Ni opuestos ni idénticos: más bien unidos por su hermandad genética, y aún más por su visión fundamentalmente contemporánea y crítica de la sociedad humana. A través de sus obras, y con toda espontaneidad y modestia, Abraham y Adrián Delgadillo denuncian la toxicidad de valores corruptos por la violencia y la avidez de nuestro tiempo. ¿Cómo vamos a respetar la vida si ni siquiera se respeta la muerte?.
La crítica filosófica y social surge, en el presente caso, por el filtro del arte. ¡Y que arte!... Es tan sutil y fascinante que uno puede admirarlo sin darse cuenta que la casi totalidad de estas obras fueron pro...ducidas cuando sus autores tenían entre 16 y 25 años.
Ya a esa edad su cultura artística abarcaba desde las obras más clásicas de las tradiciones de Europa y de las Américas, hasta lo más “contemporáneo” de las expresiones del siglo XX. Aunque la palabra ya no sea tan apropiada, después de tanto tiempo, para calificar un arte que se define como universal, pero que parece ser, en no pocos casos, bastante olvidoso de la naturaleza carnal y contextual del ser humano.
El arte de Abraham y Adrián Delgadillo nace de raíces culturales eminentemente mexicanas. La ilación con las tradiciones artísticas del país reposa, eso queda claro, sobre valores universales; pero lo que le da cuerpo y consistencia es una historia muy larga, asimilada, incorporada, consciente e inconscientemente, como es natural.
Son artistas de nuestro tiempo, no sólo por su edad, sino sobre todo porque viven la necesidad de seguir siendo de su tierra para enriquecer lo universal -que siempre será un ideal al que uno trata de acercarse-. ¿Porqué? sencillamente porque la baraja genética y cultural produce siempre más diversidad, como bien se sabe, lo cual es todo lo contrario de la empobrecedora uniformización de aquel paraíso terrenal que algunas almas generosas nos prometen.
Abraham y Adrián Delgadillo sólo obedecen a su arte, y, al hacerlo, rechazan definitivamente la pérdida de autenticidad, de humanidad y de sinceridad que nos amenazan como individuos capaces de visón críticos y responsables de nuestro mundo. Lo hacen con cierta irrisión, a veces con desesperación, pero siempre con mucha inquietud.
Son maestros de la luz y de la sombra, del admirable misterio de la representación humana, y también de aquellas antiguas y tan diversas mitologías que siguen, a pesar de todo, fecundando nuestras consciencias y nuestro amor de las cosas bellas de la vida.
Así que, para bien como para mal, y porque ellos mismos lo viven, nos ponen frente a nuestra frágil, pero exigente y acometedora humanidad.
François Rodríguez-Loubet
Los invitamos este miércoles 13 de septiembre a la inauguración de la exposición. Estará expuesta la obra en el lobby del teatro del 13 de septiembre al 11 de noviembre. El horario de visita es de 10:00 a 20:00 horas. De martes a sábado.
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