julio de 2014

La educación musical, un viaje muy largo: Pinchas Zukerman

 
Por: Xavier Quirarte
 
Con voz trémula al imitar el tono de Pablo Casals, Pinchas Zukerman recordó ayer lo que alguna vez le dijo el violonchelista catalán: "Escucha y ve todos los colores del arcoíris". El violinista y director de orquesta explicó que, hasta años más tarde, "me di cuenta de que no se refería solo al arcoíris, sino a todo lo que está dentro del arcoíris".
 
Nacido en Tel Aviv en 1948, Pinchas Zukerman llegó a Estados Unidos en 1962, para estudiar en la Escuela de Música Juilliard y se convirtió en uno de los fenómenos violinísticos, sobre todo a partir de su debut discográfico en 1969, cuando grabó tanto con la Orquesta Sinfónica de Londres como con la Filarmónica de Nueva York. Más de un centenar de grabaciones como solista en las disqueras más prestigiadas le han permitido cubrir una amplia gama de obras del repertorio para violín y viola.
 
Además, se ha destacado como un director de orquesta riguroso, como se podrá constatar en los conciertos que ofrecerá hoy y mañana en el Palacio de Bellas Artes a las 20:30 horas con su esposa Amanda Forsyth como solista en el violonchelo. Estará al frente de la Royal Philharmonic Orchestra, una de las más prestigiadas del mundo. Ambas presentaciones serán trasmitidas en vivo en una pantalla gigante en la explanada de Bellas Artes.
 
¿Qué hace grande a una orquesta?
La pregunta, respondió Zuckerman, "es muy simple, pero requiere una respuesta muy complicada. En Inglaterra hemos tenido una amplia variedad de talento durante muchos años. El sistema es muy bueno. Nos gusta tener el mismo núcleo, pero hay mucha libertad: la gente tiene la posibilidad de salir, ir de vacaciones, cuidar de los niños... El proceso es muy bueno, al contrario de otros sistemas en los que tienes que tocar durante 52 semanas al año, tocar jueves, viernes y sábado y no puedes ir a ninguna parte".
 
¿Cómo ser director y violinista al mismo tiempo?
Si no sabes lo que haces es muy difícil, pero si sabes lo que haces no es tan difícil. Tienes que aprender, trabajar, practicar, estudiar, pero si no sabes lo que estás haciendo no lo hagas, parece fácil una vez que estás en el escenario, pero no lo es. Es un error pensar que únicamente porque tocas bien puedes dirigir. Yo enseño a los alumnos a no cometer ese error.
 
¿Qué beneficio tiene sacar la música de las salas de concierto para alcanzar mayor audiencia?
Recomendaría hacer mucho eso. La transmisión en vivo por computadora es el paso siguiente para difundir la cultura en el mundo. El año pasado tocamos un concierto en Suiza que fue visto en vivo por 50 mil personas en internet, actividad que se ha venido realizando desde 2007. Pienso que en el futuro tendremos a 150 mil personas escuchando música a través del iPhone o la computadora, aunque en la sala solo haya 500. Esta tarde habrá un juego de futbol, que será visto por cerca de mil millones de personas, pero no habrá música, solo ruido. La pregunta es: ¿podremos tocar para mil millones de personas? Sí, podemos tocar para mil millones, pero ¿deberíamos hacerlo? No lo sé.
 
¿Qué nos puede decir sobre su actividad como educador?
Trato de transmitir la información que he recibido a las nuevas generaciones, que entiendan que es un viaje muy largo. Amanda Forsyth empezó cuando tenía dos años y medio, yo a los cinco años, y todavía estamos aquí. Tuvimos buena información, buenos maestros, un buen ambiente, todo esto es muy importante, pero no es algo que aprendas en la escuela: tienes que vivir y una vez que has vivido, si tienes todo ese aprendizaje, puedes ir muy lejos.
 
¿Cómo impulsar el amor por la música?
Tienes que procurar que los niños estén rodeados de música desde el principio. Desde el primer minuto que salen a la vida necesitan escuchar música, incluso en el vientre. ¿Pero cómo lo haces? No tengo esa respuesta, solo sé que si un niño tiene música en casa es mejor.
 
Tocar con una sensación de telepatía
Tras haber estudiado, discutido y analizado la música juntos, cuando Amanda Forsyth y Pinchas Zuckerman tocan juntos hay una sensación de telepatía, explicó la violonchelista. "Si él hace algo extremadamente hermoso un día, yo me siento muy contenta y enamorada. Algunas veces, si hace algo que no me gusta, me irrita, pero es algo que sucede entre marido y mujer. Como músico es un gran júbilo tocar con él. Cuando empezamos a tocar juntos, apenas podía creerlo, ahora que me presento con algunos otros violinistas me siento un poco decepcionada".
 
Ambos serán los solistas del Doble concierto para violín y violonchelo de Johannes Brahms. En opinión de Amanda, se trata del "concierto más grande para estos instrumentos. Se ha convertido en algo así como nuestra canción (risas), es la pieza para tocar juntos. Tocar con mi esposo es muy fácil, y difícil al mismo tiempo, porque nos conocemos muy bien. Como tocamos sin director, como solistas líderes ambos estamos dirigiendo al frente de la orquesta, lo que permite que los músicos se unan mucho a nosotros para hacer música juntos".

No hay comentarios: