Como
una suerte de titiritero, el documentalista mexicano Everardo González explora
un capítulo de dolor e impunidad aún latente en México. Galardonada con el
Premio Mezcal a la Mejor Película en el marco del Festival Internacional de
Cine en Guadalajara 2017, La libertad del diablo exhibe los
estragos de la ola de violencia generada hace más de una década en el país, al
posicionar frente a la cámara a un puñado de individuos anónimos que, valiéndose
del tono de su voz y la fuerza de sus palabras, relatarán el infierno
individual que los ha arrastrado hasta las últimas consecuencias del
sufrimiento.
Retomando la crítica social de su producción anterior (El Paso, 2016), esta cinta se construye con el testimonio de un grupo de personas que, con la cara cubierta en todo momento, denunciarán su experiencia como padres, hijos e incluso verdugos de las víctimas de esta masacre.
El revestimiento de todo vestigio de identidad responde a la intención autoral de mostrar el panorama general de este trágico episodio de muerte y desaparición. Esta propuesta documental forma parte del 37 Foro Internacional Cine con proyecciones el sábado 11 de noviembre en tres funciones, 18:00, 19:30 y 21:00 horas.
Otros de los reconocimientos que ha obtenido esta cinta son el Premio Amnistía Internacional y Competencia Oficial del Premio Glashütte Original para documentales; Festival internacional de Cine de Berlín (Alemania); Competencia Oficial del Premio F:ACT. CPH:DOX. Festival Internacional de Cine Documental de Copenhague.
La libertad del diablo en los medios:
"Resulta imposible quedar indiferente tras ver La libertad del diablo, tras conocer
estas historias, estas vidas, recordando que esos horrores ocurrieron a
kilómetros de nosotros, en nuestro propio país. Este documental desesperanzador
es un trabajo que se siente no sólo oportuno, sino necesario: formativo para
comprender mejor el panorama de violencia de nuestro país".
Mariana Mijares, Nexos,
2017.
"Asignarles emociones a estos muñecos vudú sin
cara es el trabajo de la audiencia al tiempo que experimenta repulsión por la
falta de humanidad en las historias y por la visceral perspectiva de los
interlocutores. Es una labor intelectual, la de crear un tipo de horror que se
impregna en la mente y no en el corazón; escuchar tal angustia de esta manera
es una experiencia escalofriante".
Jessica Kiang, Variety,
2017.
Para mayor información consulta:
Twitter:
@CinetecaSLP
https://www.youtube.com/embed/eynAzXdpnso
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