Por: Roberto A. Valenciano Capín
La escritora y tallerista Violeta García, compartió su experiencia literaria sobre la obra del escritor japonés, Yukio Mishima, como parte del ciclo "Los escritores y sus experiencias de lectura I", organizado por la Casa Ramón López Velarde en esta capital potosina.
Violeta García destacó del escritor japonés, tanto "la ética como estética de la muerte, en donde su vida y obra son indivisibles, en donde el escritor japonés quería vivir como si se tratara de un poema, como su manera de relacionar lo bello con lo mórbido y su afán de alcanzar la perfección y la inmortalidad precisamente con una muerte hermosa, Y como todo esto está presente en toda su obra".
A través de esta experiencia que, a manera de metáfora, compartió pasajes que se distinguen por ser muy oscuros y también muy eróticos, pero aún más cuando escribía sobre sentirse distinto y aislado de la sociedad.
De ahí que como buena adolescente, se sintió identificada con Mishima, al ser uno de los escritores que le impresionó más, ya que tuvo la fortuna de que sus padres tenían muchos libros, "y yo podía leer lo que quisiera de su biblioteca, así leí muchas cosas, pero tendría 14 o 15 años, cuando leí su primera obra de Mishima, siendo- Confesiones de una Máscara- fue el primero, la cual me enganchó".
En cuanto a su destino, García comentó que Mishima se había preparado a juzgar por todas sus obras y a juzgar por lo que hace después, "como es el alcanzar este bello cuerpo, hacerse retratar de cierta manera, hacerse de un ejército, ya que es una manera de completar esta novela o este poema que es su vida, y que es su obra que se va entretejiendo en esta vida".
De ahí que como buena adolescente, se sintió identificada con Mishima, al ser uno de los escritores que le impresionó más, ya que tuvo la fortuna de que sus padres tenían muchos libros, "y yo podía leer lo que quisiera de su biblioteca, así leí muchas cosas, pero tendría 14 o 15 años, cuando leí su primera obra de Mishima, siendo- Confesiones de una Máscara- fue el primero, la cual me enganchó".
En cuanto a su destino, García comentó que Mishima se había preparado a juzgar por todas sus obras y a juzgar por lo que hace después, "como es el alcanzar este bello cuerpo, hacerse retratar de cierta manera, hacerse de un ejército, ya que es una manera de completar esta novela o este poema que es su vida, y que es su obra que se va entretejiendo en esta vida".
Como también destaco ese deseo que tenia Mishima de vivir en la belleza para siempre y que la belleza no se puede separar de la muerte, " creo que eso me parece algo profundamente hermoso que desde chica me llamó la atención".
No hay que olvidar que Mishima no sólo se limitó a ser un escritor revolucionario, que defendía en su obra un nacionalismo recalcitrante presente no sólo en sus novelas, sino también en sus ensayos y obras de teatro.
Sino que también Mishima dejó un gran legado literario, una forma de narrar espléndida.
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